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Lima se llena de placas bisagra para burlar controles | #NoTePases
Milagros Asto Sánchez

Hemos visto la negligencia en vehículos destartalados, brevetes caducados, multas kilométricas, pero la negligencia también se compra y se vende libremente en las calles de Lima a solo 20 soles en la forma de una bisagra que permite burlar los controles de velocidad.

Los portaplacas rebatibles o placas bisagra no son nada difíciles de conseguir. El Comercio comprobó que un rápido recorrido por la cuadra 9 de la avenida Aviación, en La Victoria, es suficiente para toparse con una seguidilla de tiendas que ofrecen decenas de estos accesorios en varios colores.

Quienes los venden explican que el aparato –un soporte de metal de unos 30 cm que se instala en pocos minutos– sirve para evitar las fotopapeletas que se ponen por conducir con exceso de velocidad, ya que hace que la placa se recline y sea difícil de ver.

Se trata de una propuesta peligrosa considerando que el exceso de velocidad es la cuarta causa de muertes en accidentes de tránsito en el país. La imprudencia del conductor es la primera.

Luis Quispe Candia, presidente de Luz Ámbar, afirma que quienes usan este tipo de aparatos generalmente lo hacen para evadir el control electrónico en lugares en los que hay cámaras de control de velocidad, como en el Callao. “Lamentablemente, en Lima todavía no tenemos controles electrónicos en todas las calles, sino solamente cinemómetros (radares de velocidad) que a veces utiliza la policía en algunas vías”, dijo a este Diario.

Lo cierto es que las placas bisagra son viejas conocidas de la policía. El jefe de la Policía de Tránsito, coronel Guillermo Llerena, dijo a El Comercio que ya se han realizado varios operativos contra los conductores que tengan esos accesorios, cuyo uso está prohibido en tanto infrinja el Reglamento Nacional de Tránsito, que indica que la placa debe ser legible y estar en un lugar visible.

Sin embargo, el uso de un portaplaca rebatible no constituye una infracción en sí mismo.

—Vacío legal—
Pese a que se vende abiertamente como un instrumento para burlar a las autoridades, tener instalado este artefacto en el auto solo puede ser motivo de sanción (una multa de 730 soles) si la placa está inclinada o se dificulta su visualización, mas no si la placa permanece en posición recta. La razón de ello es que el Reglamento de Placa Única Nacional de Rodaje no prohíbe expresamente el uso de este tipo de dispositivos.

“La infracción no es por el uso del objeto en sí, sino por no tener una placa legible al control, al ojo del fiscalizador o de los artefactos para los controles de velocidad. Es una clara intención de burlar la ley”, explicó el jefe de la División de Prevención e Investigación de Accidentes de Tránsito, coronel Franklin Barreto, quien afirmó que, en realidad, estos aparatos no evitan que se identifiquen las placas, pero sí dificultan las labores de fiscalización.

Para Quispe Candia, una solución es la modificación del reglamento, una tarea que le corresponde al Ministerio de Transportes y Comunicaciones y que puede ser solicitada por la policía.

“Incluso yo creo que podrían intervenir en la venta de estos artefactos, puesto que se están utilizando para tratar de evadir el control policial. Esa gestión no la hará el policía, sino que se trata de una gestión que se tiene que hacer a otro nivel. Habrá que modificar el reglamento de placas y habrá que incorporar que está prohibido utilizar esos dispositivos. Debería haber una modificación al reglamento y una prohibición expresa. Incluso se debería incorporar en el Reglamento Nacional de Tránsito como una infracción más que debe ser multada, que esté considerado como una infracción específica”, afirma Quise Candia.

–Riesgo a la seguridad–
El coronel Barreto considera que la única salida es la fiscalización. “Si es que no hay una regulación específica respecto a placas en general, la única forma es la fiscalización por parte de las unidades especializadas de control de tránsito, que es lo que ya se está haciendo”, aseguró. Para él, el principal problema que hay es una intención de querer evadir el control y eso constituye un riesgo a la seguridad pública.

“En el momento en que una persona se vale de un medio, de un accesorio para tratar de eludir la acción de la policía, se siente confiado de poder hacer cosas que con una placa normal no podría hacer. Por ejemplo, lo que se vende a la población con este aditamento es la promesa de que la placa no va a poder ser reconocida en los controles de velocidad. Entonces la persona piensa que puede superar esos controles porque está segura de que nadie la va a fiscalizar y eso representa un riesgo porque el exceso de la velocidad y la imprudencia del conductor son causas principales de los accidentes de tránsito mortales en nuestro país”, señala Barreto.

La policía cuenta con ocho cinemómetros portátiles con los que está realizando operativos de control de velocidad en las vías más rápidas de Lima, principalmente en la Panamericana Sur, Panamericana Norte y la Carretera Central. 

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