Los siete cuadros de artistas como Picasso y Monet, robados del museo Kunsthal de Rotterdam en 2012, fueron probablemente quemados por la madre de uno de los presuntos ladrones, informó hoy la fiscalía de Rumanía, que investiga el caso.
Olga, la madre del ciudadano rumano Radu Dogaru, uno de los supuestos autores del robo, habría explicado a los investigadores que enterró los lienzos en el jardín de una casa abandonada, luego los trasladó a un cementerio y, posteriormente, los quemó en la chimenea de su domicilio.
Tras el arresto de mi hijo en enero de 2013, tuve miedo al darme cuenta de que el hecho cometido era grave, dijo Dogaru, según informaciones de la fiscalía, recogidas por la agencia Mediafax.
La fiscalía añadió que la mujer decidió quemar los cuadros tras un registro realizado por los investigadores en febrero de este año, al creer que si los lienzos nunca se encontraran, no habría pruebas y (los acusados) no serían condenados.
Preparé primero el fuego en la chimenea de mi cuarto de baño. Después, me desplacé al cementerio y desenterré los cuadros, y los llevé a mi casa. Metí la bolsa en las que estaban las siete pinturas en la chimenea. Puse madera, zapatos, botas de goma y esperé a que se quemaran completamente, dijo Olga Dogaru, citada por Mediafax.
La Fiscalía rumana presentó ayer cargos por robo contra dos personas, una de las cuales se halla aún en búsqueda y captura, y acusa a otras cuatro de haber colaborado en la sustracción, bien trasladando los lienzos o ayudando en un intento de venta.
El 16 de octubre del año pasado los presuntos ladrones se apropiaron de siete obras maestras: una de Picasso, dos de Monet, una de Matisse, una de Gauguin, una de Meyer de Haan y una de Lucian Freud.