Al cierre de esta edición, las diligencias continuaban en la sede de la Dirección  de Investigación Criminal y en el Ministerio Público. No ha sido liberado ningún detenido. (Foto: Joseph Ángeles/GEC)
Al cierre de esta edición, las diligencias continuaban en la sede de la Dirección de Investigación Criminal y en el Ministerio Público. No ha sido liberado ningún detenido. (Foto: Joseph Ángeles/GEC)
Ricardo León

El comandante Víctor Revoredo, un experimentado policía de la División de Investigación de Homicidios, seguía en paralelo las pesquisas de varios crímenes cometidos en los últimos meses en Lima. Uno de ellos era el descuartizamiento de dos jóvenes –un peruano y un venezolano– en setiembre del año pasado en un hostal de San Martín de Porres. Otro, más reciente, era el homicidio de Isaac Hilario, quien el pasado jueves fue baleado mientras comía en un local de McDonald’s, dentro del centro comercial Risso, en el distrito de .

Estos y otros hechos tenían un denominador común: los sospechosos, antes o después de cometer los crímenes, se reunían con otros delincuentes en varias zonas de la capital. En la temporada de verano, uno de estos puntos de encuentro fue el hotel Rojo, ubicado en el balneario de Punta Negra.

En su investigación, y con base en la información de inteligencia recogida, Revoredo supo que al menos uno de los sicarios que participó en el asesinato de Hilario podría estar en el referido hospedaje. Esto coincidió con las llamadas de vecinos de la urbanización Costa Azul, donde se ubica el hotel Rojo, quienes advirtieron que había un gran número de personas que llegaban en actitud sospechosa a bordo de motos y autos, y participaban en una fiesta a puertas cerradas.

La mañana del último domingo, Revoredo solicitó, a través del oficio 250-2020-Dirnic, al general PNP Gastón Rodríguez, jefe de la Dirección Nacional de Orden y Seguridad, que asigne a un grupo de agentes de la Dirección Táctica Urbana y de la Subunidad de Acciones Tácticas para ingresar al hotel, pues se presumía que había personas armadas al interior.

Más de 40 policías irrumpieron en el lugar y el desenlace ya es conocido: 124 detenidos –entre ellos 114 venezolanos, entre hombres y mujeres– y el decomiso de diez armas de fuego y droga. Según confirmaron fuentes policiales, también se encontró un reloj marca Rolex robado.

Inicialmente los intervenidos intentaron abrir fuego contra los agentes de la PNP. (Mininter)
Inicialmente los intervenidos intentaron abrir fuego contra los agentes de la PNP. (Mininter)

Aunque continúan las diligencias de los detenidos, hasta el momento se mantiene la hipótesis de que allí se habría escondido uno de los asesinos de Isaac Hilario.

“Se están comparando las imágenes obtenidas en el centro comercial Risso con las imágenes de dos de los detenidos, y con las armas, a ver si guardan relación con el hecho”, explicó ayer a este Diario el coronel PNP Erick Ángeles, jefe de la División de Homicidios.

En una imagen tomada por un agente de la Policía Nacional que participó en la captura, aparece el comandante Revoredo junto a varias de las pistolas encontradas en el edificio. “Las armas hablarán”, dijo ayer escuetamente.

Más información

  • Ayer continuaron las tareas de identificación, los exámenes con los médicos legistas y las pruebas de absorción atómica a los 124 detenidos.
  • “He dado la disposición para que las personas que no han cumplido con todas sus obligaciones migratorias [...] inmediatamente sean expulsadas del país”, dijo ayer sobre este caso el presidente de la República, Martín Vizcarra.
  • Carlos Scull, embajador de Venezuela en el Perú designado por Juan Guaidó, ofreció su apoyo al Gobierno Peruano. “Vamos a solicitar a las autoridades los nombres de las personas involucradas para cooperar con las investigaciones y saber el origen de esta supuesta banda criminal”, escribió ayer en su cuenta de Twitter.

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