En el consultorio médico implementado por la asociación Buscando Esperanza, se atiende a pacientes con enfermedades crónicas y degenerativas que no han podido aliviar sus males con fármacos.  (Eduardo Cavero / El Comercio)
En el consultorio médico implementado por la asociación Buscando Esperanza, se atiende a pacientes con enfermedades crónicas y degenerativas que no han podido aliviar sus males con fármacos. (Eduardo Cavero / El Comercio)
Jorge Malpartida Tabuchi

En un edificio de Lima ya funciona un consultorio cannábico. Es decir, un lugar donde médicos evalúan a pacientes y recomiendan el uso de los derivados de la marihuana para tratar enfermedades degenerativas.

Este espacio es una iniciativa de Buscando Esperanza, asociación con más de 200 padres de pacientes que padecen esclerosis múltiple, epilepsia, cáncer, Alzheimer, Parkinson, etc. Para estas familias, el cannabis es una alternativa medicinal para aliviar los males de sus hijos que no han podido ser curados con fármacos industriales.

En un mes, este consultorio, que aún labora al borde de la ilegalidad, ya atendió a 90 personas. El 30% de los pacientes son niños a quienes se les propone un tratamiento con dosis de aceite de cannabis, aplicado vía sublingual, para controlar convulsiones y fuertes dolores. El resto son adultos que buscan paliar males neuropáticos y musculares.

Uno de los médicos del consultorio es Juan Lock, quien en los últimos años ha tratado a decenas de pacientes con cannabis medicinal. Antes las curas que proponía no eran óptimas, ya que las visitas a domicilio no podían hacerse de manera constante. Ahora con este nuevo despacho, los pacientes de Lock reciben controles mensuales y son monitoreados telefónicamente cada semana.

“Estamos atentos a la evolución de la salud del paciente. Como registramos a los pacientes, sabemos si hay cambios en su estado de ánimo o apetito luego del tratamiento con cannabis, el cual busca ser menos dañino que el que utiliza fármacos”, dice.

Un paciente con esclerosis múltiple debe recibir un coctel de 18 pastillas al día para controlar sus convulsiones. “Esta cantidad de fármacos los deja dopados y sin capacidad de hablar o hacer otras actividades”, explica Ana Álvarez, integrante de Buscando Esperanza, cuyo hijo adolescente padece esclerosis desde los 4 años.

La FDA (agencia del Gobierno de EE.UU. que regula el uso de fármacos y alimentos) considera que los cannabinoides pueden usarse, además, para tratar epilepsia, cáncer, fibromialgia y artritis.

Dorothy Santiago, Fernando Carrillo y Ana Álvarez son integrantes de Buscando Esperanza. (Eduardo Cavero / El Comercio)
Dorothy Santiago, Fernando Carrillo y Ana Álvarez son integrantes de Buscando Esperanza. (Eduardo Cavero / El Comercio)

—Capacitación médica—
El consultorio de Buscando Esperanza no es una iniciativa aislada. En Lima cada vez más médicos exploran las posibilidades curativas del cannabis. El presidente del comité de medicamentos del Colegio Médico del Perú (CMP), Alberto Gayoso, dice que al menos diez doctores en Lima recomiendan el uso de la marihuana medicinal en sus tratamientos. Además, en el CMP ya se abrió un espacio de capacitación.

En febrero, se organizó un foro internacional sobre los usos medicinales de la marihuana, al cual asistieron mil personas. En marzo, se dictó un curso a 22 médicos sobre la aplicación de cannabinoides en la práctica clínica. “Las propiedades medicinales del cannabis ya no se discuten. Existen suficientes estudios que respaldan sus usos. La limitante en el Perú es que los médicos no pueden recetar la marihuana medicinal ni investigarla porque es una sustancia ilegal”, explica Gayoso.

Por ello, según el médico, el proyecto de ley propuesto por el Ejecutivo para autorizar la importación y comercialización de los derivados de la marihuana debe incluir la producción controlada de esta sustancia para que los médicos puedan dar prescripciones a los pacientes que lo requieran.

—Control de calidad—
Otro de los obstáculos para que la marihuana medicinal sea una alternativa curativa para miles de pacientes desesperados es el acceso legal a los derivados de cannabis. En el Perú, el cultivo y la venta de la marihuana están penados, así que se debe recurrir al contrabando o al autocultivo para obtener los aceites.

El consultor del Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (Cedro) Milton Rojas dice que estos canales informales no aseguran la calidad de las sustancias. “Para sintetizar el cannabis medicinal se requiere un trabajo profesional para controlar la toxicidad en las dosis. Una producción artesanal puede llegar a ser perjudicial”, dice.

Mientras no se regularicen estos procesos, las curas con marihuana podrían dañar a quienes esperan con ellas calmar su dolor. 

PROPUESTA AL MINSA

- El comité de expertos, formado en febrero para evaluar el uso medicinal del cannabis en el país, ya emitió su informe al Ministerio de Salud (Minsa).
- En este documento, se recomienda implementar en el Perú, además de la importación y comercialización, la producción controlada de derivados de la marihuana para usos médicos.
- Con esta información, el Minsa debe elevar una propuesta a la Presidencia del Consejo de Ministros.

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