Edificio Abancay
Edificio Abancay

Nada ha cambiado en la cuadra 9 de la . El peligroso edificio de 7 pisos y apenas 1,2 metros de ancho, clausurado bajo orden de demolición en setiembre tras una , continúa albergando a trabajadores en los tres últimos pisos, construidos ilegalmente, a la vista de las autoridades. Todo ello, a costa del riesgo que representa su estructura ante un sismo.

Esta mañana este Diario recorrió los alrededores e ingresó al inmueble, donde las puertas que bloqueaban el acceso tras la denuncia periodística, ahora están abiertas y los fiscalizadores municipales permiten el ingreso sin ninguna restricción. 

Abancay
Abancay

En el interior del edificio, al menos 10 personas fueron observadas realizando trabajos de carga en los ambientes alquilados como oficinas y depósitos, con música en parlantes y las luces encendidas. Incluso, bajo la primea planta había menores de edad junto a sus padres, quienes recogían mercadería.

Personal de fiscalización y control de la Municipalidad Metropolitana de Lima, situado afuera del inmueble, dice que ellos no impiden el paso de inquilinos porque solo tienen órdenes de prohibir que la construcción continúe elevándose. Intentamos comunicarnos con el gerente de Fiscalización de la Municipalidad de Lima, Christian Rosenthal, pero este no contestó el celular. 

Juan Vivanco, abogado de la constructora Lourdes, la cual levantó esta obra, dijo a El Comercio que sus patrocinados acatarán la eventual demolición siempre y cuando sea vía orden judicial. "Si siguen trabajando adentro, en los pisos superiores que han sido prohibidos, es responsabilidad de la Municipalidad de Lima", dijo.

En detalle
El edificio se levantó en los últimos años a vista de las autoridades. Una revisión en Google Street View muestra que en febrero del año 2013 el edificio tenía solo tres pisos. Para abril del 2013 ya se estaba construyendo la cuarta planta. Hasta este momento, el edificio colindante seguía siendo más alto. En marzo del 2014, el cuarto piso había sido terminado en cuanto a paredes, columnas y techo, pero todavía no estaba operativo.

Al año siguiente, en abril del 2015, empezó la construcción de la quinta planta. En los dos años posteriores se levantaron el sexto y séptimo piso con lo que esta estructura duplicó el tamaño del inmueble sobre el que se apoyaba.

Según el Colegio de Arquitectos y el Colegio de Ingenieros del Perú (CIP), el contraste entre la altura de este edificio y su estrechez haría que sea uno de los primeros de Lima en desplomarse en caso de un sismo de gran magnitud.

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