Gladys Pereyra Colchado

El 7 de febrero del 2020, Hugo Cayllahua ingresó a Emergencias del hospital Rebagliati de por una tumoración a la altura de la cara que lo obligaba a ser intervenido. Permaneció internado más de 20 días, incluido un paso por UCI, con una operación programada para abril. Pero llegó el COVID. Su intervención y la de miles de personas tuvo que ser suspendida, algo comprensible dada la pandemia. Lo que ni él ni su familia acepta es que dos años después todavía no tenga certeza de una fecha para su operación, ni el subsidio por incapacidad temporal, ni posibilidad de ser trasladado. Su salud, en los 897 días que han pasado, está cada vez peor.

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“Le han dicho que solo hay un médico que lo puede atender y que espere porque no hay camas. En febrero pasado lo ingresaron, pero a un área covid y ni siquiera avanzaron con lo que tenían que hacer. Seguimos esperando”, explica su sobrina. Hugo, mientras tanto, se ahoga por el avance de su enfermedad y la larga lista de solicitudes que no deja de presentar.

Alicia García Gómez, paciente de hipertensión pulmonar, ha tenido que recurrir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que Essalud le entregue un tratamiento que ha sido solicitado por su médico. Essalud debería comprarlo, pero ha rechazado su solicitud. “Llevo 6 años recibiendo medicinas donadas y hasta la fecha no tengo la aprobación por parte de Essalud para mis medicinas. Me aprobaron una distinta hace un año, pero tampoco la compraron”, cuenta. Ella conoce el caso de otros dos pacientes con su enfermedad que sobreviven también por donaciones del extranjero pese a que cuentan con el seguro social. “Éramos cuatro y una murió esperando tratamiento y, al final, un trasplante”, dice.

Alicia García Gómez, paciente de hipertensión pulmonar, no puede acceder  al tratamiento que necesita debido a que Essalud no aprueba la compra del medicamento.
Alicia García Gómez, paciente de hipertensión pulmonar, no puede acceder al tratamiento que necesita debido a que Essalud no aprueba la compra del medicamento.
/ José Reaño Peschiera

A Carlos Sifuentes, paciente de esclerosis múltiple, su médico le recomendó realizarse la resonancia magnética de forma particular porque en el hospital si no tendría que esperar seis meses, por lo menos. Tuvo que gastar más de 600 soles de su bolsillo porque sin ese examen no podían evaluar su estado.

Carlos Sifuentes, paciente de esclerosis múltiple, debió pagar de su bolsillo una resonancia porque en el seguro se demorarían 6 meses.
Carlos Sifuentes, paciente de esclerosis múltiple, debió pagar de su bolsillo una resonancia porque en el seguro se demorarían 6 meses.
/ José Reaño Peschiera

Zoila Acuña lleva más de tres años sin poder realizarse los exámenes de control de cáncer porque su expediente “se perdió a fines 2018″. Lizet Williams, de Arequipa, espera desde hace tres una interconsulta de endocrinólogo pediatra para su hijo con síndrome de Williams.

Caos múltiple

Estos testimonios son apenas una muestra de las constantes denuncias de demoras para recibir medicamentos, programar una intervención quirúrgica o incluso sacar una cita en Essalud.

Eugenia Fernán-Zegarra, adjunta para la Administración Estatal de la Defensoría del Pueblo, sostiene que esta situación es evidencia de una “gestión ineficiente” que en el último año ha cambiado de jefatura en cinco oportunidades. Solo en medicamentos, indica que hay reportes de desabastecimiento de medicamentos generales y tratamientos para pacientes oncológicos y VIH. Aunque no es una realidad, agrega, sí se ha agudizado. “Ya desde el 2019, los asegurados de Essalud eran quienes más presentaban ‘gastos de bolsillo’ [gastar de su propio dinero para cubrir lo que el seguro no entrega], con más del 37% de asegurados. Ahora, entre enero y febrero, vencieron medicamentos por más 640 mil soles. No hubo gestión para evitar que se pierda o se intercambie con el Minsa. Es un fracaso de la gestión”, explica a este Diario.

