Conducir en momentos de alto tráfico en la avenida Javier Prado es un problema. En hora punta transitan por esa vía cerca de 16 mil vehículos por cada 60 minutos, según cifras del MTC del 2011. (Foto: Rolly Reyna / El Comercio)
Conducir en momentos de alto tráfico en la avenida Javier Prado es un problema. En hora punta transitan por esa vía cerca de 16 mil vehículos por cada 60 minutos, según cifras del MTC del 2011. (Foto: Rolly Reyna / El Comercio)
Cristina Fernández

Un estudio del Ministerio de Transportes y Comunicaciones revelaba en el 2011 que la avenida Javier Prado era la vía con el mayor flujo vehicular de Lima y Callao. Durante los momentos de alto tráfico (de mañana, tarde y noche), hasta 15.902 vehículos cruzaban cada hora por esa avenida. Han pasado seis años y, sin mayores obras viales, todo hace indicar que la Javier Prado sigue siendo la vía con más carga vehicular.

Para solucionar el problema, hace una semana el Concejo Metropolitano de Lima puso fin a la negociación de dos décadas con el consorcio Javier Prado para concesionar el eje vial Javier Prado-La Marina-Faucett. La propuesta del consorcio era construir un viaducto de 20 kilómetros en la avenida, a cambio del cobro de peajes.

“Un viaducto de ese tipo destrozaría la ciudad, afectaría negativamente las propiedades adyacentes y dificultaría la interconectividad del transporte multimodal. Estoy de acuerdo con que no se vaya a ejecutar esa obra, pero no sé si lo hayan hecho de la manera correcta”, señala el ingeniero de tránsito David Fairle.

Tras la anulación del contrato, el alcalde de Lima, Luis Castañeda, anunció que la municipalidad podrá ejecutar la ampliación de la Javier Prado entre la Vía Expresa y la Av. Arequipa, la instalación de semáforos inteligentes entre las intersecciones de las avenidas Arenales y Brasil, y la construcción de un ‘by-pass’ en el óvalo Monitor, en La Molina.

Sin embargo, María Jara, representante de la Fundación Transitemos, considera que la anulación del proyecto que tenía el consorcio Javier Prado significa renunciar a una obra de calidad.

“Tenía un cobro de peaje, pero valía por la solución. Si los vehículos particulares quieren una vía más rápida tienen que pagar y no se deben usar los recursos de todos para ejecutar obras menores”, señala Jara.

—Los proyectos—
Según el Banco de Proyectos de Inversión del Ministerio de Economía y Finanzas, los estudios, elaborados en la segunda y tercera gestión de Luis Castañeda, demandarían una inversión total de S/76 millones.
Los proyectos de inversión pública con mayor avance son la ampliación del cuarto carril en la avenida Javier Prado Este –con perfil aprobado en diciembre del 2008– y el mejoramiento de la semaforización de la avenida Javier Prado, cuyo perfil fue aprobado en diciembre del 2009. Ambos se encuentran en etapa de registro en fase de inversión.

El más reciente es el proyecto para la construcción del paso a desnivel en La Molina. Tras la contratación en diciembre del 2015 del servicio de consultoría para la elaboración del estudio de preinversión a nivel de perfil –el cual costó S/196 mil y estuvo a cargo del Consorcio Hermes–, el plan de inversión ingresó al banco de proyectos en febrero del 2016 y fue aprobado por la Oficina de Proyectos de Inversión de la Municipalidad Metropolitana de Lima un mes después.

María Jara considera que las obras que pretende ejecutar la comuna generarán una mayor congestión en la avenida Javier Prado y por ello recomendó que se continúe con la evaluación de las posibles soluciones.

“Creo que las experiencias de algunos pasos a desnivel sin sincronización y semaforización adecuada no mejoran la transitabilidad de las vías urbanas”, sostiene.

David Fairle recomienda que primero se obtenga la data actual de los volúmenes vehiculares de todas las intersecciones de la avenida Javier Prado, se determine cuáles serían los volúmenes si no existiese la prohibición de giro a la izquierda, y se rediseñe todas las intersecciones para permitir el flujo libre de todos los movimientos.

“La avenida Javier Prado debería tener tramos de dos o tres carriles por sentido de acuerdo con el volumen vehicular de cada tramo, aumentarse carriles [solo de giro] en las intersecciones que lo requieran, instalar semáforos accionados por el tránsito, diseñados y programados correctamente y de acuerdo con las normas del MTC”, precisa.

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