Monseñor Cabrejos es arzobispo de Trujillo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal. (Foto: Rolly Reyna / El Comercio)
Monseñor Cabrejos es arzobispo de Trujillo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal. (Foto: Rolly Reyna / El Comercio)
Cristina Fernández

El papa Francisco llegará al Perú en menos de siete meses y el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana y coordinador nacional de los medios de comunicación para la visita papal, monseñor Miguel Cabrejos, conversó con El Comercio sobre el impacto de este acontecimiento.

— El Papa suele romper los protocolos en sus viajes. ¿Se esperan situaciones similares en el Perú?
Hay una programación, pero el papa Francisco es auténtico, es latino y ciertamente que rompe esquemas. Desde ya ha roto los esquemas porque ha elegido ir a Puerto Maldonado, que es un símbolo de la Amazonía. Él está bien informado y lo estará más cuando viaje a las ciudades que ha seleccionado ir.

— ¿Está abierta la posibilidad de que vaya a otras localidades del país?
No lo sé, porque puede romper esquemas, pero dentro de la agenda. Podría ser que visite otras ciudades, pero lo veo poco probable porque en el Perú las distancias son largas. Hay que tener en cuenta que la visita no es a ciudades sino a todos los peruanos.

— Lo consultaba porque hay un pedido para que el Papa visite Piura, la ciudad más golpeada por el reciente fenómeno de El Niño costero.
Si hubiese elegido Piura, otras ciudades se preguntarían por qué ellas no fueron escogidas. Trujillo es como un símbolo de todo lo que pasó en el norte del país, yo he podido ver cómo los huaicos bajaban como ríos y afectaban todo a su paso. Además, geográficamente es el corazón del norte. Cuando el papa Juan Pablo II vino la primera por vez al Perú, eligió cinco ciudades, entre ellas Piura, pero era joven y fuerte, y hay que entender que el papa Francisco no es muy joven y tiene un solo pulmón.

— Antes de venir al Perú viajará a Chile, ¿la visita a los dos países buscaría dejar un mensaje de unidad?
Los criterios no los puedo conocer, pero sí le puedo decir que Chile y el Perú son de los pocos países que faltaban visitar en América del Sur y los obispos de ambos países insistían. Creo que finalmente decidió venir a ambos por la cercanía. Es evidentemente que dejará ese mensaje de unión, porque para Dios no existen fronteras ni divisiones.

— ¿El Papa encontrará una Iglesia distinta a la de hace 32 años cuando llegó por primera vez Juan Pablo II?
Distinta no, la Iglesia en esencia es la misma. Lo que pasa es que hay muchos matices, por ejemplo la visita de ahora socialmente no es la misma que hace 29 años –última visita del Papa al Perú–, los contextos son distintos. En esa época estaba fuerte el terrorismo y el índice de pobreza era mayor. Ahora tenemos otras realidades. Por ejemplo, el caso de la minería ilegal, la tala de árboles, creo que esa es la razón por la que elige Puerto Maldonado. El sicariato y la delincuencia son problemas muy álgidos y el país está golpeado por el fenómeno de El Niño costero. Pero, pese a todos los problemas, ahora tenemos una democracia fortalecida.

— El Papa toma sus visitas como oportunidades para denunciar las injusticias sociales, ¿sobre qué problemáticas del Perú considera que incidirá más?
En el Perú la corrupción aparece en todos los niveles, creo que este tema sin duda lo va a tratar. La delincuencia, el sicariato, el tema del cuidado de la naturaleza, del recurso del agua, el problema de la minería ilegal, la trata de personas, de los niños que trabajan. Pienso que por ahí pueden estar sus mensajes, porque es la realidad que vivimos ahora.

— El congresista Alberto de Belaunde propuso que el Sumo Pontífice se reúna con las víctimas de abusos del Sodalicio para escuchar sus testimonios, ¿es posible una reunión con ellos?
Sí, todo es posible, el Papa ha escuchado [estos casos] en todo sitio. He escuchado que ya tiene el pedido, pero al final decide el Papa. Es interesante saber que él será el que decide. El Papa escucha a todos porque es padre.

— ¿Cree que la crispación política actual se amenguará con la visita del Papa?
Yo creo que va a favorecer porque nos va a unir a todos. El Papa fue invitado por los obispos, pero también por el Gobierno Peruano. Es líder de la Iglesia Católica y también es jefe de Estado [del Vaticano]. Nuestros políticos con sus más y con sus menos son seres humanos y tienen un corazón, todos al final queremos al Perú. Si bien su visita es apostólica, el Papa tendrá un encuentro oficial con el Gobierno.

— ¿Podríamos esperar algún mensaje sobre los cambios políticos y sociales que atraviesa el Perú, como la modificación del currículo escolar o la lucha contra la violencia de género?
Evidentemente el Papa está bien informado y lo tomará en cuenta, al Papa no se le escapa ningún tema.

— ¿Hay actividades que ya están programadas?
El programa oficial llegará muy pronto. Por ahora podemos adelantar que el Papa viajará primero a Puerto Maldonado, donde tendrá una reunión con comunidades nativas, luego en Trujillo vamos a tener la eucaristía, el encuentro mariano y el encuentro con el clero de todo el norte. En Lima se realizará una gran eucaristía, que será a campo abierto.

— ¿Cómo está financiada la visita del Papa?
En cada una de las ciudades hay un arzobispado que tendrá que preocuparse por toda la logística, son presupuestos compartidos. Evidentemente hay otros gastos que la Conferencia Episcopal Peruana tiene que asumir, porque participan todos los obispos y cardenales. Más allá de los gastos, yo me enfocaría en que, primero, a un país llegan muchas visitas oficiales y siempre las asume el Gobierno y, segundo, el Papa es el líder espiritual de una iglesia que realiza muchas obras. Lo que se invierta es bueno y tendrá un efecto saludable para todos.

— El Papa llega en seis meses. ¿Este tiempo será suficiente para preparar todo?
Creo que sí, porque los peruanos somos creativos y tenemos una capacidad de adaptación increíble. Confío profundamente en que el Papa será bien recibido.

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