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Niño héroe de Chosica: "Yo daría la vida por mis hermanos" - 4
Cristina Fernández

La tarde del jueves 16 de marzo, un huaico cayó sobre el asentamiento humano San Antonio, en el distrito de Lurigancho-Chosica. La avalancha de lodo y piedras avanzó rápidamente y, en cuestión de minutos, ingresó a nueve viviendas, incluida la de la familia Cruzado Corrales.

En el segundo piso de esa casa, se encontraban Shande Ramírez Corrales, de 14 años, y sus dos hermanos, de 1 y 4 años. Shande no lo pensó dos veces y, enfrentándose a la fuerza del huaico, rompió el vidrio de la ventana para pedir ayuda a los vecinos.

“Vi que el huaico ingresaba y recordé que podía salir por la ventana, en ese momento solo pensé en sacar a mis hermanitos. Sí tuve miedo, pero por mis hermanos, no por mí. Yo daría la vida por ellos”, cuenta el adolescente.

Los pocos vecinos que a esa hora se encontraban en el lugar auxiliaron a Shande. Uno de ellos recibió a los dos pequeños y luego ayudó a salir al valeroso adolescente por la misma ventana. La fuerza del huaico bloqueó la puerta.

“Esto es un milagro de Dios, no se trata de suerte ni de fortuna. Fue Shande quien con su valentía salvó la vida de sus hermanos. Sin él, otra sería la historia”, afirma el padre de los tres niños, Juan Cruzado, aún consternado por lo que vivió su hijo mayor.

Sin imaginarse lo que pasaría, un vecino grabó la caída del huaico y terminó capturando el angustiante momento del rescate. Unas horas después, publicó el video que se hizo viral en redes sociales y que inmortalizó a Shande como el adolescente héroe.

“Si soy héroe, es para mis hermanitos. Siempre los protegeré”, dice tímidamente.

El valiente joven que cursa el segundo grado de secundaria recibió como regalo de cumpleaños, tres días antes del huaico, una laptop que sus padres le compraron con mucho esfuerzo. Del anhelado obsequio, útiles escolares, uniformes y demás pertenencias de la familia no quedó nada. El huaico se llevó todo.

“Vivíamos en un lugar alquilado y ahora estamos temporalmente en la casa de mi abuelito. Quisiera estar en un lugar donde no haya tantos huaicos”, señala el joven.

Los padres de Shande son conscientes del riesgo de seguir viviendo en San Antonio y no quieren que sus hijos revivan la tragedia. “Solo pedimos ayuda para las personas que lo perdieron todo y para encontrar un lugar seguro”, afirman.

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