¿Por qué los peruanos no ganamos un Óscar?, por Raúl Castro
¿Por qué los peruanos no ganamos un Óscar?, por Raúl Castro
Redacción EC

Por segundo año consecutivo, un mexicano fue coronado como mejor director en los apetecidos . Alejandro González Iñárritu lo recibió por la película “Birdman” hace dos días. El año pasado le tocó a Alfonso Cuarón por “Gravedad”. Ambos premios muy merecidos en virtud a sus excelentes trabajos cinematográficos.

Mexicanos triunfando en la meca del cine de masas. ¿Mérito individual de insólitos genios, o la madurez de una industria nacional –la mexicana– que exporta a sus mejores talentos al mercado más competitivo del mundo? O ambos.

Para la prensa del espectáculo, este ‘efecto tequila’ no es casualidad. Se debe a una generación de talentosos realizadores y técnicos que hoy frisan los 50 años y que se movieron juntos, digamos, en red, del D.F. a Hollywood en los 90.

Los más notables: los mencionados Cuarón, González Iñárritu y un tercero en cuestión, Guillermo del Toro –el del asombroso “El laberinto del fauno”–, quienes ahora forman un combo conocido como ‘Los Tres Amigos’. De ellos se dice que “pusieron nuevos límites a la tecnología en el cine, a su fotografía, y a las formas en que sus historias estaban siendo contadas”.

Sin embargo, el mérito no parece estar solo en los individuos o en lo que hacen desde los grandes estudios. La producción en México creció de 63 filmes en el 2009 a 127 el año pasado. La asistencia casi se dobló en el mismo período y llegó a más de 25 millones de espectadores solo para películas nacionales en el 2014.

Reportes de toda Latinoamérica dicen que el crecimiento de mercados locales e industrias nacionales no está solo al norte. La situación de auge se vive en casi todas las plazas en el continente, producto del ‘boom’ económico y el florecimiento de vigorosas audiencias locales ansiosas por disfrutar de sus propias realidades sociales en pantalla grande.

Ya en el 2013, por ejemplo, la revista “Variety” de Estados Unidos informó que, por primera vez en la historia de las plazas más grandes del continente, sus respectivas películas nacionales tuvieron una participación de más del 10% en el total de la taquilla recaudada: Argentina (14,6%), Brasil (18,6%) y México (10,6%).

Para los peruanos, el esplendor del cine local no es extraño. La grata noticia es que en el 2014 se estrenaron 17 largometrajes en salas comerciales, 5 más que en el 2013 y 9 más que en el 2012. La taquilla, según los propietarios de cine, crece a un ritmo de 12% anual. Calculan que el año pasado fueron 35 millones los espectadores y que cerca del 10% de ellos compró boletos para filmes hechos en casa.  

Siendo esto así, ¿entonces qué tan lejos están los peruanos de acariciar la estatuilla?

Nuestra industria es pequeña. Crece, pero aún es incipiente. No tenemos, asimismo, una red de profesionales en Hollywood. Pero talentos individuales como Claudia Llosa podrían hacer la diferencia.

Mientras, lo que tendríamos que aprender de México es a contar historias universales. Nos va a costar “tantito”, pero ya estamos en camino.

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