(Foto: Nancy Chappell / El Comercio)

Un edificio de seis pisos ubicado en , construido sin estándares de seguridad, representa un peligro para sus habitantes, sobre todo ante un fuerte sismo.

Se trata de una construcción situada en la Av. Javier Prado Este 1234, cerca de la clínica Ricardo Palma. Fue declarada inhabitable en el 2004 por la Municipalidad de San Isidro, luego de constatar que varios pisos habían sido levantados sin permiso, sin planos aprobados ni la ayuda de ingenieros civiles.

Según la actual gestión municipal del distrito, este inmueble habría sido una casona y sus propietarios la habrían modificado, habilitando niveles superiores pese a que sus cimientos no estaban hechos para soportarlos. A pesar de la declaratoria, unas 50 personas siguen viviendo ahí arriesgando sus vidas.

–En detalle –
Por fuera, el edificio se asemeja a un rompecabezas en tercera dimensión: su estructura está tapiada por partes y del segundo nivel sobresale un departamento construido con ladrillos tipo pandereta, que parece flotar en el aire.

Por dentro, el riesgo es aún más evidente. Pese a tener cerca de 30 departamentos, el inmueble no posee extintores a la vista ni mangueras de emergencia; tampoco señalización de seguridad, como lo exige el Reglamento Nacional de Edificaciones. Este documento también obliga que toda construcción de más de cinco pisos tenga elevador, pero en este caso no se cumple. Además, al interior hay conexiones eléctricas informales. El edificio no tiene intercomunicadores y no se conoce una junta de propietarios.

El Comercio tuvo acceso al informe técnico 3344 del Instituto Nacional de Defensa Civil, que detalla los peligros de esta obra. Según el documento, la distribución arquitectónica no cumple con las mínimas medidas de seguridad. Además de no tener la conformidad de obra, el oficio advierte que no existe una continuidad entre las escaleras, lo que dificultaría la evacuación en caso de emergencia. Algunos tramos de estas tienen un desarrollo irregular y no cuentan con pasamanos, y las gradas no tienen la misma altura.

“Se estima que el edificio no está en capacidad para satisfacer la demanda de rigidez para sismos moderados de grados 6 o 7”, precisa el informe.

Este Diario habló con el propietario de uno de los departamentos, identificado como Luis Gallo. Él dice que la obra es segura y que se hizo con la ayuda de ingenieros. Dice que el edificio tiene permiso para levantar hasta 14 pisos. Pero según la comuna, el edificio no tiene conformidad de obra al no tener garantías de seguridad.

“No existe buena capacitación de las comunas hacia los dueños de edificios respecto a la seguridad en materia sísmica”.

Arturo Yep Abanto
Colegio de Arquitectos

–Procesos –
La Procuraduría Pública Municipal de San Isidro indicó que existe un juicio entrampado desde fines de los años 90, que busca la autorización de la demolición de los pisos superiores del inmueble. Pese a que se exige la realización de una audiencia, esta aún no tiene fecha definida.

El Comercio solicitó al área de prensa del Poder Judicial las razones de esta demora, pero no obtuvo respuesta.

La procuraduría indica que, al inicio del proceso judicial, había 15 personas involucradas en la demanda, pero que ahora son 39. “No entendemos por qué el juzgado permitió que tantas personas se incorporen al proceso”, dice el procurador Pedro Hernández.

Debido a la lentitud del proceso, en el 2015 el municipio sanisidrino levantó una queja contra el juez Segundo Benjamín Rosas Montoya, a cargo del caso, ante la Oficina Desconcentrada de Control de la Magistratura. Esta entidad lo sancionó con un descuento del 2% de sus haberes de un mes.

En el 2016, la procuraduría municipal decidió aplicar una medida cautelar de desocupación inmediata, independiente del primer juicio. Esta aún no tiene sentencia, pero según Hernández, dicha medida podría ser más rápida. La comuna dice además que el cartel exterior, que califica el edificio como inhabitable, es constantemente dañado por vecinos.

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