(Foto: Alonso Chero/ El Comercio)
Oscar Paz Campuzano

Muchas promesas se hicieron desde el Estado después de una de las mayores tragedias de los bomberos. Tres miembros de la compañía Roma II, del Centro de Lima, ingresaron la noche del 18 de octubre del 2016 a un almacén en llamas en El Agustino porque se les dijo que había trabajadores atrapados, pero, en su afán por rescatarlos, ellos –Alonso Salas, Raúl Sánchez y Eduardo Jiménez– perdieron la vida.

El ofrecimiento estatal lo hizo por aquellos días el entonces ministro del Interior, Carlos Basombrío. Su idea era liberar al Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP) de los engorrosos procesos de compra y adquisición de vehículos, trajes de protección y todo aquello que necesitan para atender las emergencias.

El gobierno de Pedro Pablo Kuczynski creó dos meses después de la tragedia la Intendencia Nacional de Bomberos del Perú (INBP), órgano adscrito al Mininter que se encarga de las compras y los procesos administrativos para equipar y garantizar la operatividad del CGBVP. Con ello, los bomberos dejaron de ser funcionarios públicos para abocarse a sofocar incendios y atender emergencias.

—Prioridades inversas—
La INBP tiene para este año un presupuesto de S/100 millones. De ese dinero solo se ha invertido el 19%, es decir, S/18,6 mlls., en lo que va del año, según información disponible en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

Más del 80% de ese dinero ya gastado financió la gestión administrativa de la intendencia, o sea el pago de personal, bienes y servicios, acciones de control, auditorías y asesoramiento técnico.
Según lo que consigna el portal del MEF, pese a las carencias de los bomberos, esta intendencia ha gastado más en asuntos administrativos que en la operatividad de los cuarteles, lo que incluye el mantenimiento y reparación de las unidades de emergencia, la compra de combustible, la refacción de los locales, entre otros. De los S/11 millones asignados a este rubro, se ha gastado S/3,1 millones [ver infografía].

(Infografía: El Comercio)
(Infografía: El Comercio)

Lo que más llama la atención es que para este año la Intendencia Nacional de Bomberos tiene presupuestado un solo proyecto de inversión, que está pendiente desde el 2017. Se trata de la compra de equipos de protección respiratoria por un monto de S/14 millones. Su ejecución está en 0%. “El problema es grave para la institución. El año pasado se han devuelto casi S/49 millones y este año no sé si [la INBP] llegará a ejecutar el 60% del presupuesto para los bomberos”, comenta una fuente del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios.

—Carencias de siempre—
El Comercio ingresó esta semana a varias compañías de bomberos de la capital para conocer cuánta falta hacen estos equipos de protección respiratoria, que a los bomberos les permite entrar hasta por 40 minutos a zonas irrespirables por el humo y los gases tóxicos.
Una de las compañías visitadas (cuyo nombre no publicaremos por pedido de su jefe) tiene más de 70 bomberos activos, dos vehículos (una autobomba y uno de rescate) y solo siete equipos de respiración, que constan de máscaras, cilindros de oxígeno, arnés y sistemas que alertan al bombero del oxígeno que le queda. Un equipo de estos está valorizado en unos US$8.000.

En el caso de la Salvadora 10, en el Jirón de la Unión, el comité de damas, integrado por mamás y esposas de los bomberos, organizó el último sábado una pollada para traer una donación de equipos de protección respiratoria y otros implementos, pero que no pueden ser traídos de EE.UU. por falta de recursos.

El Comercio solicitó una entrevista con el intendente nacional de los bomberos, Peter Gonzales Reyes, pero no hubo respuesta.
Consultado sobre los resultados de esta entidad, el ministro del Interior, Mauro Medina, dijo esta semana que la intendencia tiene un proyecto en proceso para la adquisición de equipos y que en los próximos meses habrá noticias.

(Infografía: El Comercio)
(Infografía: El Comercio)

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