Los peritos que descubrieron letra de Nadine Heredia en agendas
Los peritos que descubrieron letra de Nadine Heredia en agendas
Pierina Chicoma Castro

El ruido de la avenida Abancay no logra perturbar el minucioso trabajo que hacen los peritos del (MP). Aquí, en la cuadra 4 de esta caótica vía, se analizan, investigan y descubren los casos criminales y de corrupción más sonados del Perú.

Cuando todo parece perdido y no hay pistas para hallar a un asesino o delincuente, los peritos del Laboratorio de Criminalística y Medio Ambiente del MP se encargan de resolverlo. 

Es el caso de Bhel Boy Santillán Ríos, ‘Servando’, uno de los hombres más buscados en el país por su alta peligrosidad. Sometió su rostro a más de 10 operaciones﷯, lo que dificultó su localización. Pero para los expertos del área de identificación facial no fue imposible hallarlo.

‘Servando’ cambió drásticamente su aspecto e hizo lo mismo con sus datos personales: se llamaba Juan Carlos Loaiza y vivía en Buenos Aires (Argentina). Aunque Juan Carlos lucía diametralmente distinto a Bhel Boy, el doctor Danny Humpire, especialista en antropología física forense, certificó que eran la misma persona. 

Tras un detallado análisis del rostro, Humpire alegó que la región mentoniana y la estructura ósea del falso Juan Carlos y de Bhel Boy eran las mismas. Así fue como este personaje fue recapturado hace dos semanas. 

Estos capos de la investigación también han logrado identificar a criminales a través de las cámaras de seguridad. “Solo nos basta un detalle para reconocerlo. Puede ser un lunar, una mancha, un tatuaje”, explica Humpire.    

Con el sistema de escáner 3D que poseen y con solo dos antropólogos forenses –para todo el país– también pueden identificar a niños desaparecidos a pesar del tiempo transcurrido y a los cambios que se producen en ellos. 
 
—Reciben ocho casos al día—
En el área de fonética y acústica, los ingenieros Marcial Sulca y Arturo Lazarte están ocupados analizando un audio. Es la voz del investigado Gerald Oropeza. Lo escuchan con mucha atención. “Él [Oropeza] todavía sostiene que no es su voz la que se escucha en los audios. Eso estamos averiguándolo”, señalan los peritos.

Aquí también se analizan las voces de extorsionadores, sicarios y traficantes de drogas para dar con sus paraderos. Pese a ser solo cuatro los fonólogos, el número de casos exitosos que han tenido es considerable. Al menos unos ocho casos al día reciben a solicitud de diversas fiscalías y la Policía Nacional. “La demanda aquí es alta y somos pocos. Debemos viajar para obtener las voces de los sospechosos y hacer las pericias”, comenta Carlos Quiche, perito acústico fonético que homologó la voz del pastor Rodolfo González para El Comercio, en la que afirmó que el audio donde se oía al religioso dando un discurso discriminador era la de González.   
 
–Caso Nadine Heredia–
Otra área con alta demanda es la de grafotecnia y documentoscopía. Aquí hay seis peritos que se encargan de estudiar la falsificación de firmas, sellos, monedas nacionales y extranjeras, así como manuscritos.

Uno de los casos que les tocó resolver fue la escritura que figuraba en las agendas de la ex primera dama Nadine Heredia. Pese a que la esposa del ex mandatario negó haber escrito en dichos cuadernos, los peritos afirmaron que se trataba del puño gráfico de la esposa de Ollanta Humala.

El caso de José Yactayo también está en manos de los forenses. Lo tiene, específicamente, el área de análisis digital, donde los expertos se encargan de comprobar si la computadora del periodista audiovisual fue manipulada. “Las pericias ya están hechas, ahora nos tocará decir quién manipuló la máquina”, afirma Danny Humpire, quien también es el jefe de las siete﷯ áreas que conforman este laboratorio. 
Para recorrer todas las áreas no hace falta caminar mucho. Visitar tres salones contiguos es suficiente, pues ahí están todas, incluso las de escenas del crimen, balística forense y delitos ambientales.

Solo son 20 peritos los que trabajan meticulosamente para encontrar pruebas irrefutables que demuestren una verdad. Como ocurre con la mayoría de locales del Ministerio Público, no hay privacidad y el espacio es reducido. Tampoco tienen un horario fijo de salida, no cuentan con las comodidades ni con Internet ilimitado que los ayude a trabajar más rápido. Pese a todo ello, este grupo de profesionales no se desanima, pues su amor por la investigación es más grande que las deficiencias en el Estado.

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