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Mercedes Villalobos

Por 30 años Mercedes Villalobos se ha dedicado a la formación de niños, adolescentes y adultos con discapacidad cognitiva. Yulissa Arescurenaga, la primera instructora de zumba con síndrome de Down certificada por los Estados Unidos, fue su alumna en el colegio Fray Masías, en San Borja. Villalobos vio en ella cualidades para el baile y le enseñó marinera. Al graduarse, la joven se mudó con su familia a Estados Unidos, donde perseveró en la danza y ahora vive de eso.

En Fray Masías también estudió Diego Leonardo, de 23 años. El joven, que nació con autismo, trabaja actualmente en el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa). Además, se ha formado como pianista en la Escuela Nacional Especial de Arte (que también dirige Villalobos y que funciona en el mismo local de San Borja), y ha ofrecido conciertos de música clásica en Corea del Sur.

— ¿Qué pasa con las personas con síndrome de Down cuando acaban el colegio?
No los admiten en los institutos y el índice laboral es bajísimo. Usualmente los chicos se quedan en casa y comienzan a regresionar. La ONG Save the Children hizo un estudio al respecto y los resultados fueron preocupantes: se observaron altos índices de depresión y alopecia por estrés en los jóvenes que no lograban insertarse en el mundo laboral. Si en Lima los jóvenes con discapacidad se quedan en sus casas, imagínate cómo es en provincia. La realidad es triste y se está perdiendo a gente valiosa.

— ¿Cuál es la meta?
Uno de nuestros pintores, Guillermo Nole, de 28 años, ha ganado dos veces el concurso de tarjetas navideñas de Unicef. Sus diseños están expuestos en Ginebra. Vive en San Martín de Porres. Si hubiera políticas adecuadas de inclusión, él podría ser económicamente independiente. Podría vivir de su talento. Esa es la meta.

— ¿Cómo es el trabajo en la escuela de arte?
Solo trabajamos con adolescentes y adultos, pero en el colegio estamos iniciando una banda con pequeñitos. Es un piloto que estamos trabajando con Colectivo 21, una asociación de padres de niños con síndrome de Down. No es una escuela de ocio. Los preparamos de manera casi profesional. Los chicos del elenco de baile, por ejemplo, vienen dos veces por semana a ensayar. Tenemos tres elencos de marinera, tres grupos de danzas peruanas y otros res de ritmos latinos. Además, contamos con 25 músicos y diez pintores de alta performance.

[Algunos alumnos de la escuela se trasladan desde Comas, Los Olivos y el Callao. El trayecto en bus demora más que las clases, normalmente de hora y media. Y a pesar de que la escuela tiene ya seis años a nadie se le ha ocurrido replicar la idea. Así que a Villalobos la suelen llamar de distintas ciudades para que vaya a capacitar a maestros de educación especial.

— ¿Cómo ha mejorado el arte la vida de tus alumnos?
Con el arte, su autoestima se eleva. De lo que eran excluídos, ignorados, se convierten en protagonistas, en el orgullo de la familia. Es un cambio total.

— ¿Encuentran espacio para presentarse o exponer sus obras?
Cuando estaba Luis Peirano de ministro de Cultura, logramos que nuestro elenco de marinera bailara junto con el nacional. El público se emocionó mucho, aplaudió de pie. Nuestros chicos logran transmitir profesionalismo y sensibilidad. No hemos podido repetir la experiencia.

— ¿Cree que faltan políticas culturales para la población con discapacidad?
No las hay. La ley de discapacidad a lo mucho habla de un descuento para que las personas con discapacidad accedan a espectáculos culturales. Lo que quisiera es que haya un centro cultural especial para ellos, donde puedan desarrollar su arte e intercambiar con sus pares. Hemos hablado con la primera dama, Maribel Díaz, quien nos ha escuchado, además, como docente.

[La escuela de arte de Villalobos ostenta la Marca Perú. Eso, sin embargo, no le ha abierto tantas puertas como creía. “Este año pedimos apoyo a Promperú para llevar a nuestro grupo de danzas peruanas a Rusia. Nos dijeron que no podían. Pero estamos insistiendo con el Ministerio de Cultura para presentar un show inclusivo luego del Mundial. Nos han dicho que podría ser en el teatro de la Biblioteca Nacional. Veremos”, dice la educadora.].

— ¿Y reciben apoyo de la empresa privada?
¡Cómo quisiéramos contar con su ayuda! En julio iremos a un festival de arte en Guadalajara, México. Nos invita Danza Aptitud. Nos hospedarán y darán alimentación. Pero necesitamos costear los pasajes. Todas las familias están haciendo actividades. En diciembre iremos a Orlando a defender el título de campeones de salsa y tampoco tenemos quién nos ayude económicamente.

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