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Algunas de las obras de Toto Fernández Ampuero.
Catherine Contreras

Toto Fernández Ampuero confiesa que juega con los límites. De lo absurdo, lo sexista y lo erótico, entre escenas de una realidad (irreal, según como se mire) saturada de color. El artista lo hace en clave pop, rodeado de mujeres que él mismo invita a mirar para sumar cómplices a su propia fascinación.

Visualizando la sala de paredes blancas de la galería Índigo, en San Isidro, Fernández Ampuero ideó esta exposición que está organizada con la intención de compartir una experiencia visual. La ha titulado “Todo lo que sabemos de ellas”. Frase irónica, aclara el artista, porque de mujeres asegura no saber nada.

“Sería muy pretencioso decir que aquí hay un ensayo. Sí hay una experiencia muy clara que llama a decodificar cosas nuevas, que son las que propongo”, apunta el pintor que lleva años cultivando esa mirada distante, curiosa, deseosa y exploratoria de la mujer.

—Seducir al pintor—
Fernández Ampuero dice que ha abierto su caja de Pandora y en ella ha reconocido algunos “monstruos”. Por un lado está su ‘leitmotiv’, que es esta presencia femenina, frágil, imponente y sensual a la vez, que lo motiva a pintar. Por otro, el haberse reconocido él mismo una víctima de esta seducción, porque plasma sobre el lienzo en blanco estas imágenes cuyo proceso artístico llena sus momentos de silencio y soledad.

Fernándes Ampuero dentro de una imagen de su propia obra. (Foto: Jessica Vicente)
Fernándes Ampuero dentro de una imagen de su propia obra. (Foto: Jessica Vicente)

“Llamo a todo esto realismo pop. Es como la gran orquesta que yo dirijo”, apunta, y como tal, dispara ciertos mensajes. “Lo primero es esta sensación de realidad paralela, de jugar con el absurdo. Planteo una nueva forma de cuestionar tu propia mirada: la belleza tiene ciertos estándares, en muchos casos complacientes en función de nuestros prejuicios. Me gusta jugar con ese límite, correr riesgos”, dice.

Lo segundo es incomodar. Lo hace desde esa imagen que es tan real que no lo parece. Desde esas actitudes que parecen inverosímiles, pero puede que no lo sean; desde los elementos que propone, muñecas, globos, figuras inflables y máscaras que son su fetiche para ocultar el rostro, el propio y el ajeno, y así evadir las miradas; también desde el balance cromático, que cuida desde la saturación del color hasta la calidez de una piel de verano.

—Años pasan—
“Todo lo que sabemos de ellas” es la octava individual que expone el artista y que muestra momentos diferentes de su obra. Se inicia con una serie de óleos, entre los que destaca el políptico “My Bloody Valentine” (2012), cinco piezas que dominan la sala y hacen referencia a la dualidad amor/desamor, candidez/perversidad.

“Lo pinté después de terminar una relación larga –confiesa–. Inicié mi proyecto entre el 2010 y 2012, y desde ese año hasta el 2016 fue un proceso: fui cambiando la ruta, siempre en torno a lo figurativo”.
La obra más reciente en esta muestra se aprecia en “Playland”, una serie realizada en el verano del 2017. “Quise asociar el entorno uterino a este contenedor que es la piscina inflable y que juega con elementos que no significan algo específico”, explica Fernández Ampuero, a quien retratamos rodeado de la utilería que usó en estas obras y que pueden no representar nada. O quizá sí.

También forma parte de su exposición una selección de obras en pequeño formato, de la serie “Playmates” (2017), que dan cuenta de la versatilidad del artista. Descubrimos en este rincón de Índigo ilustraciones digitales hechas en colaboración con el artista gráfico Orlando Aquije. “Trabaja desde imágenes fotográficas mías, que corrijo en Photoshop. Una vez filtrada la imagen, él las ilustra. Siempre busqué hacer esto, pero no soy bueno con el Illustrator”, comparte.

Completan la muestra unas cuantas acuarelas de la misma serie “Playmates” y unos llamativos dibujos hechos con bolígrafo de tinta azul. “Juan Francisco Casas es el más grande representante de este arte, hace cuadros inmensos en papel”, nos ilustra el pintor, que es embajador de la marca Faber Castell y se ha propuesto realizar tan minucioso trabajo en formatos grandes como los que realiza el artista español.

MÁS INFORMACIÓN
​Lugar: Galería Índigo.
Dirección: Av. El Bosque 260–263, San Isidro.
Horario: lunes a sábado de 11 a.m. a 8 p.m. Domingos y feriados de 11 a.m. a 7 p.m. (hasta el 31 de agosto).

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