Edificaciones vulnerables
Edificaciones vulnerables

Juan Guillermo Lara
Juan Pablo León Almenara
Redactores

La construcción informal de viviendas en Lima, aquella realizada sin planos ni la ayuda de ingenieros, es una de las principales preocupaciones entre los expertos en y los colegios especializados en materia de edificación. Según la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco), el 70% de casas o edificios de la capital están hechas bajo estas condiciones.

Si bien la autoconstrucción es peligrosa por no respetar los procesos de edificación establecidos por la normas sísmicas, autoridades y especialistas advierten el riesgo del uso masivo de ladrillos que poseen una menor densidad de lo que la ley establece. Según el Colegio de Arquitectos del Perú (CAP), 9 de cada 10 casas autoconstruidas de Lima están hechas con ladrillos que tienen entre el 40% y el 50% de vacíos, menos densos y resistentes que lo que indica el reglamento.
Este factor haría que una vivienda pueda desplomarse en la primera sacudida de un sismo mayor a los 8 grados, según el arquitecto Víctor Castro, directivo del (CAP) y especialista en uso de materiales de construcción.

–En detalle–
La Norma Técnica E.030 de Diseño Sismorresistente y la E.070, Norma Técnica de Albañilería establecen que para construir muros portantes (aquellos que soportan todo el peso de la edificación, como las paredes principales) deben usarse ladrillos con un máximo de 30% de aire o vacío para las zonas sísmicas 2 y 3 (costa y sierra, respectivamente). Estos son denominados ladrillos sólidos o macizos en el ámbito de la ingeniería.

Edificaciones vulnerables
Edificaciones vulnerables

Los ladrillos que sí superan ese nivel de vacío, tanto en la costa y sierra solo pueden emplearse para muros no portantes, cuya función principal es solo la de dividir ambientes. En la selva sí se puede usar ladrillos con más del 30% de aire para construcciones de máximo dos pisos.

Estas normas están lejos de cumplirse en la capital. En al menos 28 distritos, en su mayoría aquellos de la zona norte y este, donde la expansión urbana es más desordenada, una gran mayoría de casas están hechas de ladrillos tipo pandereta, que tienen 52% de vacíos, y ladrillos tipo King Kong de 18 huecos, con más de 45% de vacío.
Según el ingeniero civil Alejandro Garland, de la Capeco, la importancia de usar ladrillos macizos en muros portantes radica en que estos son los que trasladan el peso del edificio y las cargas sísmicas a los muros, y de los niveles inferiores a la cimentación.

-Desabastecimiento y sobrecosto-
Según el Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas (Cismid), distritos como Carabayllo y Comas tienen un tipo de suelo arenoso, lo que hace que las construcciones sean vulnerables ante un terremoto.

Esta situación empeora cuando una vivienda de más de un piso es levantada con ladrillos no permitidos. En un recorrido de El Comercio se observó que en manzanas enteras hay paredes de pisos superiores construidas con el ladrillo pandereta.

Incluso, al no estar terminadas, algunas casas tienen, en la última planta, delgados muros laterales que ni siquiera están confinados con columnas de concreto y alambres.

Este Diario comprobó que las normas no son tomadas en cuenta por los albañiles o maestros de obra, que no solo avalan el uso de ladrillos de menor calidad, sino que también lo recomiendan. “Para arriba [en el tercer piso] se usan pandereta y King King para los laterales. Pero si tu casa tiene buenas columnas pueden usar solo pandereta”, indicó Ramón Espinoza, un albañil de Carabayllo.

La mayoría de puntos de venta de material de construcción al norte de Lima solo venden dos tipos de ladrillos para las paredes: pandereta y King Kong con más del 40% de vacíos. Al ser consultados por un ladrillo de mayor calidad, aseguraron que ya no los traen “ni a pedido”.

El desabastecimiento y sobrecosto de los ladrillos que exige la norma es también una gran preocupación, pues el ciudadano solo tiene acceso fácil a aquellos de menor densidad. “¿No será que los ladrilleros están ‘cartelizándose’ y han levantado los precios [de los ladrillos obligatorios]? El Estado tiene los mecanismos para detectarlo”, dice el presidente de la Capeco, Enrique Espinoza.
Este funcionario precisa que la edificación es responsabilidad de quien construye, pero que debe ser supervisada por los municipios.

“En cuanto al fabricante, su obligación es informar [sobre su producto]. ¿Quién lo tiene que obligar a informar? El Estado, en este caso Indecopi. No pueden mentir ni inducir. Pero no es responsabilidad del fabricante saber cómo usaron ese ladrillo”, dice.

Empresas formales y retail de materiales de construcción también ofrecen vía web ladrillos King Kong de 50% de vacíos, especificando: “[Son] para hacer muros portantes, aquellos que soportaran la carga de los techos”, pese a que esto es contrario a la norma.

Víctor Castro, directivo del (CAP), dice que la informalidad en la construcción se ha desbordado a tal punto que incluso se ofrecen ladrillos ‘crudos’ (de color tierra, no rojos), que no han pasado por el proceso de horneado necesario para compactarlo.

“No hay políticas de estado para controlar el crecimiento urbano. En países como Chile, los gobiernos ‘aíslan’ al invasor y las políticas de Estado solo permiten la venta de materiales para lugares donde se tiene prevista la expansión urbana”, dice.

Contenido sugerido

Contenido GEC