Las peruanas que rompieron esquemas
Las peruanas que rompieron esquemas
Redacción EC

LILIA CÓRDOVA TABORI

Entre avisos de cremas hidratantes y muebles de Viena destacaba este titular “El piloto Moore y la señorita Carmela Combe caen desde gran altura. Los pasajeros resultaron ilesos”. Esta noticia publicada en El Comercio, el 10 de julio de 1921, nos conduce a la historia de Carmela Combe Thomson, una peruana que rompió esquemas para cumplir su sueño de volar.

Carmela tenía 20 años cuando se inscribió en la Escuela Nacional de Aeronáutica. En su adolescencia aprendió a manejar autos y fue la segunda peruana en obtener un brevete.

El 6 de mayo de 1921, Carmela hizo historia al tomar el control de un avión Curtiss-Oriole, luego de cuatro horas de doble mando. Continuó su instrucción en la Escuela de Aviación Civil de . En una de sus clases ocurrió aquel accidente del cual salieron ilesos profesor y alumna.

A pesar de la fuerte oposición familiar, Carmela obtuvo, en 1922, su licencia de manos de Elmer Faucett. 

Cruzó los Andes con su avión, un biplano Curtis que compró con su herencia. Su valentía fue reconocida en dos oportunidades: en 1960 con la Cruz al Mérito Aeronáutico por ser la primera mujer piloto y en 1982 con la medalla al mérito Jorge Chávez por su contribución al desarrollo de la aviación civil. Carmela viajó a la eternidad el 10 de mayo de 1984.

Pero ella no fue la única que persiguió sus sueños en campos entonces vetados a las mujeres.

LA PRIMERA DOCTORA EN EL PERÚ
“La señorita Laura Esther Rodríguez Dulanto ha optado por unanimidad el grado de doctora, siendo la primera persona de su sexo que ha podido alcanzar el más alto grado universitario entre nosotros”, daba cuenta este Diario el 28 de octubre de 1898. Natural de Supe, Laura estudió la secundaria en casa con la ayuda de su hermano.

En tiempos en que el alumbrado público era una novedad, las mujeres no tenían acceso a la educación superior. Para ingresar a la universidad un jurado especial le tomó examen. En 1900 obtuvo el título de médica cirujana. Fue la primera mujer en jurar la demanda hipocrática en el Perú. Ejerció como doctora en la Escuela de Mujeres Liceo Fanning. Durante el conflicto con Ecuador, en 1910, fundó la Unión Patriótica de Señoras.

UNA NATIVA SANMARQUINA
Licenia Ihuaraqui Canayo es la primera médica nativa del país. Estudió Medicina en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En octubre de 1981, Licenia se graduó de doctora. A los 29 años cumplía el anhelo que tuvo desde que quedó deslumbrada por el trabajo de los médicos en el hospital de Pucallpa. “Quiero ser ginecóloga para ayudar a las parturientas de mi tierra, Loreto” fueron sus primeras palabras al graduarse.

LA ABOGADA QUE NO PUDO EJERCER
La cusqueña María Trinidad Enríquez es la primera peruana que estudió Derecho y Jurisprudencia en la Universidad San Antonio Abad del . Su esfuerzo marcó la profesionalización de la peruana.

Obtuvo el grado de bachiller en Jurisprudencia, pero no el de abogada porque, a finales del siglo XIX, estaba prohibido para las mujeres. Piérola le otorgó una autorización especial para graduarse como abogada, pero renunció porque ella entendía que era un derecho de todas las peruanas y no un favor.

DEFENSORA DE LAS MUJERES
En 1914, con “Evolución femenina”, María Jesús Alvarado, una pedagoga vanguardista, pasó a la historia como la fundadora de la primera organización feminista en el Perú. Luchó para que se reconocieran los derechos civiles femeninos. En su libro autobiográfico “Nuevas cumbres”, la protagonista Luz Acme vive en una sociedad equitativa donde es una mujer libre que se autoeduca. Sus ideas de liberación femenina no eran bien vistas por el gobierno de Leguía.

Abogar por los derechos de los obreros le valió ser encarcelada, perseguida y exiliada. A su regreso, continuó luchando por el voto femenino y fundó la academia de arte dramático Ollantay.

PIONERAS EN EDUCACIÓN INICIAL
Emilia y Victoria Barcia Boniffatti iniciaron su labor docente con niños de 2 a 7 años en el Kindergarten Moderno, en su natal Iquitos. En 1930 el presidente Augusto B. Leguía, al conocer el éxito de esta iniciativa, las convocó para organizar los jardines de la infancia con carácter estatal en el país. Un año más tarde con el lema “Todo por amor, nada por la fuerza”, inauguraron el primer jardín en el parque La Mar, para enseñar a pequeños de 4 y 5 años. Su ejemplo y dedicación perduran en las profesoras que educan a las futuras generaciones.

ANTECEDENTES
UN DÍA PARA REFLEXIONAR

La celebración del Día Internacional de la Mujer se remonta al 8 de marzo de 1857, cuando un grupo de obreras en la industria del vestido, en Nueva York, protestó por las condiciones laborales.

En 1977 la ONU aprobó una resolución en la que estableció oficialmente el Día Internacional de la Mujer.

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