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Monumentos, estatuas y esculturas de Lima
Oscar Paz Campuzano

Pintar de dorado cuatro estatuas en la pasarela de la Av. 28 de Julio fue solo el último de muchos otros atentados contra el patrimonio artístico-histórico que se exhibe en las calles y plazas de Lima.

El monumento en honor al mariscal Ramón Castilla (1969), en la Plaza Unión, es un elocuente ejemplo de los tres tipos de daños frecuentes en estas obras de arte: abandono, alteración de su originalidad y mutilaciones.

A la obra, del escultor José Luis Peña y Peña, le robaron las cadenas, espadas y la balanza de la justicia. Además, el pedestal de granito fue alterado con pintura verde, está sucio y tienen pintas por todos lados. Su suma a esto que la plaza Unión se usa como baño al aire libre y es refugio de alcohólicos.

Los daños a esta y a otras esculturas los reporta el historiador Virgilio Freddy Cabanillas, quien dedica parte de su tiempo a visitar los monumentos. Para verificar los daños, El Comercio recorrió ayer 9 obras de arte que están bajo el cuidado de la Municipalidad de Lima (MML).

La estatua de la libertad (1926), en la plaza Francia, también tiene daños: la antorcha y la rama de laurel fue robada. En el 2010, la segunda gestión de Luis Castañeda recuperó la plaza, pero los daños en la estatua no se atendieron.

El monumento al libertador San Martín (1921), en la plaza del mismo nombre, no está abandonado, pero sí se observa una notable alteración a la originalidad de la obra del español Mariano Benlliure. La estatua se asienta sobre una alegoría de granito, que fue pintada de blanco, según Cabanillas.

“Muchas veces el mismo Estado atenta contra el patrimonio. Cuando se acerca el Día de la Bandera, pintan el monumento de Francisco Bolognesi como si fuese cualquier pared blanca”, explica Alberto Martorell, presidente del comité peruano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios.

Según el especialista en patrimonio, no hay una norma de intervención de los monumentos artísticos instalados en espacios públicos.

“Se necesitan lineamientos de qué hacer con el bronce, granito, mármol, y demás materiales. Eso limitaría el libre albedrío, como ocurrió con las cuatro esculturas pintadas de dorado en la Av. 28 de Julio”, dijo Martorell.

A propósito de este caso, el Ministerio de Cultura ordenó a la Municipalidad de Lima que “revierta el proceso de pintado y reponga la anterior patina (capa de sales de cobre) ” de las estatuas de José Carlos Mariátegui, Miguel de Cervantes, Víctor Raúl Haya de La Torre y Pedro Huilca. Por ahora, la pasarela donde se ubican las efigies sigue sin ser inaugurada.

El Ministerio de Cultura está por culminar un proceso sancionador contra los responsables. El Comercio buscó la versión de la Municipalidad de Lima sobre la situación de los monumentos, pero hasta el cierre de esta edición no respondieron a nuestro llamado. Solo una fuente del área de prensa indicó, sobre el caso de 28 de Julio, que la comuna estaría buscando a un especialista para devolver el color original a las estatuas.

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