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Aulas en Hospitales - Clínica San Juan de Dios
Yasmin Rosas

Elena Cotos es profesora de educación especial. Por las mañanas, trabaja en un colegio de Educación Básica Alternativa, en donde comparte con niños y jóvenes con retraso mental, autismo y síndrome de Down. “Es importante enseñarles a valerse por sí mismos. Ellos deben de aprender a desenvolverse y a realizar labores básicas. La misión de un docente es prepararlos para que puedan enfrentar a la sociedad”, explica.

Por las tardes, Elena llega hasta la Clínica San Juan de Dios, ubicada en la Av. Nicolás Ayllón, e inicia una segunda jornada educativa. Esta vez, ella recorre diversos ambientes del hospital para dictar clases a ocho alumnos de diferentes edades que forman parte el proyecto Aulas en Hospitales de la Fundación Telefónica y la Fundación Bancaria La Caixa.

A penas los niños sienten que Elena entra en la sala de rehabilitación, se ponen ansiosos por coger los libros, las hojas para colorear y las tabletas. Aulas en Hospitales, como su nombre los dice es un programa gratuito que busca que los menores no retrasen sus estudios y puedan continuar con normalidad con su plan de vida.

Este proyecto proporciona materiales educativos, cuentos, útiles escolares y herramientas tecnológicas con el fin de promover el desarrollo de competencias y habilidades cognitivas, sociales y digitales. La idea es recibir clases y luego convalidarlas con instituciones educativas en donde los chicos son alumnos regulares.

El hijo de Lizbeth Aranbilla tiene artogriposis, un síndrome que afecta a uno de cada tres mil recién nacidos y que se caracteriza por la existencia de contracturas que afectan varias articulaciones, él recibe clases diarias y es uno de los más animados durante las sesiones.

“Cuando llega la profesora él se transforma, es como si ya no estuviera en el hospital. Eso lo ha ayudado bastante”, señala su madre.

Para Elena es importante que los niños tengan programas como estos dentro de los hospitales porque así pueden canalizar su energía y su sentir y afrontar de manera positiva los tratamientos. “Cuando ellos acaban con sus terapias me siento muy contenta. Tengo sentimientos encontrados porque son varios meses que hemos compartido y en los que los he visto poner de su parte para mejorar. Todos son niños muy fuertes”, explica la docente.

De acuerdo con la Fundación Telefónica, se estima que en el Perú por cada 10 mil niños internados en hospitales existe solo un docente hospitalario. Arlette Fernández, jefa del proyecto resalta que esta carencia deja a la deriva a los más de 150 mil menores que se internan cada año.

Hace dos años, el Ministerio de Educación validó la propuesta pedagógica del proyecto y lo incorporó, en el 2017, en hospitales de Tacna. Este modelo educativo se reconoce a nivel nacional y se calcula que ha beneficiado a 55 mil niños y adolescentes de Iquitos, Arequipa, Chiclayo, Cusco, Huancayo, Trujillo y Lima.

Para formar parte de este proyecto, los docentes son capacitados constantemente para que además de ceñirse a la currícula escolar, puedan brindar soporte emocional y compañía en el proceso de recuperación.

Para conocer el proyecto a profundidad se puede descargar el libro, que hace un recuento del proyecto que nació hace 16 años, haciendo clic

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