En algunas zonas de Lima faltan terrenos que podrían albergar proyectos a gran escala.
En algunas zonas de Lima faltan terrenos que podrían albergar proyectos a gran escala.
Angus Laurie

Por lo general, las municipalidades distritales disponen de presupuestos muy limitados y de poca capacidad para planificar, diseñar, gestionar y mantener los espacios públicos. Para cubrir sus gastos, buscan –con mucha presión– fuentes de ingresos alternativos como son los paneles publicitarios, que plagan nuestras avenidas, así como la concesión del suelo público.

Algunas iniciativas privadas, como el estacionamiento subterráneo en Rivera Navarrete, el centro comercial Larcomar y el parqueo subterráneo en el parque Kennedy, muestran que las concesiones pueden ser un elemento importante en la recuperación, e incluso en la creación de nuevos espacios públicos. Pero para que funcionen así, es necesario que exista un compromiso de la municipalidad distrital en asegurar el bien público. En cambio, un proyecto mal pensado puede generar un impacto doblemente negativo al reducir el área total del espacio público y, al mismo tiempo, intensificar su uso.

Con solamente 3,9 m² de área verde por habitante, según el PLAM 2035, el distrito de Comas todavía se encuentra lejos de nivelarse con el estándar mínimo de la OMS, de 9 m². En parte por esta razón, es positivo que el viernes último, el concejo de la Municipalidad de Comas haya votado unánimemente para dejar sin efecto su interés en la iniciativa privada para desarrollar un supermercado en el parque Manhattan. Como publicó El Comercio, el proyecto incluía la concesión de 7.667 m² del parque por un plazo de 40 años.

Más allá del problema moral, de si está bien o no concesionar un espacio público, en algunas zonas de Lima faltan terrenos que podrían albergar proyectos a gran escala. El problema está exacerbado por la falta de catastros en varios distritos y la existencia de problemas legales en los terrenos privados que existen. La decisión de ubicar la Villa Panamericana en un terreno reservado a parque zonal es un solo ejemplo de la incapacidad, incluso del gobierno nacional, de encontrar suelos privados para el desarrollo de un proyecto de uso privado.

Estos factores originan mucha presión en los pocos suelos públicos que existen. Más que echar la culpa a las grandes empresas, existe una necesidad de ordenar los catastros y los títulos de las propiedades privadas para facilitar el desarrollo de la ciudad y permitir que los proyectos a gran escala no tengan que estar en suelos públicos.

Los supermercados pueden ser considerados un equipamiento básico por su rol de mejorar el acceso a artículos de primera necesidad, inclusive de alimentos saludables. Un estudio hecho por la Universidad de Minneapolis, en el 2009, concluyó que por cada supermercado adicional en un barrio de bajos ingresos, se aumenta en 32% la probabilidad de que los residentes tengan una dieta saludable. Además, la presencia de un supermercado se asocia con la reducción en el costo de la comida sana.

TAGS

Contenido sugerido

Contenido GEC