Así sonaban los instrumentos del Perú prehispánico
Así sonaban los instrumentos del Perú prehispánico

¿Cómo sonaba un instrumento de la cultura Nasca o Mochica de hace más de 1.500 años? El misterio es ancestral, pero encuentra su respuesta gracias a la tecnología de última generación. Un encuentro de dos tiempos distantes que sirve para revivir los sonidos que estimulaban los oídos de nuestros antepasados prehispánicos y así encandilar a los peruanos y peruanas de hoy.

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¿Cuál fue el proceso para hacerlo?, es la siguiente pregunta. Pues se tomaron 12 piezas que albergan el MALI, el Museo del Banco Central de Reserva del Perú (Mucen) y la Colección Daniel Cohen, y se hicieron réplicas gracias a impresoras 3D. El desafío no era solo recrear su imagen externa –un disfrute a la vista, cómo no–, sino también copiar su constitución interna, la que producía el sonido que salía de ellas.

Lo más importante era esa parte interior, que le daba el sonido al instrumento. Por eso decidimos hacerles tomografías, para ver cómo eran por dentro. Era un procedimiento que no existía para piezas prehispánicas como esta, pero gracias a varias coordinaciones pudimos hacerlas en una clínica”, explica sobre este audaz proceso Christian Ávila (Lima, 1982), el artista detrás de la instalación “El eterno retorno - interacciones prehispánicas”, que puede verse –y sobre todo oírse– desde este martes en el atrio del MALI, en el Parque de la Exposición.

El artista Christian Ávila (Lima, 1982) posa delante de su instalación "El eterno retorno", que ganó el concurso Irradia que organizan Fundación Telefónica y el MALI. (Foto: Anthony Niño de Guzmán)
El artista Christian Ávila (Lima, 1982) posa delante de su instalación "El eterno retorno", que ganó el concurso Irradia que organizan Fundación Telefónica y el MALI. (Foto: Anthony Niño de Guzmán)

SOPLO REMOTO

“El eterno retorno” es el proyecto que se impuso a otros 36 postulantes en el concurso “Irradia. Espacio público”, que organizan Fundación Telefónica y el MALI, y que proponía hacer una intervención en el mencionado Parque de la Exposición, en el Centro de Lima. Fue allí que Ávila comenzó a pensar en cómo podría repensar dicho espacio, ligando pasado y presente de una forma creativa y poco explorada.

Hablando con unos arqueólogos, me dijeron que esta zona del parque siempre fue verde –explica el artista–. Pertenecía al señorío de Taulichusco y era un espacio con chacras. Luego de ello, empecé a indagar qué elementos se podían haber mantenido desde esa época prehispánica hasta hoy, y allí fue que surgió el tema del viento”.

Y es cierto que el viento permanece y estuvo siempre allí, antes que todo. Incluso antes de pensar en las réplicas generadas por impresión 3D. “Si el personaje de la instalación iba a ser el viento, queríamos saber cómo le daríamos voz. Fue recién entonces que apareció la ida de los instrumentos”, agrega Ávila.

De esa manera, para que el viento del Parque de la Exposición pudiera encargarse de hacer sonar las piezas de la instalación, se decidió montar una torre lo suficientemente alta para recibir los soplos sin mayores obstáculos, de forma directa, como si volviéramos a los espacios abiertos y casi totalmente llanos de dos siglos atrás.

De esa manera, la corriente natural es la que da el primer empuje y luego viene una serie de conexiones tecnológicas que incluyen un anemómetro que mide la fuerza del viento y una veleta que hace lo propio con su dirección: dos tipos de sensores que traspasan los datos a un arduino (placa electrónica que utiliza un microcontrolador), después a unas electroválvulas alimentadas por una compresora de aire, desembocando finalmente en los instrumentos.

Para resumirlo en palabras de Ávila, “es el viento el que modula la instalación”. Según cómo se mueva, los 12 instrumentos que componen la muestra (botellas silbadoras chimú, flautas de hueso, antaras nazca) irán sonando aleatoriamente como invitando a los paseantes del Parque de la Exposición a acercarse y escuchar su música mágica. Una que llega desde un tiempo-espacio remoto, pero se siente cercana y muy propia.

La torre instalada como parte del proyecto "El eterno retorno" incluye un anemómetro y una veleta para medir la fuerza y la dirección del viento que corre en el Parque de la Exposición. (Foto: Anthony Niño de Guzmán)
La torre instalada como parte del proyecto "El eterno retorno" incluye un anemómetro y una veleta para medir la fuerza y la dirección del viento que corre en el Parque de la Exposición. (Foto: Anthony Niño de Guzmán)

Sepa más

  • La instalación “El eterno retorno - interacciones prehispánicas” se puede visitar desde el martes 14 al martes 21 de diciembre en el Parque de la Exposición, frente al atrio del MALI. El ingreso es libre.

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