(El Comercio)
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Martín Acosta González

Hace unas semanas, la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas () destruyó 22 toneladas de medicamentos y productos sanitarios incautados en operaciones contra el comercio ilegal. Las medicinas, en su mayoría, eran productos falsificados que eran ofrecidos en galerías e incluso en farmacias clandestinas. Sin embargo, aún en algunos lugares siguen circulando estos y que son comercializados por personas inescrupulosas.

En entrevista con El Comercio, el doctor Luis Moreno Exebio, director dispositivos médicos y productos sanitarios de la Digemid, dio algunas recomendaciones para reconocer medicinas adulteradas. El especialista señaló que algunos de estos productos- entre pastillas, jarabes y ungüentos- están vencidos pero malos comerciantes les cambian la fecha de vencimiento.

En otros casos, estos sujetos recolectan envases y envolturas usadas para poner medicinas de dudosa procedencia. “Lo primero que se debe verificar es que la medicina cuente con el registro sanitario y con la fecha de vencimiento. Debe además tener el número de lote visible. El etiquetado debe ser claro y no tener letras borrosas”, dijo.

El especialista agregó que en el caso de las pastillas vencidas, estas presentan una textura diferente, más suaves. Indicó que el color de las medicinas puede cambiar.

Agregó que muchas veces los comerciantes adulteran las medicinas de una forma casi exacta a las originales, lo cual confunde a los consumidores. Por ello, recomendó que las compras se hagan en farmacias y comercios formales, “no en ferias, ni galerías, ni laboratorios clandestinos”.

Moreno señaló que en el centro comercial El Hueco, las galerías Unicachi y en Capón Center se han hallado medicinas bamba en varias oportunidades. “Hacemos operaciones de incautación regularmente en estos lugares”, señaló.

El especialista pidió desechar los envases, cajas y envolturas de las medicinas que ya no usaremos y de aquellas que ya estén vencidas. “Hay que romper o picar los envases para evitar que estos se reutilicen”.

La adulteración, fabricación y/o comercialización de medicinas vencidas, de contrabando o de procedencia desconocida, y cuyo consumo origine muerte o lesiones graves, constituye un delito contra la salud pública que se castiga con penas de hasta 15 años de cárcel.

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