Incluso cuando se cree que en algún lugar no hay arte, sí lo hay. Está cada vez que se prende la radio, en la música; en las esculturas que alguien talló; en las casas, pues la que menos tiene la reproducción de un cuadro o, tal vez, hasta un humilde original. Hay tantas definiciones de arte como hay artistas, pero donde no hay polémica es que el arte requiere intervención humana y, como tal, se transmite en universidades, en escuelas como las que tiene el Estado Peruano. Eso, no obstante, no seguiría por mucho tiempo si una iniciativa del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) sigue su curso.
El miércoles 28 de junio decenas de adolescentes y adultos jóvenes se reunieron en la cuadra seis del Jirón Áncash del centro de Lima; molestos, todos ellos se alejan y marchan. Reclaman por la Asignación Presupuestaria Multianual 2024-2026 del MEF, donde se detallan los recursos tentativos para el sector educación. Los que protestan son de cuatro centros de formación en artes: la Escuela Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú, la Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas, la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático Guillermo Ugarte Chamorro y la Escuela Superior de Ballet.
El reclamo de los alumnos, y de los directivos de las escuelas, es que esta asignación de presupuesto les reduce los recursos hasta en un 60%. Un oficio del Ministerio de Educación remitido el 5 de enero a las escuelas hace mención del recorte, además de hacer énfasis a que “es necesario considerar las medidas de austeridad y eficiencia de los recursos”. En conferencia de prensa el jueves último, las cuatro escuelas aseguran que con los nuevos presupuestos no podrán funcionar. También indicaron que por parte del Minedu les hablaron de la posibilidad de incrementar el presupuesto pero, aun así, tendrían menos recursos. Para las escuelas, queya hacen malabares con lo poco que les dan, no es viable trabajar con menos. En respuesta a los reclamos, el MEF insiste que el presupuesto final aún no ha sido definido y que el gobierno todavía apuesta por la formación artística.
Ante esta situación, El Comercio conversó con Eva López, Ana Polo, Jean Philipe Sánchez y Lucía Lora; directores respectivos de las antes mencionadas escuelas de Bellas Artes, Folklore, Ballet y Arte Dramático, respectivamente; quienes responden tres preguntas a cuyo alrededor gira la protesta y añaden un reclamo histórico: que cada una de sus escuelas se convierta en universidad.
¿Por qué importan las carreras de arte?
Ana Polo: El arte desarrolla el pensamiento crítico, analítico y creativo del ser humano. Son competencias y capacidades que necesita toda persona para avanzar y desarrollarse profesionalmente. Aparte de ello, el arte desarrolla todas las virtudes que tenemos como país, y en ese sentido la escuela de folclore trabaja mucho la diversidad cultural. Recoge en sus procesos de investigación las manifestaciones tradicionales y originarias de los diversos lenguajes que existen en nuestro país. Recogiendo eso, producimos libros y propuestas artísticas que luego son llevadas a las instituciones educativas. ¿En qué nos beneficia ese trabajo? Al desarrollo de la identidad nacional.
Eva López: Es muy importante. Si no hay arte ni cultura, el país no crece. Desde Bellas Artes tenemos estudiantes de diversas regiones del interior del país, donde tienen la oportunidad de hacer arte y llevarlo a la comunidad. Nosotros, a través de los eventos culturales, brindamos al público general esa oportunidad de apreciar qué es la pintura, escultura y grabado. Sino, tenemos un gran desconocimiento, ya que en colegios nacionales el nivel artístico que se brinda a cada niño es muy bajo.
Lucía Lora: Yo te diría que hay hasta tres razones importantes. Primero, como dijo Ana, el arte genera pensamiento y diálogo y trasgrede su límite para poder llegar al otro. Y al hacerlo, interpela. El arte, además, es la manera como las sociedades y comunidades se conocen, se comprenden, se perdonan, se simbolizan y poetizan. Y este es el segundo asunto: el arte genera simbolizaciones y resimbolizaciones, y eso nos permite construirnos a nivel identitario; nos permite pensarnos a nosotros como peruanos y peruanas desde otras perspectivas, no solo como lo que somos y fuimos, sino como lo que podemos llegar a ser. Entonces el arte desestabiliza el statu quo: un sistema de pensamiento, un sistema ideológico. Por ejemplo, subvertir esta cultura patriarcal y misógina, de violencia, es una potencialidad del arte. No digo solo del arte, porque tiene que ir acompañado de una serie de políticas públicas, pero el arte a través de esta desestabilización de sistemas de creencias tiene la posibilidad de permitir nuevas miradas. Finalmente, el arte es esfera pública. Es el lugar del diálogo ciudadano entre artistas y espectadores, ya sea con un cuadro, con una performance, con una coreografía, pero siempre se va a generar debate sobre los temas relevantes para la comunidad. Y memoria: el arte protege, recupera la memoria, la procesa y convierte en conocimiento.
Jean Philipe Sánchez: El arte hace que las sociedades sean mejores. Al igual que la educación forma parte del desarrollo de un país, tal cual es el arte. ¿Qué más? La valoración cultural. Los artistas ya no solo nos enfocamos en nuestra especialidad. Yo, por ejemplo, soy bailarín, docente de ballet. Pero a raíz de mi formación en la Escuela de Ballet, ya no solamente me enfoco en lo que es la danza en general, sino en las Bellas Artes, en la actuación. Entonces te expande el panorama también. Sumado a eso, somos el desarrollo de la cultura, de todas las puestas en escena que se dan. Además, la importancia en nuestras carreras es que generamos también puestos de trabajo para jóvenes, como docentes, como intérpretes.
