Juan Huaripata Rosales (28) cometió feminicidio y filicidio en El Agustino. (GEC)
Juan Huaripata Rosales (28) cometió feminicidio y filicidio en El Agustino. (GEC)

Juan Huaripata Rosales ha dado versiones distintas sobre lo que sucedió la madrugada del domingo 22 de diciembre, cuando acuchilló 80 veces a su pareja, Jesica Tejeda, y asesinó a tres de sus hijos en . Durante la entrevista con los psicólogos del Ministerio Público, el sujeto intentó culpar a la mujer, a quien acusaba de no dejarlo ver a sus hijos. Aseguró que ella misma lo provocó para que la matara. “No era consciente de lo que estaba haciendo. Me nublé”, dijo. Pero, según los peritos psicológicos del Ministerio Público, Huaripata no sufre ningún trastorno psicopatológico que le haya impedido evaluar la realidad.

"Fui a la cocina. Agarré un cuchillo. Cuando regresé le dije: ‘está bien. Si es lo que quieres, lo haré’. Entonces le empecé a hincar con el cuchillo[....] Su hijo 'C' se levantó. Me preguntó qué había hecho. Me quiso quitar el cuchillo. También lo ataqué. Apareció su otro hijo 'D'. También lo ataqué. De ahí veo que había fuego. Salí del cuarto. Me fui”, dijo.

A la policía, sin embargo, le confesó que él mismo había ido al cuarto del mayor de los hijos de Tejeda a buscarlo."Me dirigí al cuarto donde se encontraba descansando su hijo C para despertarlo, indicándole: ‘mira lo que ha hecho tu mamá’. Al observar este a su mamá, que estaba tirada en el piso ensangrentada, trató de atacarme con puñetes", contó. Entonces, mató al adolescente. Según él, D, el niño de 9 años de Tejeda, fue en defensa de su madre y de su hermano mayor. “Lo ataqué también”, dijo.

Las pericias psicológicas han revelado que se trata de un sujeto con la habilidad para “no mostrarse tal como es a fin de encubrir su verdadera intencionalidad”. Los especialistas lo han descrito como alguien “frío”, “carente de empatía” y capaz de “premeditar actos de agresividad manifiesta”.

De hecho, él mismo ha confesado que tras acuchillar a sus tres primeras víctimas, se colocó unos guantes para callar al perro de Tejeda, que ladraba desesperadamente. Para entonces ya se había iniciado el incendio, cuya autoría el sujeto insiste en negar.

Con todos los gritos de Tejeda y sus dos hijos mayores —frutos de una relación anterior—, la bulla de los vecinos que intentaban entrar a la casa, los ladridos del perro, el humo y el fuego, la hija de 2 años de Huaripata se despertó llorando. El sujeto, en vez de sacarla de la vivienda, la mandó al baño a mojarse la cara. Luego huyó abandonando a la nena y a su otro bebe, de apenas meses de nacido, quienes hasta entonces no tenían ningún rasguño.

Ambos menores murieron por la inhalación de humo. Cuando los bomberos llegaron, el más pequeño ya había muerto y presentaba quemaduras de tercer y cuarto grado en el 100% de su cuerpo.

Tras acuchillar a su pareja Jesica Tejeda y a sus dos hijos de 15 y 9 años, Juan Huaripata prendió fuego a la vivienda y huyó, abandonando también a sus propios niños, una de 2 años y otro de apenas meses de nacido (Foto: Alessandro Currarino/GEC).
Tras acuchillar a su pareja Jesica Tejeda y a sus dos hijos de 15 y 9 años, Juan Huaripata prendió fuego a la vivienda y huyó, abandonando también a sus propios niños, una de 2 años y otro de apenas meses de nacido (Foto: Alessandro Currarino/GEC).
/ ALESSANDRO CURRARINO

Perfil de Huaripata

Huaripata no terminó la secundaria. Se quedó en el segundo año. “Por las amistades, por dedicarme a los videojuegos”. Trabajó como vigilante en diferentes tiendas y, hasta antes de su detención, se desempeñaba como almacenero en un centro comercial de Santiago de Surco, donde ganaba S/1.000.

Emocionalmente, dicen los especialistas del Ministerio Público, es superficial e inconstante, y “evidencia cambios temperamentales de estado de ánimo, pasando de la inhibición a la impulsividad con propensión a reacciones impetuosas de poca tolerancia a la frustración y bajo control de impulsos”. Según las conclusiones de los peritos, el individuo suele reaccionar con agresividad y sin un control de sus "impulsos hostiles”. “Puede irrumpir en arranques de ira sin tomar en cuenta las consecuencias de su accionar. Es susceptible a los acontecimientos que lo hieren emocionalmente. Su vida sentimental es inestable e inmadura. No ha podido mantener una relación continua”, consignaron.

Huaripata conoció a Tejeda en el 2015, cuando ella trabajaba en un supermercado de Santa Anita. Cuando los representantes del Ministerio Público le preguntaron por su relación con ella, el sujeto la calificó de “conflictiva”. Luego quiso restarle importancia al vínculo que tenían e insistió en que nunca había vivido juntos.

Según él, Tejeda, quien ya no puede refutar esa versión, forzó la relación hace tres años, después de una fiesta a la que asistieron ambos. "Luego de un tiempo me dijo que estaba embarazada. La verdad, yo no lo quería tener. Le dije que lo abortara. Ella no quiso”, dijo. Al rato añadió: “Nunca la amé”.

También confesó que el quería formar una familia “desde cero”, con otra mujer.

Los vecinos aseguran que nunca escucharon discusiones entre Tejeda y Huaripata. María, la dueña de la bodega de la cuadra, cuenta que lo veía con regularidad cargando a su hija de 2 años. Los vecinos del edificio donde vivía Tejeda con sus cuatro niños nunca mantuvieron amistad con él. “Solo nos saludábamos con respeto”, dicen.

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