Alcalde Jorge Muñoz anunció que solicitará la nulidad del contrato de Lamsac tras no llegar a buen puerto en la renegociación de peajes. (Foto: Alessandro Currarino/GEC)
Alcalde Jorge Muñoz anunció que solicitará la nulidad del contrato de Lamsac tras no llegar a buen puerto en la renegociación de peajes. (Foto: Alessandro Currarino/GEC)
Jorge Falen

La aprobación al alcalde de Lima, , continúa en crecimiento luego del ligero declive experimentado a mitad de año. Según la última encuesta de El Comercio-Ipsos, aplicada entre el 14 y el 16 de agosto, el 59% de limeños aprueba el desempeño del burgomaestre, mientras que solo un 31% lo rechaza.

Esta cifra representa un aumento de cuatro y 11 puntos porcentuales respecto a los niveles de julio y junio pasados, cuando su popularidad marcó un valor mínimo de 48% y su rechazo subió al 42%, respectivamente.



Asimismo, constituye la primera evaluación realizada a la gestión del alcalde tras la conclusión de los Juegos Panamericanos Lima 2019 y la implementación de medidas en tránsito como el plan ‘pico y placa’ o el planteamiento del proceso de nulidad al contrato de la Línea Amarilla y sus 11 peajes.

Si bien la aprobación actual de Muñoz es una de las más altas reportadas en el año, aún se encuentra por debajo del valor máximo observado en febrero y abril de este año (63%).

La aprobación se muestra homogénea tanto por nivel socioeconómico como por rango de edad. Sin embargo, alcanza sus niveles más altos en el sector B, así como en las personas de entre 25 y 39 años (ambos con 60%). En contraste, su rechazo es mayor tanto en el sector E como en las personas mayores de 40 años. En ambos grupos, esta cifra bordea el 34%.

Si bien la aprobación actual de Muñoz es una de las más altas reportadas en el año, aún se encuentra por debajo del valor máximo observado en febrero y abril de este año (63%).
Si bien la aprobación actual de Muñoz es una de las más altas reportadas en el año, aún se encuentra por debajo del valor máximo observado en febrero y abril de este año (63%).

—Los factores detrás—
Para el periodista y analista político Enrique Castillo, la subida en la popularidad de Muñoz empieza con la promesa de anulación de los peajes, y continúa con la realización de Lima 2019.

En tanto, considera que medidas experimentales como el ‘pico y placa’ reflejan el deseo de “poner orden” que cuenta con el apoyo de la población.

“La expectativa sobre los peajes, los Panamericanos y el deseo de poner orden en el tráfico, aunque todavía no haya una evaluación seria de ‘pico y placa’, es algo que valora la población. La gente dice: ‘Si no puedes hacer obras, pon orden, ayúdame con la seguridad’. No creo que le baste, pero por ahora genera la sensación de que está preocupado por algo, cosa que había perdido hace unos meses”, señala.

Castillo advierte, sin embargo, que la efectividad de estas medidas tendría un impacto limitado en el tiempo y deberían ir acompañadas de una mirada de largo plazo de la ciudad.

“A Muñoz le está ayudando la inoperancia del Ejecutivo, es decir, la incapacidad que tiene para llevar acciones de buen gobierno, como para reactivar la economía o atacar la inseguridad. Además, le faltan tres años y se le pedirán cosas de mayor envergadura”, explica.

—Camino por delante—
Esta opinión es compartida por el arquitecto y urbanista Jorge Ruiz de Somocurcio, quien añade que la gestión de Muñoz debe incluir la presentación de proyectos significativos que mejoren la calidad de vida de la población.

“Creo que es hora de que él [Muñoz] se prepare para los tres años que le quedan y haga anuncios significativos de proyectos. La gente está reconociendo y está premiando un estilo distinto de dar la cara y hacer anuncios importantes, pero eso se agota, no es una posición sostenible”, opina.

Según el especialista, los proyectos deberían estar enfocados en la recuperación de espacios públicos, el transporte, la construcción de viaductos y puentes, y el manejo de la Costa Verde, entre otros. Asimismo, dijo que Muñoz debería incidir en un trabajo conjunto con los alcaldes distritales.

“El , así como las mallas en el acantilado de la Costa Verde son medidas provisionales y de poco impacto. En ciudades donde se ha hecho el ‘pico y placa’, ha servido para mitigar la contaminación, pero su impacto en la congestión no es muy significativo. Debería acompañarlo de corredores exclusivos para el transporte público en vías importantes, semáforos sincronizados y un sistema de multas que indique en qué se invierte el dinero recaudado”, señala. 

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