Alcaldes de San Isidro y de Lima entraron en polémica por posible construcción de by-pass en esta zona. (Foto: Jorge Malpartida / El Comercio)
Alcaldes de San Isidro y de Lima entraron en polémica por posible construcción de by-pass en esta zona. (Foto: Jorge Malpartida / El Comercio)
Angus Laurie

Cuando el ‘by-pass’ de 28 de Julio era todavía un plan, critiqué el proyecto diciendo que era un enorme gasto y que no resolvería el problema de la congestión, que aumentaría el tráfico y que empeoraría la accesibilidad para los peatones. Ahora, con la obra construida, uno puede ver que efectivamente ha hecho más daño que bien a la ciudad.

Detrás de cualquier inversión debe existir una visión que nos informe qué tipo de ciudad queremos. Podríamos imaginar binarios de visiones para la ciudad, como una ciudad de concreto y una verde, o una ciudad para automóviles y una para peatones. En la realidad, la ciudad es un punto intermedio entre los extremos. En el caso de las calles y avenidas, hay que encontrar una balanza entre la función de lugar y la función de movimiento. Una calle peatonal, como los jirones Carabaya y Áncash frente a Desamparados, refleja una priorización sobre el lugar, sobre la función del movimiento de vehículos.

La propuesta para construir un paso a desnivel en Arequipa con Aramburú es claramente el otro extremo. Es un proyecto que implica que la función principal de esta avenida sea la circulación de vehículos.

Además de eliminar más de 100 árboles maduros, que son los elementos característicos de este histórico corredor, esto resultaría en una reducción en la accesibilidad peatonal a través de la creación de una gran barrera física que dividiría la ciudad. Estas críticas han sido mencionadas también por los alcaldes de San Isidro y Miraflores, quienes han expresado su preocupación ante el proyecto.

Sin embargo, ambos alcaldes no han mencionado el punto más importante: que la futura línea 3 del Metro de Lima pasará por debajo de la avenida Arequipa, y que la estación Olivar estará muy cerca de﷯ la propuesta de ‘by-pass’ o paso a desnivel.

Quizás hoy en día una persona que crea (erróneamente) que un paso a desnivel podría mejorar la congestión en este punto defenderá la posición de que la avenida Arequipa deba sacrificar su calidad como un espacio para peatones para dar más prioridad a los vehículos. Sin embargo, con el conocimiento de que existen planes para tener una estación del metro para el 2025 en el mismo lugar, lo que resulta en un aumento enorme en el flujo peatonal en esta zona, hace insostenible que se pueda defender la idea. Independientemente de cualquier buena intención, el proyecto es una equivocación.

Su impacto real será la reducción del beneficio que podría traer el metro, pues creará dificultades para llegar a la estación caminando y transformará la avenida Arequipa en un lugar aún más hostil para las personas.

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