Para Coronado, es importante mostrar el trabajo de artistas peruanos fuera del país.
Para Coronado, es importante mostrar el trabajo de artistas peruanos fuera del país.
/ CESAR CAMPOS
Rodrigo Moreno Herrera

Luego del traspié que tuvo con su anterior empresa, Ian Coronado comenzó a ver nuevas oportunidades de negocio. Una noche en la que un amigo suyo lo molestó insistentemente con el bigote que por entonces lucía, nació Moustachine. Tomó una hoja y escribió un plan para la empresa que no tenía ni dos párrafos, pero que hoy cuenta con casi cien páginas después de toda la experiencia acumulada.

En la actualidad, Moustachine se ha convertido en una marca de libretas que se caracteriza por los diseños incorporados en cada uno de sus modelos y por su apuesta por la sostenibilidad en cada nivel de su cadena de valor. “Queremos que nuestra empresa contribuya con el medio ambiente. Nos preocupamos de que los materiales sean los que menos contaminen, como el lino que contamina menos que el algodón. Además, es importante que el proceso de ensamble sea con personas con un buen ambiente laboral, que trabajan las horas justas, que pueden disfrutar su vida fuera y dentro del trabajo. Ese es el concepto de sostenibilidad que manejamos”, afirma Coronado.

Al inicio, sus productos se encontraron en tiendas independientes como Puna o la librería Babel. Más adelante, su crecimiento se tradujo en una mayor presencia en otras cadenas como Crisol, SBS e Íbero. Por lo pronto, está en sus planes abrir una tienda propia con modelos exclusivos de la marca.

—Sello de artistas—

A pesar de que en un primer momento no se pensó en las libretas como una vitrina para exhibir el trabajo de artistas profesionales, sí se contempló la idea de apostar por una gran variedad de diseños. “Mientras crecíamos como empresa nos dimos cuenta de que en otras partes del mundo había muchas colaboraciones entre artistas y marcas, y quisimos traer lo mismo acá”, explica. Marina García Burgos, Nani Cárdenas, Hugo Vásquez, Diana Kisner y otros han dejado su huella en estas páginas.

De igual modo, Coronado resalta la importancia de esta nueva plataforma para exportar la cultura peruana. “No solo logras democratizar la cultura, sino también la puedes llevar fuera del país, a sitios en donde, tal vez de otro modo, no podrían ser apreciadas porque no hay cómo difundirlas. Se trata de mostrar lo que hacen escritores, dibujantes, artistas plásticos en un mercado global. Considero que eso es algo en lo que podrían invertir las marcas, ya que eso de alguna manera contribuye al turismo”, indica. Y aunque hubiese deseado tener un crecimiento aún mayor en los últimos años, no niega que este proceso se haya dado rápidamente.

El fundador de Moustachine destaca que para sacar adelante proyectos de este tipo, es necesario trabajar disciplinada y seriamente en favor de los objetivos que uno se ha planteado. “Crear uno su propia empresa no siempre es la receta correcta. Se trata de hacer lo que uno ama y trabajar con las personas que uno admira, más que hacerlo por dinero. A las personas que sienten que dejan algo por miedo o encuentran excusas para no hacerlo, necesitan confiar en ellos mismos, trabajar por ellos. Esto no es una historia color de rosas. Va a haber problemas, pero deben seguir adelante. Las cosas se construyen poco a poco y con mucho empeño”, concluye.

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