Informales usan motos lineales para dar servicio de colectivo - 7
Informales usan motos lineales para dar servicio de colectivo - 7
Pedro Ortiz Bisso

Hace menos de veinte días su gerente de seguridad ciudadana señaló que la decisión estaba tomada y que su alcalde no iba a dar “un paso atrás”. Pues ocurrió todo lo contrario: la acaba de anunciar que ya no restringirá el paso de motociclistas con dos pasajeros por su jurisdicción.

El propio Luis Molina explicó que su comuna presentará al Congreso un proyecto de ley a fin de que sea en la plaza Bolívar y no al lado del parque Kennedy donde se tome una decisión.



En otras palabras, le sopló la pluma al Parlamento. Se dio cuenta de que una ordenanza no puede violentar disposiciones constitucionales y prefirió recular ante las consecuencias de una metida de pata monumental.

Aun así, el proyecto “que fortalece la lucha contra la inseguridad ciudadana y la reducción de delitos cometidos en motocicletas lineales” no deja de ser un despropósito.

Mantiene la prohibición de transitar con uno o más acompañantes en una moto, a excepción de que se tramite una tarjeta de circulación en las comisarías (¿?).

Ayer el señor Molina reconoció en televisión que la iniciativa, que ha sido aprobada por unanimidad por su cuerpo de regidores, fue elaborada en función de la realidad miraflorina. Pero Miraflores, como probablemente nadie le ha advertido, no es el Perú. Como tampoco se parece a Bogotá o Medellín, desde donde se importó esta propuesta.

Tampoco es Iquitos ni otras ciudades de la selva donde las motocicletas son el principal vehículo para movilizarse de su población. ¿Tomaron en cuenta ello al momento de elaborar su proyecto legislativo?

El documento no contempla la situación de los mototaxis, pese a su alta incidencia en la comisión de delitos. ¿Será porque en las calles miraflorinas no se los ve?

Para el señor Molina, empero, lo importante es que el tema se debata y que, en lugar de críticas, se sumen otras propuestas.

El alcalde de Miraflores ha empezado su gestión con notable entusiasmo y gran derroche de energías. No ha querido que pase mucho tiempo para trazar la cancha y dejar en claro los objetivos de su gestión.

La recuperación de la Calle de las Pizzas es un punto a favor que ni sus más recalcitrantes opositores osarían criticar. Parte del combate a la inseguridad ciudadana va de la mano con la recuperación de espacios públicos y lo que ha hecho es encomiable por donde se lo mire.

Pero el efectismo no mata a la delincuencia y su proyecto contra los motociclistas, además de violar el derecho al libre tránsito, no ataca la raíz del problema.

Dicho sea de paso, ¿no resulta aterrador que el peor Congreso que hayamos tenido desde tiempos fujimontesinistas deba legislar sobre temas relacionados con el libre tránsito y la seguridad ciudadana?
Crucemos los dedos para que no salga de ahí algo peor.

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