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El Morro Solar y el Cristo del Pacífico siguen en decadencia - 5

Cuesta trabajo sentir orgullo por el Perú desde el Morro Solar de Chorrillos. El escenario de la sangrienta defensa de Lima durante la Guerra del Pacífico se ha convertido en un urinario a 200 metros de altura y con una vista espléndida de la ciudad. Y a juzgar por la gran cantidad de botellas de licor tiradas por ahí, también es una cantina a la intemperie.

Solo una placa de cemento que le dedicó la nación a sus soldados caídos recuerda las batallas de San Juan y Miraflores, del 13 y 15 de enero de 1881. No queda mucho más. Las placas conmemorativas que lucían los monumentos al general Miguel Iglesias y al Soldado Desconocido desaparecieron hace ocho años y hasta ahora nadie las repone. Tampoco flamea ninguna bandera peruana en esta área patrimonial.

El abandono del morro es más evidente aun cerca de la imagen del Cristo del Pacífico, instalada en el 2011. Solo se puede acceder a este monumento por un camino de tierra y el único servicio público disponible ahí son dos baños portátiles que aparentemente nadie se preocupa en limpiar.

El Comercio constató ayer además que la base del Cristo del Pacífico sigue pintarrajeada. En junio del año pasado este Diario también denunció que pandilleros habían vandalizado el monumento.

Pese a la vista que ofrece, pocas personas se animan a subir un día cualquiera al Morro Solar. “Además del difícil acceso, [arriba] no hay veredas, bancas ni un cobertizo para protegerse del sol”, reclamó Diana Quispe, quien vive en San Juan de Miraflores y visitó el lugar ayer por primera vez, con su familia. Su estadía no duró más de quince minutos.

La seguridad también escasea en este espacio de olvidos. En la tarde de ayer ningún policía ni sereno resguardaba el morro, área siempre vulnerable a la delincuencia y la invasión de terrenos.

El Comercio se comunicó con las oficinas de prensa de la Municipalidad de Chorrillos y del Ministerio de Cultura, entidades responsables del mantenimiento y la protección del Morro Solar. Nadie respondió a nuestras llamadas. En junio del año pasado, luego de dos fuertes intentos de invasión en el morro, el sector Cultura anunció que preparaba un plan para la preservación de este espacio emblemático de la ciudad y que coordinaría con el municipio distrital. Las gestiones, si las hubo, no parecen haber mejorado el panorama en el sitio.

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