"Hormiga izula", "Dueño de shiringa" y "Dueño de la colpa". Tres muestras del arte huitoto  presentadas hasta el 12 de junio en el Icpna de Miraflores. (Foto: Antonio Loayza)
"Hormiga izula", "Dueño de shiringa" y "Dueño de la colpa". Tres muestras del arte huitoto presentadas hasta el 12 de junio en el Icpna de Miraflores. (Foto: Antonio Loayza)
Czar Gutiérrez

En este lugar habitan los espíritus de la gente buena. Aquí están las almas de aquellas personas que durante su vida no han sido malos, ladrones, mentirosos, brujos o haraganes. En este lugar no hay muerte, no hay dolor ni hambre. Las enfermedades no existen. Es el lugar donde se adora a Moo Buinaima, el padre creador”. Sumergido entre lanceoladas hojas de chambira, bombonaje, aguaje, punga, wingo, tamishi y llanchama, el artista (Pevas, 1960) explica lo que en la cosmogonía de su pueblo es el Mana+d+ o lugar de las ánimas, ese espacio inasible poblado de misterios, personajes fantásticos, seres mitológicos y enigmas que su arte intenta descifrar.

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Arbitrariamente relocalizados debido a la depredación cauchera, las naciones huitoto-murui, bora, yagua y ocaina, originarios del Putumayo y Napo inferior, fueron forzados a dispersarse en zonas como Pucaurquillo, Brillo Nuevo, San Andrés y muy especialmente Pevas. Huitoto, uitoto, witoto, güitoto o murui-muinane: ¿cuál es la denominación correcta para designar a su grupo étnico? “Uitoto Áimen+. Mis ancestros que viven en La Chorrera, a orillas del Río Igaraparaná, en Colombia, aun se siguen denominando de esa forma. Áimen+ es nuestro clan, el Clan de la Garza Blanca. Hay muchos otros clanes, pero nosotros descendemos del Dios Garza”, responde Yahuarcani.

Nacido en la confluencia del Amazonas con el Ampiyacu, ha llegado a Lima junto a Nereida López (Peruaté, 1965), su compañera de vida e integrante del mismo clan Aimen+, cuyo primer miembro será Juma, el dios garza. Bajo su égida organizaron una primera bipersonal en el Museo Amazónico de Iquitos (2010) que gatillaría otra en el Centro Cultural El Olivar de San Isidro (2018) para detonar en una serie de exposiciones en China, Inglaterra, E.E.U.U. y Francia. Todo lo cual acrisola en el sorprendente despliegue que en estos momentos puebla la sala Venancio Shinki del Icpna: la recreación íntegra del mundo mágico de su etnia con materiales directamente tomados del bosque para un hecho histórico: es la primera instalación huitoto de la historia.

Instalación “el lugar de los espíritus”. Medidas variables. (Foto: Antonio Loayza)
Instalación “el lugar de los espíritus”. Medidas variables. (Foto: Antonio Loayza)

ENIGMA Y ESPESURA

Si bien en las exposiciones el arte indígena a principios del siglo XXI en Lima se mostraban utensilios, atuendos, máscaras, armas, objetos rituales, alhajas y otras piezas tridimensionales, respondían a confecciones tradicionales sin autoría. Por eso la instalación ‘El lugar de los espíritus’ es un punto de inflexión en el arte peruano, pues permite al espectador ingresar físicamente a una puesta en escena del mundo amazónico, que no es un relato anquilosado en un tiempo pasado, ni una memoria oral heredada y transmitida de forma intacta; el relato mitológico existe de tal modo que los seres mitológicos están vivos e interactuando con el presente de la gente y a la vez en mundos paralelos habitados por entidades con poder para influir en el destino de los pueblos, los bosques y los ríos”, señala el pintor y curador Cristian Bendayán.

