Los ciudadanos suelen temer los cambios que traerá la inteligencia artificial en el mercado laboral peruano, ya que esta tecnología ha comenzado a transformar sectores clave, como las finanzas y la medicina. A medida que avanza, surge la preocupación por su impacto en el empleo, lo que resalta la necesidad de adaptación de la fuerza laboral. Los expertos advierten sobre la importancia de preservar el contacto humano en profesiones críticas y destacan que el futuro laboral en Perú dependerá de encontrar un equilibrio entre la innovación tecnológica y la esencia humana.
Rodrigo Ochoa, líder de automatización e inteligencia artificial en Moventi, compartió su perspectiva sobre los sectores que más probablemente se verán afectados por la automatización y la inteligencia artificial en Perú. Según Ochoa, “los servicios financieros, retail, manufactura y cualquier área que implique atención al cliente son los más impactados”.
En el sector financiero, Ochoa destaca que “la banca ha liderado la transformación digital desde antes de la pandemia”, adoptando soluciones de inteligencia artificial para “mejorar la atención al cliente, detectar fraudes y realizar análisis de riesgos”. Estas medidas buscan optimizar procesos y mejorar la experiencia del usuario.
El sector retail también está en el foco de esta transformación. Ochoa explica que “la automatización se centra en la gestión de inventarios y la personalización de la oferta”, impulsada por el comercio electrónico y el análisis de grandes volúmenes de datos. Asimismo, en la manufactura, “las empresas están incorporando robots y tecnologías de IA para mejorar la eficiencia y la calidad de producción”. En el ámbito agrícola, la precisión en la producción se logra a través del uso de sensores y análisis de datos.
Ante este panorama, Ochoa afirma que “la inteligencia artificial no reemplazará a los humanos, sino que complementará sus habilidades”. Para aprovechar al máximo esta integración, es esencial que los trabajadores desarrollen competencias digitales, creativas y de resolución de problemas. “La capacidad de adaptarse al cambio y aprender de manera continua será clave”, agrega. Además, destaca la importancia de dominar las herramientas de IA y mantener un pensamiento crítico.
La preparación de la fuerza laboral es crucial, y Ochoa señala que “algunas empresas y universidades están ajustando sus currículos, pero hay margen para mejorar”. Recomienda que las instituciones educativas sean más flexibles en la inclusión de nuevas herramientas y enfoquen el desarrollo de habilidades blandas, que son difíciles de replicar por máquinas. Además, subraya la necesidad de implementar programas de capacitación y oportunidades de prácticas profesionales para los recién egresados.
Mencionó que el impacto de la IA ya se siente en varias empresas peruanas. En el sector retail, algunas han adoptado chatbots para “una atención al cliente más rápida y efectiva, lo que ha reducido costos”. En el ámbito financiero, se utilizan algoritmos para detectar fraudes, ayudando a “prevenir pérdidas significativas y mejorar la reputación de las instituciones”. En agricultura, el uso de sensores permite monitorear el crecimiento de cultivos y optimizar el manejo de las plantaciones.
Ochoa advierte que, aunque la IA no reemplaza empleos, “sí está cambiando los perfiles laborales”. Para enfrentar estos cambios, es fundamental que el gobierno y las organizaciones inviertan en programas de capacitación adaptados al nuevo entorno laboral. Fomentar el emprendimiento y el apoyo a nuevas empresas tecnológicas es esencial, así como invertir en investigación y desarrollo. “Es crucial implementar políticas laborales que protejan a los trabajadores, incluyendo educación y capacitación continua”, concluye Ochoa.
Mónica Villegas, directora de Oportunidades Laborales de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), dijo que “la influencia de la automatización y la inteligencia artificial va más allá del temor al cambio”. Entre los sectores que considera experimentarán este impacto, menciona la medicina, las finanzas y la atención al cliente.
Sostiene que “serán especialmente valoradas aquellas personas que tengan la capacidad de innovar y que mantengan su humanidad”. En áreas con un alto contacto humano, como la educación, es menos probable que se vean afectadas por la automatización. “El acercamiento al niño y al ser humano no debería verse amenazado”, afirma, destacando la importancia del rol de los docentes como soporte humano esencial.
