(Foto: Google)
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Angus Laurie

En poco menos de un año, Lima tendrá sus . Poco a poco, las avenidas y calles se irán llenando de carteles de propaganda política de los candidatos, quienes pretenden competir por el derecho de servir como alcaldes distritales, provinciales o metropolitano.

A pesar de ver todas las señales típicas del comienzo de la insoportable larga campaña, no se puede sentir que el 2018 traerá lo mismo de siempre.

Alex Kouri está en la cárcel, Félix Moreno no puede salir del país, varios alcaldes distritales están bajo investigación y el burgomaestre actual y la ex alcaldesa de Lima Metropolitana están bajo el microscopio por sus vínculos con Odebrecht.

En los primeros días se sentirá que esta campaña se llevará a cabo bajo la sombra del Caso Lava Jato. Sin duda, los candidatos van a tener que pensar dos veces antes de recibir aportes de empresas constructoras. El resultado podría ser que los candidatos evitarían hacer campaña en base a obras específicas.

Sin tener candidatos atados a estas supuestas obras específicas (con constructoras específicas), las campañas y los debates podrían ser mucho más libres, enfocándose más en la visión de ciudad que propone cada aspirante. Junto con esta visión, los candidatos pueden tener propuestas más sistémicas que estén vinculadas a temas de seguridad, servicios públicos y el espacio público.

Al mismo tiempo, la campaña estaría pasando en paralelo con la iniciativa del gobierno nacional, que está buscando centralizar los poderes ejecutivos y legislativos de transporte y tránsito, reduciendo las competencias de las provincias, y con mucha razón. De hecho, estas últimas, hasta la fecha, han mostrado poca capacidad e interés para reformar el transporte público y tránsito en la gran Lima, resultando en el caos de buses y la extrema contaminación del aire que experimentamos diariamente.

Puede ser que por mucho de la campaña por las municipalidades provinciales en la gran Lima, los candidatos no van a saber si tendrán competencias de transporte público y tránsito si fuesen elegidos. Esta incertidumbre es otra gran sombra que afectará el desarrollo de la campaña.

Si el gobierno logra centralizar las competencias de transporte público y tránsito, quitaría el tema favorito de los candidatos. Sin la inclusión de estos temas, el enfoque de las campañas efectivamente tendrá que cambiar hacia temas mucho más abstractos como la seguridad ciudadana, el planeamiento y la gestión de la ciudad.

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