MDN
Propuestas para cambiar el rostro del Centro Histórico de Lima - 2
Redacción EC

El centro de una ciudad es su origen, su memoria y el eje de su desarrollo social, según el antropólogo e historiador brasileño Alex da Silveira y el arquitecto e historiador del arte panameño Eduardo Tejeira. Tener claras estas ideas es vital para cambiar el rostro de nuestro Centro Histórico, explican. Ambos participaron este jueves en el foro Lima Centro Vivo 2015, organizado por el Centro de Investigación, Documentación y Asesoría Poblacional (). Ellos compartieron sus reflexiones con El Comercio en base a las experiencias de estudio en sus países.

Tejeira (izquierda), Da Silveira y Silvia de los Ríos, del Cidap, recorrieron el último jueves el Centro de Lima. (Foto: Lino Chipana / El Comercio)

DESARROLLO PERO CON CONSERVACIÓN

Las ciudades se transforman, la población crece y también sus necesidades, pero eso no significa que las huellas del pasado deban perderse. Para Alex da Silveira, es importante que el capital privado invierta en la restauración de las casonas e impulse, a su vez, algún tipo de actividad comercial que le devuelva su inversión. Lo vital es que no se afecte la arquitectura de las casonas.

“En Brasilia, por ejemplo, el ‘boom’ inmobiliario ha poblado de edificios el centro de la ciudad, pero no ha respetado el diseño ni los espacios públicos”, explica. En , añade Tejeira, una política integral entre el Gobierno y las inmobiliarias logró restaurar hasta la fecha el 70% de los inmuebles históricos del centro de la ciudad. Esto, sin alterar la arquitectura original de sus edificios. 

LAS NORMAS TIENEN QUE CUMPLIRSE

Aunque el Centro Histórico de Lima tiene una zonificación definida, sus reglas no se cumplen a cabalidad. Tan solo el mes pasado la Municipalidad de Lima reubicó a más de 700 imprentas que funcionaban en la zona de manera ilegal. Aún quedan por retirar 1.150, según el gerente de Desarrollo Económico de la Municipalidad de Lima, Luis Gayoso.

Tejeira es enfático en este tema: la legislación debe ser rigurosa y respetada. “En Panamá, al igual que en Lima, las casonas estaban tugurizadas y eran usadas para el comercio, pero en cuanto salió la ley que establecía  la desocupación de estos inmuebles, se cumplió en el acto. Los ciudadanos fueron indemnizados; y los espacios, recuperados”, comenta.

Para Da Silveira, además de la fiscalización, es necesario que las autoridades debatan con los ciudadanos el porqué de las medidas y establezcan plazos. La solución depende de los recursos del gobierno, ya sea la indemnización o la reubicación del comercio en otras partes de la capital. 

LEE EL ARTÍCULO COMPLETO EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA.

Contenido sugerido

Contenido GEC