Con palos y tablones, hinchas de Alianza Lima y miembros de una iglesia cristiana se enfrentaron en la explanada de Matute. 
 (Foto: Lino Chipana / El Comercio)
Con palos y tablones, hinchas de Alianza Lima y miembros de una iglesia cristiana se enfrentaron en la explanada de Matute. (Foto: Lino Chipana / El Comercio)
Oscar Paz Campuzano

Llegaron con cascos amarillos, polos celestes y baldes de pintura. Para trepar los muros, usaron escaleras. Una vez dentro, abrieron la puerta a cientos de personas de la iglesia cristiana , entre ellas mujeres y niños. Eran las 2:30 de la madrugada de ayer. Así comenzó la toma de la explanada del , más conocido como Matute, ubicado en La Victoria.

Mientras se ubicaban por dentro, en los exteriores varias personas pintaron de blanco el cerco perimétrico, incluidos los escudos del club blanquiazul. El hecho indignó a varios hinchas y antes de que amaneciera se desencadenaron los primeros enfrentamientos que la Policía Nacional controló.

A eso de las 9 de la mañana, un grupo de barristas entró a la explanada y se enfrentó a los ocupantes con palos y tablones. La policía arrojó bombas lacrimógenas, sacó del estadio a ambos grupos de ocupantes, detuvo a tres de los barristas y evacuó a un miembro de esta iglesia que recibió golpes.

Varias horas después de que la policía retomara el orden dentro del recinto, integrantes de la iglesia entonaron cánticos religiosos en el exterior. En tanto, hinchas blanquiazules les exigían que se fueran mientras despintaban los emblemas dañados de su equipo.

—El origen del problema—
En octubre del 2017, la citada organización religiosa, dirigida por el pastor Alberto Santana Leiva, informó al club deportivo sobre la compra de la explanada del estadio, donde planean construir un templo religioso.

En virtud de esa compra, esta iglesia, con sede en el distrito de Independencia, intentó ayer tomar posesión del terreno. “Tenemos la documentación en regla. Somos propietarios”, declaró el abogado de la congregación, Sandro Balbín. Mostró a la prensa los títulos de propiedad.

¿Quién es el líder de El Aposento Alto? [PERFIL]

Alberto Santana nació en Junín, en 1961. En un video publicado en su canal de You Tube asegura que a los 15 años “se entregó al Señor”. Junto a su esposa fundó la iglesia El Aposento Alto, en la cima de un cerro de la zona de El Ermitaño, en Independencia.
Durante las elecciones presidenciales del 2016, Santana dijo que la homosexualidad era “una aberración sexual” y que era “causa de enfermedades”. En dichos comicios, Santana y su iglesia apoyaron la candidatura de Keiko Fujimori, quien, incluso, firmó un “compromiso de honor” con ellos.
En marzo del 2017 adquirió un kit electoral para inscribir su partido Perú Nación Poderosa.

Mientras la policía buscaba controlar la situación, la abogada del club, Liliana Campos, daba entrevistas a los medios para señalar que la compra hecha por El Aposento Alto es “fraudulenta y el 32° Juzgado Civil de Lima la ha declarado improcedente”. Contó que “los aparentes vendedores son personas que ya han fallecido”.

Sobre la propiedad de la explanada, Alianza Lima informó que existen tres procesos de prescripción adquisitiva de dominio en trámite ante el Poder Judicial. El club considera que ostenta la propiedad de estos predios por haber ejercido la posesión en estos “de manera continua, pacífica y pública” por 43 años.

—Incursión en el estadio—
Durante la toma de ayer, el abogado de la iglesia, Sandro Balbín, dijo que su cliente notificó tanto al club como al Ministerio del Interior de la acción. El general PNP Gastón Rodríguez, jefe de la Región Policial de Lima, aclaró que la presencia de policías en la madrugada no era para avalar la toma sino para intervenir ante una revuelta.
Representantes de Alianza Lima calificaron lo ocurrido como una “invasión” al haberse llevado a cabo “sin una orden judicial y de manera precaria y arbitraria”.

Para el penalista Mario Amoretti, las personas que ingresaron al estadio en la madrugada pueden ser denunciadas por usurpación agravada, delito que se castiga hasta con 12 años de prisión. Explicó que “nadie tiene derecho a quitar la posesión de un inmueble a otra persona, sea esta legal o ilegal. Solo un juez lo puede autorizar”.

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