“Los distritos han implementado sus propias agendas”.
“Los distritos han implementado sus propias agendas”.
Angus Laurie

Al autodenominarse el ‘Rey del Concreto’, el ex alcalde de Lima Metropolitana se refería a su preferencia por desarrollar obras de manera eficiente, en lugar de tomar decisiones estratégicas y planificar la ciudad. No es el único alcalde quien ha hablado sobre la urgencia de actuar ahora y no perder tiempo en el planeamiento. El ex alcalde de Curitiba (Brasil), Jaime Lerner, también es famoso por su filosofía de tomar acciones rápidamente, actuando en el corto plazo y ajustando después.

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Sin embargo, hay que resaltar algunas diferencias importantes entre Lerner y Castañeda. Antes de ser alcalde, Lerner era urbanista. Fue uno de los fundadores del instituto de planeamiento urbano de Curitiba y trabajó en el desarrollo del plan maestro para su ciudad antes de ser elegido alcalde. Cuando dice que las ciudades deben actuar rápidamente, Lerner no está rechazando el oficio de planeamiento urbano, sino dando una llamada a los alcaldes para aprovechar los planes de los alcaldes anteriores.

El dicho de Lerner podría ser una buena sugerencia para varios alcaldes distritales quienes han entrado a sus alcaldías hace un poco más de un mes, muchos de ellos en una situación muy particular.
Justamente, en los últimos cuatro años varios distritos limeños han entregado sus planes de desarrollo urbano a la Municipalidad Metropolitana de Lima para su aprobación. Como un resultado de no priorizar el planeamiento, la última gestión metropolitana ha aprobado pocos de los planes distritales que recibió.

El problema, entonces, para algunos nuevos alcaldes distritales, es que entran a sus alcaldías con planes terminados por sus predecesores pero sin tener un estatus legal. Al no ser aprobados por la municipalidad metropolitana, existe una enorme tentación por parte de las nuevas gestiones de empezar sus planes distritales de cero para implementar su propia agenda.

Otra capa que hace más compleja la situación es la falta de un plan metropolitano. Como la gestión de Susana Villarán nunca logró aprobar el PLAM 2035, los distritos han estado desarrollando sus propios planes en un vacío normativo, sin un guion que establezca el rol de cada distrito dentro de la metrópolis. Sin una visión holística para la ciudad, los distritos han implementado sus propias agendas, bajo un proceso de antiplaneamiento, caracterizado por ser fragmentado en lugar de estar coordinado entre las partes.

Por todas estas razones, estamos en una situación compleja para Lima, donde hay mucha presión para archivar el trabajo de los últimos alcaldes, y argumentos válidos para reabrir el proceso de planeamiento, vinculándolo a un plan para la ciudad. En ese proceso hay que ser cuidadosos y no perder lo bueno al botar lo malo. Estos estudios, además de tiempo y dinero, han involucrado la participación y recursos de los ciudadanos.

Al poner en práctica la filosofía de Lerner, los distritos podrían actuar ahora y ser estratégicos, utilizando las buenas ideas que han dejado los alcaldes anteriores, mientras Lima construye una sola gran visión.

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