Los artistas Liliana Ávalos, Miguel Lescano y Elie Ángeles exponen en el ICPNA de La Molina serigrafías creadas a lo largo de más de 20 años.
Los artistas Liliana Ávalos, Miguel Lescano y Elie Ángeles exponen en el ICPNA de La Molina serigrafías creadas a lo largo de más de 20 años.
Jorge Paredes Laos

La zona de Valdivieso, en San Martín de Porres, está marcada por la presencia imponente del cerro La Milla. Este lugar fue habitado, desde la segunda mitad del siglo XX, por decenas de migrantes llegados de todas partes del país a la búsqueda de una vivienda para construir un futuro mejor. Los artistas Miguel Lescano, poeta y maestro salido de las aulas de la Universidad La Cantuta, y Liliana Ávalos, egresada de Bellas Artes, abrieron aquí, a inicios del 2000, un taller dedicado a la serigrafía y el diseño, un espacio que comenzó a nutrirse de la vitalidad del barrio, de esa estética popular única, en una época de sobrevivencia, luchas y emprendimientos individuales y colectivos.

Yo he vivido acá toda mi vida —cuenta Miguel Lescano— y nuestro discurso visual es un discurso de crítica. Creemos que el arte debe servir para transformar las cosas, para ser felices… Esa utopía se funda a comienzos del 2000″.

El taller Cono Norte pronto se convirtió en un lugar de encuentro de artistas visuales, poetas, narradores, músicos, gestores culturales venidos de distintos distritos de Lima y del extranjero. Fue el epicentro de una producción serigráfica que hacía de la impresión y el collage su razón de ser. Un arte cargado de resonancias y significados que ahora puede verse en el Salón de Grabado del ICPNA de La Molina hasta fines de abril. Bajo la curaduría de Juan Peralta, se exhiben más de 183 producciones que van del mural al objeto artístico, del afiche chicha a la serie de estética pop; de los contrastes fotográficos a las infinitas posibilidades del reciclaje. La exposición lleva el título de Vidas paralelas y es, sobre todo, un recorrido por la producción de Ávalos y Lescano, pero también de las obras del fotógrafo y poeta Elie Ángeles, otro integrante del taller.

Pre Muro Lescano.
Pre Muro Lescano.

Esculturas blandas

En un primer pasaje se muestran las esculturas blandas y serigrafías de Liliana Ávalos; una suerte de homenaje y crítica a los roles domésticos asignados tradicionalmente a la mujer. Hechas con tela, costuras, paños y cueros, estas esculturas reproducen licuadoras, batidoras, planchas, pero también balanzas y otros objetos que aluden al trabajo femenino popular. Como dice el curador Juan Peralta hay en la obra de Ávalos un tránsito entre el hogar y la calle, tanto “en términos de temática, lenguajes y mensajes, con el rescate de personajes como Casimiro (el título de una de estas obras), un vendedor callejero”.

Lo característico del trabajo de Liliana —explica Peralta— es que es bien explorativo, ella juega con la desmaterialización de la imagen a través de los collages… Hay un uso de capas añadidas que van sumando factores y estéticas, algo que caracteriza también a la cultura chicha… Lo interesante es cómo todo eso se sintetiza”.

Mi trabajo tiene que ver con lo que ocurre dentro de la casa —comenta la artista—, a partir de esa mirada me he permitido observar el mundo exterior, a la gente que trabaja alrededor en la calle, en el día a día. Estas capas de cotidianidad se van superponiendo una tras otra… Y en toda esa mirada se va canalizando lo nacional, a partir de esos enganches que tiene mi obra con la producción de los maestros tradicionales de Ayacucho, del Valle del Mantaro, de Cantagallo”.

Lima gótica

La otra vida paralela abordada en la exposición es la de Miguel Lescano. Su obra es un conjunto de idas y retornos a partir de sus vínculos con la poesía urbana, la movida subte, las vanguardias del siglo XX y los grupos artísticos peruanos de fines de los 70 y 80. Sobre fondos de líneas y formas que crean escenarios enrevesados y caóticos, Lescano inserta una serie de imágenes —banderas, mapas, símbolos— que aluden a esa patria que se desangra producto de desencuentros y tragedias, o a ese país que permanece en una constante indeterminación, idea sintetizada en uno de sus grabados con las inquietantes palabras “Cuándo, cuándo, cuándo”.

En una obra como “Lima Love” todo ese mundo febril calza con una ciudad que Lescano identifica como gótica y que le permite enlazar con la figura de un superhéroe marginal y conflictuado como Batman: “Yo soy batman / el que viaja por los cielos de Lima. / Intrigante mestizo de Valdivieso City”, dice uno de sus poemas que anuncian una serie de grabados que tienen al hombre murciélago como protagonista. “Vemos un Batman más esquemático, más difuso, apenas insinuado a través de la línea gráfica, pero sin perder la esencia de Miguel, es decir el bullicio y la agitación constante”, dice Peralta. “Hay un Miguel expresionista, dadaísta, pero también pop, pues es parte de una generación formada por la televisión, el cine, el video y el cómic”, añade el curador. Y aquí aparecen sus tributos a Warhol con afiches cromáticos dedicados a estrellas musicales como Madonna, a íconos culturales como José María Arguedas a poetas como César Vallejo o a intelecuales como Gonzalo Portocarrero o Jorge Villacorta.

Yo tengo 60 años y toda mi vida Lima ha sido un caos”, dice Lescano, intentando explicar su obra.

He atravesado los ochenta y los noventa, las crisis, la violencia y han llegado los 2000 y todo sigue igual. Cuando Borges habla de los campos cíclicos parece que se refiere a esta locura, a este desborde, y por eso mi impresión visual es de caos”.

Pre Muro Lescano.
Pre Muro Lescano.

Imágnes difusas

Elie Ángeles llegó al taller Cono Norte en 2015, tras conocer a Miguel Lescano. “Estaba interesado en trabajar el collage a patir de la fotografía”, dice. Y en esa superposición de imágenes y de juegos con la luz, él termina llevándonos hacia la no representación. “Como limeño me interesa reconocer y desconocer la ciudad —dice—. Reconocerla en el sentido de recordar sitios, pero desconocerla como un mecanismo para acceder a la memoria… Nosotros no almacenamos imágenes, sino experiencias, y luego las recuperamos de una manera completamente distinta a como las vivimos, como un lenguaje que reconstruimos y armamos”.

Y eso es lo que hace Ángeles en su producción artística difusa y cromática, que es como una especie de bisagra entre la cotidianidad marginal de Ávalos y la avalancha visual de Lescano. Tres formas de registrar una misma realidad desde los márgenes de una Lima en permanente transformación.

En montaje en el museo.
En montaje en el museo.


Más información

La exposición Vidas paralelas. Taller Cono Norte 2000-2013 se puede ver hasta el 22 de abril en el Museo del Grabado ICPNA de La Molina (av. Javier Prado Este 4625), de martes a sábado de 10:00 a 19:00, previa inscripción en Icpna

Contenido sugerido

Contenido GEC