La vocera de la Defensoría reconoce que en los primeros meses de la pandemia hubo dificultades en la provisión de fármacos a nivel internacional, un escenario que ya ha sido superado. “Este año, la pandemia no es justificante de por qué no hay ahora medicamentos. Hay una falta de gestión en el mercado internacional”, añade.

Alicia García, quien también es vocera del colectivo Los Pacientes Importan, explica que solo en el caso de las enfermedades raras la demora para acceder a medicinas o exámenes supera los seis meses. “Hay casos en los que desde hace 7 meses no tienen ecografías, tomografías o controles de sangre. En provincias es peor”, denuncia. Y esos retrasos equivalen a un deterioro, incluso irreversible, de su salud, sin contar con el desgaste emocional y psicológico de ellos y sus familias por la incertidumbre respecto a sus tratamientos. “No recibir un medicamento a tiempo puede significar la muerte. Algunos empiezan a partir sus dosis para que alcance hasta en cuatro partes, lo que afecta su calidad de vida”, señala.

El colectivo que representa agrupa a 25 organizaciones de pacientes con enfermedades raras, huérfanas, crónicas, autoinmunes y cáncer, que suman unas 2.500 personas. “Todos nos reportan problemas de tratamientos y citas. Los que pertenecen a una organización al menos se pueden apoyar, pero muchos no están. Son aproximadamente 246 mil pacientes con enfermedades raras”, advierte.

Los problemas no quedan ahí. Fernán-Zegarra señala que el Programa de Atención Domiciliaria (Padomi) se ha debilitado este año con “retrasos en la vacunación de la cuarta dosis de pacientes adultos mayores” y también se han cerrado tres unidades básicas de atención primaria en Zárate, Magdalena y Gamarra. “La razón que han dado, que no nos parece justificatoria, es que solo acudían 10% de asegurados, pero es entre 4 mil y 5 mil asegurados. No se puede por un tema de economía institucional afectar los derechos de los asegurados que ahora deben ir a otros centros que ya están saturados”, añade.

La constante variación de funcionarios no contribuye a solucionar los problemas acumulados. “Con cada cambio tenemos que reenviar oficios para buscar explicaciones por las demoras. Eso afecta el derecho a la salud de los pacientes”, dice Fernán-Zegarra.

Los Pacientes Importan ha solicitado varias reuniones con Essalud para establecer una mesa de trabajo a fin de que los pacientes de enfermedades raras tengamos acceso a tratamiento y diagnóstico oportuno. El 13 de julio, al conocer que se había designado a un nuevo Presidente Ejecutivo de EsSalud, volvieron a pedir una reunión. “No vemos cómo se pueda mejorar as cosas si paran cambiado de directores y de personal. No hay una ruta de trabajo”, explica Alicia.

Respuesta de Essalud

Ante las denuncias, Essalud asegura que el tiempo promedio para acceder a una consulta externa durante junio fue 10.7 días. Ese mes, se realizaron 844.565 citas con un promedio de más de 33 cupos por día en Lima y Callao. “En las especialidades se puede dar un promedio mayor por el poco número que pueden haber de estos en algunos hospitales”, indicaron a este Diario. Las consultas de especialidades, añaden, se realiza a través de Telemedicina.

Asimismo, aseguran que han implementado un Plan de Recuperación EsSalud 2022 “que dispone el acceso oportuno a prestaciones integrales a todos los asegurados, según sus necesidades”.

Para apoyar el desembalse en otras regiones del país, desplazan brigadas de apoyo de Hospital Perú. También, han convocado en junio a concurso de 3.000 plazas CAS exclusivo para personal asistencial, además, han contratado a 966 personas (no especificaron para qué áreas).

También se ha denunciado que pacientes con hemofilia no reciben Factor VIII en Hospital de Trujillo y Hospital Almenara de EsSalud. Según Los Pacientes Importan, el desabastecimiento sucede cada dos a tres meses debido a demoras en la compra.

Sobre este punto, Essalud informó que “ha habido una paralización de la producción de este medicamento a nivel de los proveedores internacionales. Aun así, La compra anual de este medicamento ya se ha realizado y el proceso debe concluir en la quincena del próximo mes de agosto”. Aseguran que las redes y hospitales están autorizados a hacer compras directas si detecta una falta de stock, pero que ningún hospital está desabastecido.

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