Watanabe (Lima, 1983) ya ha presentado “Liminal” en España y Estados Unidos. (Foto: Alessandro Currarino)
Watanabe (Lima, 1983) ya ha presentado “Liminal” en España y Estados Unidos. (Foto: Alessandro Currarino)

Las historias de peruanos desaparecidos que Maya Watanabe recoge en “Liminal” configuran una tragedia local, pero tristemente universal también. Son fantasmas que dialogan con las víctimas de Pol Pot en Camboya, con los que se hicieron humo en Nicaragua, con los muertos del franquismo en España, donde la obra generó tanta identificación, a su paso por ARCOmadrid.

Felipe Rodríguez, presidente de la Fundación Han Nefkens que premió el proyecto de Watanabe, da cuenta de un relato que escarapela la piel: “En México, donde hay 40.000 desaparecidos, una mujer llegó a la morgue buscando el cuerpo de su familiar. ‘Tenemos todos estos’, le dijeron. ‘Llévese el que quiera’”.

Justamente por esa terrible tendencia de convertir muertos con nombre y apellido en cifras frías y acumulables, Watanabe decidió acercarse a casos particulares. Fueron específicamente dos: uno en Huánuco y otro en Ayacucho, ambos ocurridos en 1984, pero no resueltos hasta la fecha. “Los dos cuerpos se exhumaron el año pasado, aunque ya llevaban años haciéndose la investigación previa –cuenta la artista–. Yo tenía una idea inicial, pero era la primera vez que participaba en una diligencia con el equipo forense especializado y con la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas. No sabía bien con qué me iba a encontrar, pero acudí muy abierta al diálogo con las instituciones y, sobre todo, con los familiares”.

Los 60 minutos de duración de la obra se centran en la exhumación de los restos de desaparecidos por parte de arqueólogos forenses.
Los 60 minutos de duración de la obra se centran en la exhumación de los restos de desaparecidos por parte de arqueólogos forenses.

VER Y NO VER
La exploración desembocó en los 60 minutos de duración de “Liminal”, ensayo audiovisual que se exhibe actualmente en el MALI. Se trata de un inquietante e hipnótico acercamiento en primer plano sobre una superficie seca, que se intuye fatal: el proceso mismo de excavación y exhumación de los cadáveres de dos desaparecidos.

Mediante un juego de foco y desenfoque –“una especie de ida y vuelta para mirarnos a nosotros mismos y ver que no estamos siendo capaces de reconocer a esos otros”, según lo describe Watanabe–, se nos presenta sutilmente un trabajo que es memoria colectiva, justicia, luto personal y recuperación de una dignidad sepultada. Todo al mismo tiempo.

“En casos como estos, el arte puede no ser tan efectivo como la labor de un trabajador social o la acción política. Pero con este proceso he entendido cuál es mi posición, mi lugar, y que desde allí puedo dar algo. Y por más que tenga mis contradicciones, las tengo que asumir. El no poder actuar de forma más clara desde el arte sí puede ser frustrante, pero he comprendido que ayuda de todos modos”, agrega Watanabe.

Más información:
​Lugar: Museo de Arte de Lima (MALI).
Dirección: Paseo Colón 125, Parque de la Exposición, Cercado de Lima.
Temporada: hasta el 13 de octubre.
Ingreso libre.

Contenido sugerido

Contenido GEC