Nancy Espinoza acompañó a tres menores a la clínica luego de rescatarlos del lugar del accidente (Captura de pantalla).
Nancy Espinoza acompañó a tres menores a la clínica luego de rescatarlos del lugar del accidente (Captura de pantalla).

En medio de la tragedia del cerro San Cristóbal apareció un ángel para salvar vidas. Ayer por la tarde, Nancy Espinoza, quien vive en los alrededores del club Revólver del Rímac, acudió al lugar en donde un bus turístico se desbarrancó y se puso a auxiliar a los heridos. Otros vecinos también apoyaban en las labores de rescate a los bomberos que acudieron a la zona.

En esos primeros minutos del rescate, uno de los vecinos encontró a un bebé de 11 meses al pie del Cerro San Cristóbal. Al verlo, Nancy lo acogió en sus brazos y se ofreció a cuidarlo. Luego, un bombero encontró a otro bebé de un año y 7 meses en medio del desastre. La mujer, según contó a TV Perú, también recibió a esta criatura. El instinto maternal la impulsó a acoger a estos pequeños: ella es madre de siete niños.

La vecina se subió a una ambulancia para llevar a los bebés a una clínica. Cuando ya estaba dentro del vehículo pusieron bajo su cuidado a otro menor, Jeremías, un niño de 10 años de nacionalidad chilena que también había estado viajando en el bus que se accidentó.

“El niño estaba asustado y me pidió que no le suelte la mano. Yo le dije: ‘no, hijito, no te voy a soltar vamos a orar’. En ese momento, el niño recibió a Cristo en su corazón, sé que estuvo con él todo el tiempo”, contó Nancy.

Una vez que llegó a la clínica Internacional, Nancy acompañó en todo a los pequeños cuando eran atendidos por los médicos. Al bebé más pequeño le suturaron la cabeza y a Jeremías tuvieron que operarlo ya que se había fracturado una de sus extremidades (el bebé de un año y 7 meses ya estaba junto a su familia). Mientras esperaba en la sala de la clínica, Nancy no dejó de preocuparse por los menores. 

“Pensé en mis hijos en ese momento. Si ellos estuviesen en esa situación, yo sé que también habría personas que los hubieran ayudado. […] Lo cogí y el bebé no me soltaba, me agarraba mi pecho para lactar y fue lo que más me enterneció”, dijo Nancy llorando.

Esta vecina recién se retiró de la clínica a las 11 p.m. cuando aparecieron los familiares de los menores. Nancy no cree que haya realizado una acción extraordinaria: “Yo solo hice algo pequeñito, Dios es el que hizo todo”.

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