(Facebook)
(Facebook)

Margot Sifuentes, de 26 años, se ha visto obligada a abandonar la habitación que alquilaba en Chorrillos. También dejará sus estudios. Su ex pareja Christian Paul Gutiérrez Córdova, de 37 años, le prendió fuego a su cuarto y la atacó a golpes, el último domingo 3 de junio. La fiscalía, sin embargo, dijo que no había “elementos suficientes” para retenerlo mientras durasen las investigaciones. Así que Gutiérrez fue liberado sin ninguna restricción y Sifuentes debe vivir con miedo.

“Me siento sola contra el mundo. Mi madre tiene retardo leve y mi hermano murió hace unos años”, se lamenta la víctima.
Ella estudia para ser asistente de gerencia. Le faltaba medio año para terminar esa carrera técnica. “Él sabe dónde queda el instituto. No quiero que vaya a atormentarme”, dice.

—Tóxico—
Margot conoció a su agresor en la adolescencia. A los 18 años inició una relación con él y desde entonces la atacó física y psicológicamente. “Era muy machista, pero yo no me dejaba dominar. Era una lucha constante. Nunca me quedé callada”, cuenta la joven.

Una vez la golpeó porque ella le dijo que ya no lo amaba. “Me lanzó una cachetada que me hizo caer. Me defendí como pude, lo boté de la casa y saqué sus cosas”, recuerda. Tres semanas después él volvió con girasoles. Le lloró, le pidió perdón y le dijo lo que repiten todos los agresores: que cambiaría.

La escena se repitió varias veces. Hace 20 días, Margot le volvió a pedir que se fuera. Gutiérrez la golpeó de nuevo. “Parecía un psicópata. Me quedé tirada y luego él comenzó a besarme. Me moría de miedo. No sabía cómo decirle que no quería sus besos”, cuenta.
Ya recuperada, el pasado 3 de junio, Margot le pidió que se fuera.
—Esta es una relación demasiado tóxica. Dejémoslo ahí —le dijo.

—Perdóname, no estoy a tu altura. No me he comportado como debía —respondió él y se fue aparentemente tranquilo, según la joven.

Por la tarde un par de amigas de la joven fueron a buscarla. Estaban en una bodega cerca de su vivienda cuando Margot recibió una llamada de Gutiérrez. “¿Dónde estás y con qué hombre te has estado viendo?”, le preguntó a gritos. Margot le cortó el teléfono. Al salir de la tienda lo vio aproximarse a ellas. “Parecía endemoniado”, cuenta.

El sujeto les arranchó los paquetes y las zamaqueó. “Me dio un golpe que me dejó zumbando la cabeza. Tambaleé”, cuenta Margot.

“He prendido tu cuarto. ¡A ver cómo haces para apagar ese fuego!”, gritó Gutiérrez, finalmente, y huyó. Margot, con la nariz sangrando, fue a su casa.

Cuando llegó, él la esperaba escondido fuera de la habitación. “¿Qué hacía ahí? ¿Iba a meterme al cuarto para que muera quemada?”, se pregunta la mujer.

Según Mario Amoretti, ex decano del Colegio de Abogados, hay indicios para pensar que hubo un intento de feminicidio. “Prender fuego a su habitación es una muestra de que quería hacerle daño”, dice. Y explica que Gutiérrez también podría ser acusado de exposición de personas al peligro y peligro común.

Pero, para la fiscal de turno Nancy Zegarra Santillán, no había elementos para retener con prisión preventiva a Gutiérrez. Este sujeto había sido detenido por la policía luego de atacar a la joven, pero poco después quedó en libertad.

Por el momento, el Juzgado Especializado en Violencia de Género de Lima Sur ha dispuesto medidas de protección para Margot. Esto se ha traducido en un papel con consejos como: “contar con los números telefónicos de emergencias” y “no recibir llamadas telefónicas del agresor ni acudir a citas con él”.

Contenido sugerido

Contenido GEC