Periodista Juan Carlos Cruz cuenta que el papa Francisco le pidió perdón por los abusos. (Miguel Bellido / El Comercio)
Periodista Juan Carlos Cruz cuenta que el papa Francisco le pidió perdón por los abusos. (Miguel Bellido / El Comercio)
Redacción EC

Luego de ocho años de sufrir abusos del sacerdote chileno Fernando Karadima, Juan Carlos Cruz decidió un día escapar de ese terror y rehacer su vida en Estados Unidos. Denunció al entonces cura que fue sancionado por el Vaticano mas no por la justicia.

— ¿Qué siente por Karadima?
Es nada en mi vida.

— ¿Es una injusticia no verlo tras las rejas? Él vive muy cómodo en una casa.

Sí, sin duda. Se investigó pero los delitos habían prescrito. El Congreso de Chile está viendo el tema de la imprescriptibilidad para los delitos de abusos sexuales para que otros no vivan lo que pasamos nosotros y haya justicia. Me parece bien. La justicia canónica ordena [como sanción] retiros dorados, que los curas hagan una vida de penitencia y oración, y es una casa donde los tratan como reyes.

— ¿Puede contarnos por qué es tan difícil denunciar estos abusos?
Porque es una verdadera vergüenza para las personas abusadas. Las personas demoran años en poder verbalizar el abuso porque uno se siente culpable, siente que ha sido el causante, sobre todo cuando se trata de un sacerdote que siempre tuvo una imagen buena, representante de Dios. Uno piensa que la Iglesia te va a proteger, a tender la mano, pero en cambio te meten una, dos, tres bofetadas.

— ¿Cómo fue el encuentro con el papa Francisco?
Emocionante. Estaba intimidado. Me dijo: “Te quiero pedir perdón de parte de la Iglesia universal, del Papa”. Lo noté sincero, es un hombre que quiere hacer las cosas bien, el Papa también tiene gente que no está remando en el mismo sentido que él. Tiene que saltar varias murallas.

— ¿Cuán importante es que casos como el de Marcial Maciel, de México, y el de Karadima salgan a la luz?
Es bueno aunar fuerzas. Conozco a Pedro Salinas y he venido a Lima a contar mi experiencia, los del Sodalicio también me cuentan lo que pasaron. El caso chileno tiene que ser un ejemplo para el mundo. El Papa ha echado a todos los obispos de Chile. Se está sentando un precedente. Es bueno que la gente se siente a hablar, quizá en un momento fue difícil, pero ahora saben que se van a encontrar con gente que les va a tender la mano. 

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