(El Comercio)
Ana Briceño

En el 2016, el 59% de la droga producida en el Perú era ‘exportada’ a través de aeronaves ilegales que aterrizaban en pistas clandestinas. Este año la situación cambió porque los narcotraficantes han optado por sacar más cocaína vía marítima, principalmente por el puerto del Callao, informó la Dirección Antidrogas (Dirandro).

El general Héctor Loayza, jefe de esta dirección policial, precisó que el 44% de la droga producida en el Perú, a la fecha, salió vía marítima, mientras que el 41% fue a través de los puentes aéreos. El resto se envió vía terrestre.

Las mafias del tráfico ilícito de drogas cambiaron la modalidad de envíos, debido a que desde enero del año pasado la Fuerza Aérea tiene la facultad de interceptar y derribar aeronaves que vuelen sin autorización en el Perú.

Según la Dirandro, a raíz de que los riesgos de sobrevolar con la droga eran mayores, los pilotos aumentaron el precio de sus servicios a los narcotraficantes, de US$20 mil a US$50 mil, en un viaje de ida y vuelta.

El objetivo de la interdicción aérea era reducir la ‘exportación’ de pasta básica de cocaína proveniente del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) hacia Bolivia y Brasil, donde la droga era procesaba para obtener cocaína pura.

“En el puerto del Callao, la cocaína sale a través de los contenedores que llevan productos peruanos de exportación, como alimentos en conservas”, sostuvo Loayza. En esta peligrosa zona, cinco mafias se disputan el control de la salida de droga.

—Trabajo de inteligencia—
En una conferencia en la sede de la Comunidad Andina, a la que también asistió el ministro del Interior, Carlos Basombrío, el general Loayza recalcó que hasta la fecha se han incautado 51 toneladas (t) de droga (21,7 t de clorhidrato de cocaína, 14,7 t de pasta básica y 14,6 t de marihuana). En comparación con el 2016, esta cifra representa un incremento de 45%. El año pasado se decomisaron 35 toneladas de narcóticos.

“Esto se debe a un trabajo de inteligencia fortalecido en distintas partes del país”, sostuvo Loayza. Sin embargo, de acuerdo con la Policía Nacional, cada año se producen 400 toneladas de cocaína y pasta básica en el Perú. Es decir, lo incautado este año por la Dirandro representaría apenas un 14% de la droga que se moviliza en el mercado nacional.

Basombrío resaltó la labor de la Dirandro por el incremento de las incautaciones, pero recalcó que el próximo año la meta de decomisos debe ser superada.

—El negocio—
El cultivo de hoja de coca creció en el 2016, de 40.300 a 43.900 hectáreas; es decir, en 9%, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).

De ese total, más del 90% están destinados para el tráfico ilícito de drogas. “En las zonas cocaleras, a los agricultores le pagan S/1,50 por kilo de hoja de coca. El 46% de la producción de droga está focalizado en el Vraem”, detalló el jefe de la Dirandro.

También resaltó que solo el 2,3% del dinero que mueve el comercio de la droga (cocaína, heroína, anfetaminas, marihuana) se queda en los países productores, como el Perú y Colombia, mientras que el 88,2% está destinado para los cárteles y organizaciones internacionales.

“Los precios del kilo del clorhidrato de cocaína suben conforme se acerca a su punto de destino. En el Vraem el kilo se cotiza a US$900, mientras que en un contenedor en el Callao llega a US$3.000”, señaló Loayza.

Europa es el principal destino de la droga peruana, seguida de América del Norte.

Arturo Huaytalla, especialista en temas de seguridad del Instituto de Defensa Legal (IDL), recalcó que el aumento de droga incautada este año se debe a que la producción también creció. “Las hectáreas de hoja de coca se incrementaron. Los cultivos alternativos no terminan de atraer a los cocaleros”, dijo.

Agregó que este año, 11 agentes murieron en emboscadas terroristas vinculadas al narcotráfico en el Vraem. Por ello, el Gobierno “debe intensificar sus labores”.

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