(Foto: Difusión)
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Angus Laurie

La película “8 Mile” tomó su nombre de una vía expresa en la ciudad de Detroit. En el filme, tal como en la vida real, la vía sirve como una demarcación en el medio de la ciudad, por varios motivos. A un lado están los barrios suburbanos, para personas de clase media y media alta, y por el otro lado hay un área de personas vulnerables que han experimentado un proceso de despoblación y decadencia por décadas. Mapas que muestran la raza de las personas en Detroit también revelan cómo 8 Mile funciona como una división racial, entre personas casi exclusivamente de origen europeo, por un lado, y afroamericano por el otro.

En Lima, la Vía Expresa de Paseo de la República, como otras grandes infraestructuras en la ciudad, sirve como una barrera en varios sentidos. Por un lado, limita la accesibilidad peatonal entre un lado y otro, incentivando el uso de medios de transporte no sostenible. En el tramo entre Miraflores y Surquillo, sirve para reforzar la división socioeconómica, actuando como una barrera social. Como el caso de Detroit, los mapas socioeconómicos de Lima muestran cómo el zanjón refuerza una división marcada entre personas de diferentes ingresos en este punto.

El día 14 de marzo se anunció que la Municipalidad Metropolitana de Lima construirá dos nuevos puentes sobre la Vía Expresa entre los distritos de Surquillo y Miraflores antes de fin de año. Los puentes conectarían ambos lados de la calle Junín y del jirón Leoncio Prado. A diferencia de algunas otras obras de infraestructura hechas por la municipalidad durante esta gestión, estos dos puentes probablemente van a tener un impacto positivo para la ciudad por varias razones.
Para empezar, son puentes que sirven para diversas formas de movilidad urbana, incluyendo peatones y bicicletas, no solamente autos. Pero sobre todo, representan una oportunidad para empezar a reconectar un tejido urbano que ha sido cortado por el desarrollo del zanjón desde el año 1967.

La presencia de dos nuevos puentes justamente en este tramo de la Vía Expresa tiene el potencial de repensar la ciudad para que las calles simplemente no rematen en esta gran infraestructura, sino que sigan y que realmente integren la capital y sus habitantes a pesar de sus diferencias.

Por otro lado, asumiendo que el diseño de los puentes sigue las normas sismorresistentes, ello representa grandes oportunidades para mejorar la seguridad contra terremotos en esta zona.
Justamente, la primera norma antisísmica fue desarrollada el mismo año de la construcción del zanjón y probablemente los puentes existentes no cumplen los estándares actuales.

Pero lo que falta en estos proyectos, como casi todos de infraestructura pública, es valorar el diseño. Y esto se hace a través de concursos de diseño público.

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