La debacle de Castañeda: ¿qué es lo que queda de su legado en la ciudad?

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Entre las obras que prometió desde el primer día de su gobierno,estaban la reconstrucción del puente Bella Unión en un plazo de tres meses y la culminación del túnel Santa Rosa, que une San Juan de Lurigancho y el Rímac. El proyecto vial que más promocionó fue el del By-pass de 28 de Julio para disminuir el tráfico de la zona.

Cinco años después de estas promesas, el ahora exalcalde Luis Castañeda Lossio ha vuelto a acaparar la atención de los peruanos. Hace algunos días, la jueza María Álvarez Camacho aceptó el pedido de la fiscal Milagros Salazar para que Castañeda Lossio, calificado como “El mejor alcalde de todos los tiempos” por los miembros de su partido Solidaridad Nacional, afronte las investigaciones por el Caso OAS en la cárcel. La magistrada ordenó 24 meses de prisión preventiva para el exburgomaestre.

Ya muy lejos del sillón municipal, vale recordar ¿qué obras finalmente quedaron como el legado de Castañeda para la ciudad? A continuación, repasamos algunas de ellas.

Las huellas del By-pass

En un rincón de la alameda de la Av. 28 de Julio, rodeada de asfalto mezclado con tierra, está la placa que Luis Castañeda Lossio colocó en abril del 2016 cuando inauguró el By-pass de 28 de Julio. Su nombre figura en letras doradas que hoy lucen sucias y descoloridas sobre una especie de roca gris que pasa desapercibida para los transeúntes.

Para la construcción del By-pass,que tuvo un costo aproximado de 58 millones de dólares, se canceló el proyecto Río Verde, dque impulsó la exalcaldesa Susana Villlarán, que incluía 25 hectáreas de áreas verdes y la reubicación de la comunidad shipibo-konibo de Cantagallo. El fideicomiso de dicho proyecto (74 millones de dólares) pasó a financiar el by-pass.

Una vez inaugurada la obra, fue punto de críticas por el reemplazo de árboles que existían en la avenida por delgadas palmeras colocadas sobre césped sintético. Además, que inicialmente se habían prometido 8 mil metros cuadrados de áreas verdes, pero finalmente se entregaron solo 3 mil metros cuadrados. Es decir, más cemento y menos áreas verdes.

Pese a que en junio del 2017, apenas un poco más de un año después de la inauguración de la obra, un informe del programa periodístico Cuarto Poder reveló que solo las cuatro paredes del túnel construido por la empresa OAS presentaban 530 grietas, El Comercio comprobó en el 2018 que el mismo problema continuaba. Además, se denunciaron hundimientos en las vías auxiliares como en la cuadra 1 de la avenida República de Chile. Esta semana, este Diario encontró que las grietas del túnel siguen a la vista de peatones y conductores. Solo algunas, han sido parchadas.

En un recorrido por la obra, se pudo comprobar que algunas barandas amarillas colocadas en el paso peatonal sobre el túnel están deterioradas y rotas.

El puente de la Solidaridad

El 16 de marzo del 2020 se cumplirán tres años desde que el puente peatonal que une El Agustino con San Juan de Lurigancho se vino abajo. Los vecinos de la zona no olvidan cuando el caudal del río Rímac creció a gran magnitud por El Niño costero y se llevó parte del puente que utilizaban diariamente para llegar a la avenida Malecón Checa. Tampoco olvidan cuando un exfuncionario del municipio limeño trató de minimizar los daños causados diciendo que el puente solo se “desplomó”. El puente se derrumbó luego de 6 años de haber sido construido cuando estaba proyectado para durar unos 20 años.

La Contraloría General de la República encontró irregularidades en la licitación del puente que habrían causado la vulnerabilidad de esta estructura. Uno de los puntos más graves hallados fue que el expediente que sirve de manual para la construcción presentó errores de ingeniería: se proyectó una cimentación superficial en los taludes con peligro de erosión y se modificó sin sustento técnico el mecanismo de protección que tendría el puente frente a la fuerza del río.