Villegas resalta que “es esencial preparar a los estudiantes en habilidades humanas y blandas que una máquina jamás podrá sustituir”. Esto significa que las instituciones educativas deben enfocarse en el desarrollo de habilidades interpersonales.
Por otro lado, menciona que en varios países de la Unión Europea se están tomando medidas para restringir el uso de la IA en áreas muy técnicas, donde el contacto humano es menor. “Es fundamental salvaguardar aquellas funciones que no pueden ser sustituidas por el ser humano”, asegura.
Alternativas
Gabriel González, experto en políticas públicas y director de Síntesis Consultoría, enfatiza que la IA no necesariamente implica la eliminación de empleos. En sus palabras, “aunque existe una tasa de sustitución, la IA también se utiliza para mejorar los procesos existentes”. Esto sugiere que, aunque algunas funciones puedan verse afectadas, la implementación de la IA podría abrir nuevas oportunidades laborales en áreas aún inexploradas.
González considera esencial establecer “condiciones de flexibilidad en el mercado laboral”. Propone crear mecanismos que dinamicen el mercado y mitiguen el impacto de la automatización en las remuneraciones. Según él, “el mercado laboral opera bajo las leyes de oferta y demanda; un trabajador que es más productivo tiene mayores probabilidades de encontrar empleo que uno con menos capacidades”.
En este contexto, la capacitación de los trabajadores se convierte en una prioridad. González afirma que “se debe promover una formación integral que permita a los jóvenes ser más productivos”. Esto implica no solo un enfoque en la educación técnica, sino también una revisión de las políticas laborales que faciliten la movilidad y el acceso a empleos que ofrezcan real productividad.
Erick Iriarte, experto en derecho digital y nuevas tecnologías, subraya que el Estado peruano ha tomado medidas significativas para proteger los derechos de los trabajadores en un entorno laboral cada vez más automatizado. Desde 2017, con la implementación de la Política N.º 35 del Acuerdo Nacional, se ha establecido un compromiso por parte del Estado para utilizar las tecnologías como un factor que promueva el empleo digno, en lugar de ser un medio de sustitución. Iriarte afirma que “ya habíamos implementado que se deben crear espacios para la transición laboral hacia áreas donde la IA no reemplazará el trabajo”.
En cuanto a la integración ética de la IA en las empresas, Iriarte enfatiza que es fundamental basar el uso de cualquier tecnología en el respeto a los derechos de los trabajadores. Para él, “desarrollar capacidades en los empleados es fundamental”, lo que implica una inversión en formación y adaptación ante el cambio tecnológico. Además, sostiene que el papel del Estado es crucial al facilitar espacios en los que los trabajadores no sean desplazados, asegurando así una transición más fluida hacia nuevas funciones.
Estudio
El portal de empleo Bumeran informó a El Comercio que Perú es el país de la región donde más se utiliza la Inteligencia Artificial en el trabajo, con un 49% de los encuestados afirmando emplearla. En otros países, la tendencia es menor: en Chile y Ecuador, el 36% de las personas usa IA para sus tareas diarias; en Panamá, el 32%, y en Argentina, el 31%.
Este estudio regional de Bumeran se llevó a cabo entre trabajadores y especialistas en recursos humanos, con la participación de 21.964 personas: 4.503 de Perú, 3.158 de Argentina, 3.754 de Chile, 7.927 de Ecuador y 2.622 de Panamá. En cuanto a los beneficios de utilizar IA en el trabajo, el 55% de los encuestados considera que ahorra tiempo, el 51% que agiliza las tareas, el 43% que automatiza tareas repetitivas, y el 40% que permite acceder a la información rápidamente.
Además, el 39% opina que optimiza procesos, el 36% que brinda mayor eficiencia, el 30% que facilita el análisis de datos complejos, el 26% que reduce errores humanos, el 24% que potencia la innovación en contenidos, el 23% que disminuye gastos operativos, el 18% que permite personalizar servicios, el 13% que ayuda a diferenciarse de la competencia y el 11% que realiza tareas que los humanos no pueden hacer.