(María del Carmen Yrigoyen)
(María del Carmen Yrigoyen)

Desde la 1 a.m. de ayer, un grupo de agentes policiales estuvo apostado fuera de la puerta 3 de la . Esperaban instrucciones para entrar a desalojar a los alumnos que habían tomado el campus desde el jueves e impedían el desarrollo normal de las clases. A esa hora también había una tanqueta estacionada.

Pero como los alumnos (que llevaban capuchas) vieron que algunos agentes escuchaban música con sus audífonos, no prestaron mayor atención. Un grupo pequeño acampó cerca del ingreso y prendió una fogata. A las 6:30 a.m. apagaron el fuego.

A las 7 a.m. llegaron los refuerzos, se escuchó un estruendo y la tanqueta avanzó para derribar la reja. Los agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) –algunos vara en mano, otros con lanzadores de bombas lacrimógenas– saltaron sobre los escombros y fueron a buscar a los estudiantes, que se refugiaban en las aulas de las distintas facultades.

No faltaron los enfrentamientos entre alumnos y policías, tras lo cual 18 jóvenes (uno de ellos menor de edad) fueron intervenidos y llevados a la Comisaría de la Unidad Vecinal 3. Por la tarde se les trasladó al área de Asuntos Sociales de Seguridad del Estado.

La policía despojó a los jóvenes de unos cuantos carteles y les incautó un par de pirotécnicos y bidones (en un inicio dijeron que contendrían material inflamable, pero luego se supo que se trataba de productos de limpieza).

—Denuncian abusos—
En medio de la búsqueda, los policías también irrumpieron en la residencia estudiantil. El resultado fue de varias ventanas rotas, vidrios regados por el suelo, manchas de sangre y un olor ácido en el ambiente. Además, el campus lucía con piedras y carpetas rotas.
“Fuimos sorprendidos por la policía que se metió por los techos y han lanzado bombas lacrimógenas y nos han agredido”, dijo una de las jóvenes en una transmisión en vivo de El Comercio. “Tengo dificultades respiratorias por un problema en el tabique y los gases que nos han lanzado me han afectado”, agregó.

“Acá hay personas discapacitadas y nos han golpeado como si fuéramos delincuentes”, dijo otra alumna, mostrando los cartuchos de las bombas lacrimógenas.

Los jóvenes, muchos de ellos todavía en pijama, negaron haber participado en la toma del campus.

Entre las 9 a.m. y las 10 a.m., las congresistas del Frente Amplio María Elena Foronda e Indira Huilca visitaron a los estudiantes en compañía de un representante de la Defensoría del Pueblo. Allí confirmaron que algunos de ellos habían sido alcanzados por perdigones.

Mientras tanto, fuera de la universidad, a la altura de la puerta 3, se congregaron decenas de personas. La mayoría de ellas con la intención de defender a los estudiantes, aunque no sabían bien cuál era el reclamo. “Podría ser mi hijo”, dijo una mujer, y siguió pifiando a los agentes

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