Además, tal como informó la unidad de investigación de este Diario, se encontró que el comité evaluador de Emape admitió “la propuesta del postor único Constructora e Inmobiliaria AL&M S.A.C. que no cumplió los requerimientos técnicos mínimos”. El informe indica que a pesar de que no cumplía el factor “experiencia y calificaciones del personal propuesto”, la empresa recibió puntaje favorable.

En un recorrido realizado esta semana, El Comercio pudo comprobar que la construcción del puente que reemplazará al que se desplomó aún no ha concluido. En la zona, los vecinos y los choferes de los autos que se quedan varados en la Avenida Malecón Checa, se quejan de la demora en la entrega de esta obra.

Esta semana, el alcalde de Lima, Jorge Muñoz, aseguró que el puente tiene un avance del 88% y que beneficiará a más de un millón de vecinos de ambos distritos. Muñoz había anunciado en el 2019 que el puente peatonal 'Malecón Checa’ sería entregado en diciembre de ese año, ahora asegura que será en fines de marzo.

El burgomaestre precisó que ya está lista la defensa ribereña del puente, la cual consta de 125 m lineales de enrocados aguas arriba y abajo del eje del puente en ambas márgenes, así como las estructuras de rocas perpendiculares al cauce del río. Esto para evitar que se repita lo del 2017.“Luego vendrán los acabados, y se le colocarán luminarias, barandas, áreas verdes, gaviones y pérgolas de protección en los extremos. Tenemos proyectado concluir los trabajos a fines de marzo”, dijo Muñoz hace unos días.

La Municipalidad de Lima asegura que para evitar la erosión y resguardar sus bases se han efectuado trabajos de protección del terreno. Todo esto permitirá que los ciudadanos dispongan de una infraestructura segura, confiable y funcional. El proyecto tiene un costo de más de S/ 10 millones provenientes de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios.

El malecón de la Costa Verde

Si hay una obra de Castañeda que ha recibido duras críticas de vecinos, peatones e incluso deportistas, ha sido el malecón elevado construido sobre la Costa Verde. En octubre del 2015, el municipio de Lima liderado por Castañeda Lossio empezó a construir un malecón elevado de 700 metros de extensión a lo largo de las playas Punta Roquitas, La Pampilla y Makaha, en la Costa Verde de Miraflores.

El diseño de la obra fue duramente criticado por un grupo de activistas y expertos en urbanismo al considerarlo riesgoso para los peatones, bañistas y ciclistas.

Para algunos expertos, la crítica iba por la altura de la estructura (1,5 metros) ya que dificultaría la evacuación de bañistas ante un posible maremoto. Además, el ancho de la vía (3,2 metros) sería insuficiente para una ciclovía de dos carriles y un paseo peatonal. Además, la Marina de Guerra del Perú y el Ministerio de Transportes informaron que no habían emitido las autorizaciones correspondientes para la construcción del malecón elevado. Si bien la obra de mejoramiento de la Costa Verde fue iniciada en la gestión de Susana Villarán, la inclusión del malecón elevado se realizó durante el gobierno de Castañeda.

Durante su gestión, Castañeda también anunció la construcción del 'Nuevo Malecón de la Costa Verde, en el tramo San Iisidro-Chorrillos. Este consiste en la construcción de veredas, paseos peatonales y ciclovías en 5,8 km de la vía costera.

Durante un recorrido, El Comercio comprobó que el nuevo malecón aún tiene algunas partes inconclusas. Por ejemplo, debajo del malecón elevado, en Miraflores, la vereda luce desmejorada y sin terminar. Los peatones y ciclistas que pasan por ahí deben estar atentos para no caer cerca al borde del mar.

El paso peatonal que conecta a Barranco es interrumpido por las escaleras de uno de los tres puentes que aún no se han terminado de construir debido a que el municipio limeño lleva un proceso judicial por ellos. Los peatones y ciclistas deben dar vuelta a las escaleras abandonadas para poder retomar el paso hacia la vía.

Solicitamos al municipio de Lima información actualizada y precisa por la situación de cada una de las obras mencionadas en esta nota, pero no obtuvimos respuesta.