¿Por qué es importante que estas carreras se dicten en universidades nacionales?
Jean Philipe Sánchez: Porque las universidades particulares no están al alcance de todos. Y cuando se dé la conversión a universidades, pues con una malla curricular más grande, más extensa y con un mayor presupuesto, el nivel va a ser tremendo y no va a tener un costo elevado. Entonces todos los jóvenes van a tener acceso a una carrera artística de calidad.
Lucía Lora: No existen ciudadanos de primera y de ciudadanos de segunda, solo existen ciudadanos con los mismos derechos. Y el Estado peruano tiene la obligación de garantizar el acceso a la educación para todos y todas. Entonces, si ya existen carreras de Artes Escénicas o de Bellas Artes en universidades privadas, pero que no son accesibles para todos, ¿por qué no existirían en universidades públicas? Adicionalmente está el cómo entendemos el arte. Porque, claro, qué va a hacer la formación artística en el mundo universitario si pensamos que el arte son unos tallercitos, clases de malabares, caritas pintadas; yo creo que eso piensan. Y si es así, desde esa perspectiva qué hace el arte en la universidad. Nosotros no brindamos solamente una formación técnica. Esa es una parte, también hay un conjunto de cursos teóricos que no solamente acompañan la formación, sino que le dan un sustento conceptual a la formación en artes de manera que las poéticas que se construyan para poder pensarnos como país sean sólidas, fundamentadas, conceptualizadas y ese trabajo está en el mundo académico.
Eva López: Es importante porque no tenemos universidades públicas de arte en el país, como lo ha mencionado Lucía. Ya hay las facultades de Arte dentro de las universidades particulares, pero no todos tienen el acceso. Nosotros como Bellas Artes hemos venido trabajando y nos comportamos como universidad. ¿Por qué discriminar a nuestros estudiantes de las escuelas de arte a no seguir una carrera universitaria? Estudiamos tan igual que cualquiera estas de universidades. Entonces es una carrera realmente de esfuerzo, de vocación. Es importante porque tener una universidad de arte pública brindará a nuestro país más cultura, más gente del país va a tener acceso a esa cultura.
Ana Polo: Es importante porque nuestro conocimiento debe ser universal. Cuando se habla de universidad, se habla del conocimiento universal y cada una de las escuelas está aportando a ese conocimiento universal, pero está apagado porque no somos universidad. Entonces, hablar de que queremos ser universidad es exigir calidad, exigir que nosotros podemos cumplir con estándares de calidad que se piden para toda universidad, cumplir con estándares para acreditación. Son esos estándares los que a una institución la hace ser mejor y por eso nosotros queremos ser mejores.
"Si ya existen carreras de Artes Escénicas o de Bellas Artes en universidades privadas, pero que no son accesibles para todos, ¿por qué no existirían en universidades públicas?"
¿Cómo se verán afectadas las escuelas, en la práctica, si este recorte ocurre?
Ana Polo: Cuando hablamos de calidad educativa, tenemos que vincularla al recorte. Si se da nos afectaría en tres grandes aspectos de la calidad educativa: infraestructura, capacitación y selección docente y (adquisición de) materiales educativos.
Eva López: La afectación es grave. Nosotros tenemos docentes de especializades para cada carrera y taller, necesitamos esas contrataciones. Nos afecta en la parte de docentes a las capacitaciones que tiene derecho todo docente para mejorar y superarse cada día. Nos afecta en la infraestructura, nosotros tenemos tres sedes que son patrimonio nacional y necesitan de restauración. Nos afecta en hacer nuestras actividades culturales, que son importantes para la escuela.
Lucía Lora: El problema es que las cuatro escuelas nacionales ya tenemos menos de lo que necesitamos. Es decir, siempre llegamos a fin de año vía demandas adicionales. El año pasado nos dieron la demanda adicional, el anteaño también, y este año no nos la han dado. Eso quiere decir que el presupuesto, que ya está corto, ni siquiera nos alcanza para llegar a julio. Ahora imagínate la afectación: contratación docente habría solo para el primer ciclo. No podríamos contar con suficiente personal administrativo de la parte que se encarga de la gestión académica, que es compleja. También están las actividades programadas: las publicaciones, los congresos, las prácticas preprofesionales, las capacitaciones docentes. Habría una gran afectación.
Jean Philipe Sánchez: Atenta directamente contra la calidad educativa. Un buen docente tiene que ganar bien. Entonces, si nos hacen un recorte tan grande, ¿qué nos queda? No contratar docentes o contratar al que quiera trabajar por determinado presupuesto. Nosotros desarrollamos talleres que van en beneficio de los estudiantes. Servicios también, por ejemplo en la danza clásica hay nutricionista. Un recorte tan fuerte con el que pretenden hacer haría que baje el nivel educativo. La escuela vive haciendo demandas adicionales para terminar el año, porque el presupuesto que nos asignan es exiguo. Condenarían a las escuelas a desaparecer.
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