Gladys Pereyra Colchado

En menos de 48 horas, un fallo del Poder Judicial y la aprobación en el Congreso de una ley observada previamente por el Ejecutivo dieron esta semana una aparente carta libre a la importación de vacunas contra el COVID-19 por parte del sector privado. Aunque las decisiones de ambos estamentos respaldan el interés de las empresas por adquirir los productos biológicos esenciales de lucha contra la pandemia, lo cierto es que el camino para que esto ocurra no es tan sencillo ni depende de un solo factor.