Las explosiones en la clínica Ricardo Palma fue atendida por ocho unidades de bomberos, agentes de la ÚDEX y de Defensa Civil de San Isidro. También acudió personal de Dircote y Seguridad del Estado. (Hugo Pérez / El Comercio)
Las explosiones en la clínica Ricardo Palma fue atendida por ocho unidades de bomberos, agentes de la ÚDEX y de Defensa Civil de San Isidro. También acudió personal de Dircote y Seguridad del Estado. (Hugo Pérez / El Comercio)
Redacción EC

Por JORGE MALPARTIDA/MARÍA DEL CARMEN YRIGOYEN

Lenin Alexander y Claudia Rocío Benites Aguirre, de 40 y 44 años, respectivamente, detonaron el 24 de julio del 2018 dos explosivos en la clínica Ricardo Palma, ubicada en la avenida Javier Prado, en San Isidro. Se trata de dos hermanos que desde el 2011 emprendieron procesos ante Indecopi y el Poder Judicial contra el centro de salud por la muerte de su madre. Ellos acusaban negligencia médica.

Victoria Aguirre Oviedo, la madre, se había atendido en la clínica por constantes migrañas. Los médicos de la Ricardo Palma descubrieron, luego de realizarle algunos exámenes, que tenía un tumor cerebral. Así que decidieron someterla a una craneotomía ambulatoria.

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La cirugía, sin embargo, no resultó bien. Según lo denunciado por los hermanos ante Indecopi, tras la operación la mujer quedó con un hematoma cerebral y tuvo que ser intervenida por segunda vez ese mismo día. Aguirre Oviedo sufrió daños neurológicos y falleció al poco tiempo.

La familia pidió una sanción contra la clínica. Decían que esta no había realizado todos los análisis necesarios. Indecopi les dio la razón e impuso al centro multas superiores a los S/330.000. Pero para la familia no era suficiente. Insistían en que los médicos involucrados debían ir presos por lesiones graves y que la clínica debía asumir ciertos pagos.

Ayer por la mañana, los hermanos llegaron al establecimiento cargando una mochila cada uno. Previamente, según la Policía Nacional, se habían abastecido de ratablancas y, usando la pólvora, prepararon un par de artefactos explosivos.

Lenin Aguirre, que vestía un chaleco antibalas, se dirigió al estacionamiento S1 y colocó la mochila debajo de la camioneta Audi de un médico de la clínica. Claudia se dirigió al laboratorio. Pasadas las 10 a.m. detonaron los artefactos, con cinco minutos de diferencia.

El humo se expandió rápidamente por la clínica. Se encendieron las alarmas y todos los pacientes fueron evacuados. El personal médico y los agentes de serenazgo que llegaron al lugar cargaron inmediatamente a los bebes recién nacidos, empujaron las incubadoras de los niños prematuros y retiraron a los pacientes en sillas de ruedas y camillas.

Hubo 35 heridos, incluyendo a los hermanos Benites. Ambos resultaron con fracturas y quemaduras de segundo y tercer grado. Ayer fueron sometidos a cirugía en la misma clínica que atacaron.

Según el penalista Luis Lamas Puccio, los hermanos podrían ser procesados por homicidio calificado en grado de tentativa (entre 15 y 35 años de cárcel) y lesiones graves consumadas (entre 15 y 25 años). Los otros heridos, entre ellos trabajadores de la clínica, sufrieron contusiones, cortes, traumas auditivos, vértigo y asfixia por inhalación de humo.

—Investigación—

Por la noche, el general PNP Gastón Rodríguez Limo, jefe de la Región Lima, confirmó que el ataque respondió a una “venganza privada” de los hermanos Benites Aguirre.

El ministro del Interior, Mauro Medina, descartó que se tratara de un atentado terrorista, tal como había sugerido horas antes el flamante fiscal de la Nación, Pedro Chávarry. El titular del Ministerio Público había acudido por la tarde a la clínica, según dijo, a pedido del fiscal a cargo del caso, para hacer un seguimiento a las investigaciones. Esta visita se hizo horas antes de que se difundiera un nuevo audio entre Chávarry y el suspendido juez supremo César Hinostroza.

Explosiones en clínica Ricardo Palma dejaron más de 30 afectados.
Explosiones en clínica Ricardo Palma dejaron más de 30 afectados.

La emergencia fue atendida por ocho unidades de bomberos, agentes de la ÚDEX y de Defensa Civil de San Isidro. También acudió personal de la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote) y Seguridad del Estado.

“Estaba en el cuarto piso cuando sentí el remezón. Ahí nomás sonó la alarma. Bajé y, cuando llegué al sótano para sacar el carro, me dijeron que debía evacuar”, contó una de las pacientes.

Otra mujer contó que evacuó el edificio con su hijo por la escalera de emergencia, “que estaba llena de humo”.

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