'Loco Darwin', sus armas y documentos incautados [FOTOS] - 2
'Loco Darwin', sus armas y documentos incautados [FOTOS] - 2
Enrique Vera

Jueves 9 de enero del 2014, 5:34 p.m. En el lote 27 del asentamiento humano Los Jazmines de San Juan de Lurigancho, Carlos Alberto Casamayor Rodríguez ‘Trujillano’ y Juan Esquivel Rayo Céspedes ‘Chicharrón’ apuran sus vasos de cerveza y conversan casi sin mirarse. Ambos, cabecillas de ‘Los Malditos de Bayovar’, aguardan con impaciencia por los S/.180 mil que debe llevar Renee Jesús Aroni Lima para repartirlos en partes iguales. El monto corresponde a los últimos cobros por extorsiones y venta ilegal de terrenos invadidos por la banda criminal en la zona de Jicamarca.

Hay entre ellos un rosario de viejos enconos y amenazas pero, aparentemente, nada que haya quebrado esa coalición canallesca gestada en el pabellón 11B del penal de Lurigancho. Los dos reunidos conocieron allí a Aroni, entre el 2007 y el 2011, cuando purgaban condena por robo. 'Chicharrón' era el 'director' de esa sección carcelaria y 'Trujillano', encargado de disciplina o delegado. Es decir, 'los taitas'. Avalado en esa condición, Rayo Céspedes alguna vez vendió la celda por la que Aroni pagó S/.3 mil y solo le entregó S/.500. Aquello habría derivado en sus primeras advertencias de muerte.

El predio donde están ahora pertenece a ‘Trujillano’ y es punto habitual de las reuniones en que deciden nuevos objetivos de extorsión y se maquinan muertes. Se trata de la organización más sanguinaria del distrito más grande de Lima. Una cámara de video vigilancia graba todo. La esposa de Casamayor, Eufemia Vásquez Asencio, sale de la vivienda y va rumbo a una bodega. ‘Chicharrón’ recibe en la puerta a un hombre que viste short y polo oscuro. Detrás de ellos, otro, con camiseta celeste, aparece raudamente y amaga sacar algo que lleva entre la correa y la cintura.

El sistema de circuito cerrado registra luego la carrera vertiginosa de ambos sujetos por la vía pública. Son Darwin Malca Hernández  y Andrés Tovar Rojas ‘Chachi’, quienes huyen tras haber acribillado a ‘Chicharrón’ y ‘Trujillano’ dentro del inmueble. Gatillaron doce veces sus armas. En la calle, vuelven a abrir fuego contra un vecino que observa la escena desde el segundo piso de su casa y, a la altura del paradero Palomares, en Zárate, abordan la mototaxi donde esperan Eduardo Vilca Febres y Luis Sonco Broncano. La cámara de seguridad graba ahora a varias personas corriendo en auxilio de los moribundos.

Desde una esquina del mismo sector, Klever Tecsi Canales e Irvin Armejo López, cercanos al entorno de los baleados, inician la persecución en un auto Kia modelo Rio. Sin embargo, a solo tres cuadras de recorrido, en una llamada les piden retornar al lugar del crimen y trasladar a ‘Trujillano’ hacia la clínica San Juan Bautista. A ‘Chicharrón’, su hijo, Juan Rayo León, ya lo había llevado al mismo sanatorio.

Cerca del vecindario Mantaro, siempre en Zárate, el regreso del Kia Rio es interrumpido por una camioneta Toyota Probox, desde donde se efectúan unos seis disparos contra Tecsi y Armejo. Los dos quedan malheridos. La camioneta y sus ocupantes cumplían así el rol de ‘contención’ en el atentado: impedir que el homicidio se frustre y posibilitar que los ejecutores del mismo fuguen. Los familiares de ‘Trujillano’ no pueden esperar más y lo llevan a la clínica San Juan Bautista. Allí, ‘Chicharrón’ ya ha dejado de existir víctima de dos impactos en la cabeza. Su compinche queda internado, pero fallecería 11 días después.

CRIMEN PLANEADO

Renee Aroni Lima nunca llegó al inmueble donde lo esperaban, pero minutos antes de que se inicie el baño de sangre llamó dos veces a Carlos Casamayor ‘Trujillano’ para saber si ‘Chicharrón’ ya estaba ahí. En su declaración policial, la cónyuge del primero, Eufemia Vásquez, aseguró que Aroni no quería dividir el dinero de la venta ilegal de terrenos y, por el contrario, pretendía tener el control de las extorsiones a comerciantes y dueños de colegios en San Juan de Lurigancho.

Para la mujer, Renee Aroni había dirigido el crimen y mandó con ese fin al ‘Loco Darwin’ -un delincuente de tal vileza que mató a su propio padre delante de sus hermanos- y a Andrés Tovar, quien fue asesinado dentro de una cantina cuando se iniciaban las investigaciones en torno al doble homicidio.

La fiscalía estableció también que Aroni estuvo dentro de la camioneta Toyota Probox que interceptó al auto donde Klever Tecsi e Irvin Armejo iban a auxiliar a ‘Trujillano’. Tecsi reconoció plenamente a Aroni, en ese momento, y por ello este intentó eliminarlo a balazos. Así lo consignó el Ministerio Público en su acusación, a la que accedió El Comercio.

Todos eran parte de una organización criminal que había sitiado a negociantes del cono este de Lima, que disponía de un arsenal de guerra para adueñarse de terrenos, y obtenía ingresos millonarios con cobros de cupos en obras de construcción civil, además de muertes por encargo. Un círculo, también, en que el grado de ambición por monopolizar esos delitos fue descomunal.

Renee Aroni Lima cayó el 31 de marzo del 2014. Siete meses después, la Policía concretó el arresto de Eduardo Vilca Febres. Darwin Malca Hernández, que ya había tomado el control de los crímenes en San Juan de Lurigancho, fue detenido el 9 de octubre del 2015. La Séptima Fiscalía Superior Penal pidió para ellos 35 años de cárcel y una reparación civil ascendente a S/.200 mil, por asociación ilícita para delinquir y homicidio calificado en contra de 'Chicharrón' y 'Trujillano'.

Ayer Darwin Malca escuchó la sentencia solicitada por el Ministerio Público vía teleconferencia desde el penal de Challapalca, en Tacna. En la sala de audiencias del penal de Lurigancho, Vilca oyó el mismo falló condenatorio. Aroni fue absuelto en este caso por falta de pruebas.

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