Javier Bravo de Rueda en pleno trabajo escultórico.
Javier Bravo de Rueda en pleno trabajo escultórico.
Diana Mery Quiroz Galvan

A primera vista las nuevas esculturas del artista plástico Javier Bravo de Rueda parecerían ser tan frágiles que un roce bastaría para hacer caer su endeble edificación. Es a través de esta precariedad, precisamente, que el autor pretende reflexionar sobre el contexto social y cultural actual que vivimos. Junto a estas construcciones de cerámica, Bravo de Rueda también exhibirá una serie de dibujos en acuarela. La muestra con sus más recientes obras se inaugura este 20 de noviembre en la Galería Impakto, junto a una serie de trabajos del neoyorkino Paul Wackers.

Para Bravo de Rueda, el inestable ensamble que predomina en sus esculturas es también una reflexión sobre cómo armamos nuestra identidad.
Para Bravo de Rueda, el inestable ensamble que predomina en sus esculturas es también una reflexión sobre cómo armamos nuestra identidad.

Precariedad social

Desde hace dos años Bravo de Rueda empezó a trabajar en torno a la idea de la fragilidad. Así agrupó sus creaciones inspiradas en la Torre de Babel. “En las culturas antiguas siempre ha habido esa necesidad de alcanzar el cielo. Si trasladamos esa idea al contexto actual, sería un reflejo de la sociedad de hoy en día, de esa constante necesidad de crecer, pero bajo estructuras que pueden colapsar en cualquier momento”, afirma.

Esa angustia de que todo podría caerse y terminar habla también de las cosas que se dejan a medio hacer, de lo inconcluso y hasta de la promesa de algo que tal vez nunca ocurrirá. “Lo que yo hago es darle ciertos ideales, son ideas formales que se extrapolan al arte a la escultura, al espacio, a la narrativa, para reinterpretarlas. Con mis trabajos intento contar mi propia visión de las cosas según el contexto en que me he desarrollado y crecido”, agrega para explicar la temática que abordan las seis esculturas que expone y que desarrollan una símil con la Torre de Babel. Esta construcción asociada a la religión es para el artista “un círculo social, un eterno volver a la decadencia y a los problemas de siempre”.

Lienzo de acrílico sobre tela de Paul Wackers. Sus pinturas transmiten “un caos amigable”, como dice la curadora Élida Román.
Lienzo de acrílico sobre tela de Paul Wackers. Sus pinturas transmiten “un caos amigable”, como dice la curadora Élida Román.

En los cuadros de Paul Wackers, por su parte, son notorios los exuberantes paisajes vegetales, las estanterías y repisas que esconden algo más que simples ventanales, flores y jarrones. Para la curadora Élida Román se trata de “un tejido formado por el desorden de lo vivido, utilizado y conservado, fuera de todo orden pero conciliado con una luminosa alegría…”

Más información

Lugar: galería Impakto. Dirección: Av. Santa Cruz 857, Miraflores. Inauguración: 20 de noviembre. Horario: de lunes a sábado desde el mediodía hasta las 8 p.m. Ingreso: libre.

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