Videoinstalación "El baño de Diana", de Esther Vainstein, obra clave del videoarte peruano de la década de los 90.
Videoinstalación "El baño de Diana", de Esther Vainstein, obra clave del videoarte peruano de la década de los 90.
Czar Gutiérrez

La imagen de uno de los salones del colegio Guadalupe aparecía repetida sobre un mosaico formado por células fotoeléctricas en otro salón. Era 1939 cuando la primera imagen óptica causó el asombro de la concurrencia. Así se inauguraba la primera transmisión televisiva en el Perú en el marco de la Primera Exposición Electrónica.



Para darle sabor nacional al evento, se proyectó en video al dueto Luz y Sombra, integrado por Pilar ‘Chamaca’ Mujica y María Isabel ‘Chabuca’ Granda, de escasos 19 años. Broche de oro al primer programa de la prototelevisión peruana.

Y en 1955, el canal 6 lanzaría al aire la primera señal comercial: los rostros de Juan Ureta y Elvira Travesí aparecían en los contados receptores de la ciudad.

—Seres de luz—
Pero el videoarte se adelantaría a todos: ya en 1952 un avizor Fernando de Szyszlo estrenaría "Esta pared no es medianera", cortometraje experimental visiblemente inspirado en el surrealismo de Buñuel. Luego asomarían las piezas conceptuales de Teresa Burga y los trabajos animados de Rafael Hastings en París, Buenos Aires y Lima. Para un hito entre conceptual e interactivo que llegaría por obra y gracia de Mario Acha ("Iniciación al cinematógrafo", 1970).

De Mario Acha, "Iniciación al cinematógrafo" ( 1970 ).
De Mario Acha, "Iniciación al cinematógrafo" ( 1970 ).

La formación de las primeras comunidades de creadores audiovisuales e impulsoras de la primera Ley de Cine durante el velascato –Arturo Sinclair, Billy Hare, José Cassals– acrisola con la presencia de Francesco Mariotti, artista peruano-suizo que integra procesos sociales, fenómenos naturales y avances tecnológicos, y que en 1968 participa en Kassel con "Project Geldmacher-Mariotti". Sus actos multisensoriales de luz, olor y sonido precederían la primera gran exhibición de videoarte en el Perú, "Video Art USA" (1976), 32 artistas deslumbrando desde una pantalla curva aluminizada.

Los violentos años 80 no serían precisamente propicios para la experimentación visual. Fueron excepcionales los actos de Juan Javier Salazar, Runcie Tanaka y Arias & Aragón en un medio dominado por la pintura y la escultura. Los 90, eso sí, abren con la sinfonía visual de Mario Acha ("Isla de Pascua") y la videoinstalación "El baño de Diana" de Esther Vainstein.

—Cuadro por cuadro—
Todo un preámbulo que parece cuajar con la creación de Alta Tecnología Andina (ATA), plataforma de fomento a la producción y la difusión del video fundada en 1995. Bajo la batuta del emprendedor cultural José-Carlos Mariátegui y secundada por los críticos de arte y curadores Jorge Villacorta y Max Hernández Calvo, ATA acaba de lanzar "El mañana fue hoy. 21 años de videocreación y arte electrónico en el Perú", sobrio volumen bilingüe que repasa con rigurosa puntualidad las diferentes formas de experimentación en video en paralelo al desarrollo de las telecomunicaciones, muestras masivas y actividades conexas.

Semejante rastreo –que repasa la protohistoria del video y hecha luces sobre el desarrollo actual del arte electrónico en el Perú, con la aparición de Internet como un decisivo factor multidisciplinario– compromete una visión integral de la formación artística, el mercado, los usos y accesos a la tecnología digital, y sus dinámicas de desarrollo.

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