En efecto: ingresar a la muestra de los Yahuarcani es incorporarse inmediatamente a un universo nimbado por la espesura y sus enigmas. Empezando por las dos pantallas que proyectan imágenes tanto de rituales simbólicos como del diario vivir de la pareja de artistas, que empezará antes de que claree el día con la recolección de la leña para hacer el fuego, cosechar la yuca, retirar su corteza, escurrir el líquido de la pasta que se ha obtenido al rallarla y girar la trenza de hilos de balsa para escurrir el jugo blanco y abundante: es la harina que se convertirá en el pan de cada día. Canastillas, varillas, anzuelos y otros aparejos se irán incorporando a una instalación poblada de seres incorpóreos que viven en el Mana+do o El lugar frío o El lugar de los espíritus.

Y en el centro, decenas de máscaras extraídas directamente de sus fiestas y rituales: rostros compuestos por hojas de chambira, fibras de bombonaje, de aguaje, punga y de los frutos del wingo. Caras deformes de siringa y madera topa. Efigies tachonadas con púas extraídas del árbol choro. Ramas de ungurahui, dientes de madera, carbones naturales. Lianas de llanchama, fibras de punga y ramas del aguaje. Flores de cabellusa e hilachas de tamishi, máscaras de búho fabricadas con la corteza del shihuahuaco. Hornos para hacer el pan de casabe. Plumas de paucar. Más raíces de ishpingo y zarzaparrilla. Todo un bosque polícromo bañado en la tinta natural de la espesura. Ambos mundos en el mismo oleaje: el territorio físico con la elevación mítica.

"Madre de cabellusa". Flores de cabellusa, tintes naturales, llanchama, madera y fibra de tamishi, medida variable. (Foto: Antonio Loayza)
"Madre de cabellusa". Flores de cabellusa, tintes naturales, llanchama, madera y fibra de tamishi, medida variable. (Foto: Antonio Loayza)

VIENTRE DEL UNIVERSO

La génesis de esta muestra es Jag+lla Buinaima. Porque él es la sabiduría, la palabra, el descanso, la vida, el aliento de vida. Es la casa de Dios, pero es Dios mismo”, dice Yahuarcani. ¿Y cómo se manifiestan los seres mitológicos en vuestra vida diaria, qué acciones demuestran que están vivos e interactúan con el presente? “Se manifiestan en el agua, la tierra, el aire, en la chacra, en los alimentos, en todos los aspectos de nuestra vida y también en los sueños. Una acción importantísima ha sido mostrarnos las plantas para combatir el covid. Ellos se han manifestado para esta tarea a través de los sueños. Es en nuestros sueños que nos han dicho qué plantas medicinales utilizar”.

Y así, al amparo de Jitoma —el Dios sol—, Jusiñamuy —el enemigo de Buinaima— y Nofuideño —la hija del dueño de la piedra—, los Yahuarcani saturan los espacios con la cosmogonía identitaria de su nación. “Aquí están nuestras historias, cuentos, anécdotas y dioses. Están también las plantas medicinales. Nuestros miedos, tristezas, preocupaciones, bailes y fiestas”. ¿Qué diferencias o similitudes hay entre el Mana+d+ y la maloca, que en el cosmos huitoto es el vientre del universo? “La maloca es la casa del conocimiento. Es el principio de nuestra sabiduría. El Mana+d+ es como el paraíso, un lugar de descanso, donde estamos protegidos por nuestros dioses”. Finalmente consultado acerca de la diferencia entre artesanía y arte y cómo se aplicaría cada concepto a su trabajo, el artista prefirió ser contundente: “Yo no conozco esa diferencia”.

Nereyda López y Santiago Yahuarcani, instalando su exhibición “El lugar de los espíritus” en la sala del ICPNA. (Foto: Antonio Loayza)
Nereyda López y Santiago Yahuarcani, instalando su exhibición “El lugar de los espíritus” en la sala del ICPNA. (Foto: Antonio Loayza)

MÁS INFORMACIÓN

Lugar: Espacio Venancio Shinki del ICPNA Miraflores.

Fechas: Hasta el 12 de junio.

Horario: De martes a sábado de 10 a. m. a 6 p. m.

Inscripciones:

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