MELVYN ARCE RUIZ (@Estenopeica) Redacción Online

Durante más de una década, La Troppa fue para el teatro chileno uno de sus grandes referentes a nivel internacional. Laura Pizarro, Jaime Lorca y Juan Carlos Zagal, sus creadores, habían logrado constituir a finales de los años ochenta apenas saliendo de la universidad un grupo lo suficientemente arriesgado como para inventarse un lenguaje propio que hasta el día de hoy, ya a siete años de su separación, sigue siendo fuente de inspiración para nuevas generaciones de actores y dramaturgos chilenos.

Gemelos, la obra que estrenó la compañía en 1999, es la mejor muestra de lo que alguna vez fueron. Esta historia, basada en una novela de Agota Kristóf, es probablemente la pieza teatral chilena que más veces ha sido representada en el extranjero y la que se ha convertido para Laura Pizarro y Juan Carlos Zagal, que actualmente conforman la compañía Teatro Cinema, en un nexo con aquel repertorio inicial.

Mañana la obra será puesta por primera vez en el Perú y Zagal, que dirige y protagoniza su montaje en Lima, considera que la historia de dos hermanos luchando contra sus propios conflictos en el marco de una gran guerra tiene el poder de conectar por su naturaleza universal. Además, de una particularidad en la forma de ser puesta en escena.

La obra se desarrolla durante una guerra y en todos los países que hemos visitado, ya sea en América del Sur, del Norte, Europa o Asia, la gente ha tenido algun conflicto marcado en su memoria. Incluso a nosotros (los integrantes de Teatro Cinema) nos marcó esta historia porque en Chile tuvimos la dictadura militar. Nosotros éramos niños cuando pasó todo, pero nos criamos con la dictadura y entonces Gemelos fue como una forma de librarnos de esa herida. La tomamos con mucho cariño y aprecio. Trabajamos mucho por ella.

Es una obra dura, entonces Es una obra un poco dura, pero también muy motivadora porque nos muestra la capacidad de seguir adelante. Los protagonistas son dos hermanos gemelos que viven con su abuela y que tienen una relación familiar muy difícil. Pero los gemelos luchan por sobrevivir en este mundo que se desploma, que se viene abajo y en donde los valores se invierten y la decadencia humana y la violencia están por todos lados.

La historia está basada en El gran cuaderno, una novela de Agota Kristóf. ¿Fue una adaptación tuya? Fue una adaptación conjunta, la realizamos Laura Pizarro, Jaime Lorca y yo en la época en la que los tres conformabamos un grupo llamado La Troppa. Cuando terminamos nuestra relación con Jaime y fundamos Teatro Cinema, Laura y yo retomamos Gemelos del antiguo repertorio. En la adaptación que llevamos a Lima estamos Laura Pizarro, José Manuel Aguirre y yo. Se trata de una puesta en escena muy precisa. Los tres actores desarrollamos un trabajo que cautiva mucho al espectador por el cómo lo hacemos. Es una obra que invita al oficio teatral.

Ya que tocas el tema de la puesta en escena, veía en la web de ustedes una serie de requisitos para el montaje de la obra. Por ejemplo, piden un negro absoluto, tanto sobre el escenario como en la sala. Entiendo que la propuesta busca recrear una proyección cineamatográfica. En esta obra no. Lo que pasa es que en Teatro Cinema estamos en un proceso de experimentación en el que fusionamos el teatro y el cine. Para ello hemos hecho las obras Sin Sangre, El hombre que daba de beber a las mariposas e Historia de amor. Pero Gemelos, que es anterior a este trabajo experimental con imágenes proyectadas, solo toma elementos del cine en situaciones como los cambios de set, la visión del tamaño, etc. Pero todo de forma artesanal, todo en base a utilería, a miniaturas y decorado que los actores realizamos en escena. La escenografía, por ejemplo, es un teatrito de juguete. Nosotros jugamos a narrar una historia en un teatro miniatura, donde los que interactuamos somos como juguetes. Todo eso para dar la perspectiva del mundo infantil.

Esa experimentación que hacen del teatro y el cine también los ha llevado a trabajar con el universo de los cómic en Historia de amor Sí. La trilogía que hemos hecho es así: en Sin Sangre experimentamos con el teatro y el cine negro, ese cine de los años 40 y 50. Con El hombre que daba de beber a las mariposas, relaciones el teatro y la animación 2D. Y en Historia de amor trabajamos con la relación del teatro y el cómic. Es una obra en blanco y negro muy vertiginosa. Cuando empezamos a trabajar en esto, la premisa de Teatro Cinema era lograr que el actor en vivo pueda viajar en el tiempo y el espacio de forma instantánea, tal y como ocurre en el cine y la literatura. Esa era nuestra premisa. Entonces empezamos a desarrollar un lenguaje que nos permitiera cambiar en un segundo con el actor en escena la escenografía al lugar que querramos: desde una calle a un departamento o a una cárcel. Trabajamos en la estrucutra del corte y la unión. Digámoslo así, nosotros hacemos la edición que se hace con las películas en vivo. Para nosotros es muy interesante hacerlo. Es más, creo que sería increíble algún día volver al Perú y mostrar la trilogía completa. En diciembre, después de ir a Lima, volveremos a Chile y nos iremos a Buenos Aires para mostrar la trilogía completa en el Teatro Alvear.

¿Qué los lleva a experimentar con el lenguaje teatral y a salirse de los esquemas? ¿En qué momento se aburrieron de lo lineal? Es que todos los humanos queremos tener nuestro sello. No de manera soberbia o altanera, sino por tener algo que nos distinga, que nos haga ser diversos. Y el teatro es una extraordinaria herramienta para hacerlo. Hemos visto mucho teatro en Chile y en el mundo y muchas de las obras se parecen unas a otras. Te das cuenta que empieza a haber una manera de hacer teatro que estanca el desarrollo del lenguaje. Hay compañías que hacen obras que hacen avanzar nuestro oficio al infinito y para nosotros el reto es también poder lograrlo. Cada vez que montamos una historia nos preguntamos qué nos gustaría hacer y cómo nos gustaría hacerlo. Y en base a eso, casi como niños, empezamos a desarrollar nuestra propia manera de narrar la historia. Una manera que nos haga diferenciarnos de un teatro de Lima, de Buenos Aires, de Brasil o de cualquier otra parte del mundo. Algo que nos dé un sello, una personalidad y un recuerdo en el espectador. Que digan: Yo vi a esa compañía chilena que era diferente. Somos súper trabajadores, súper exhaustivos en la búsqueda de lenguaje, de los gestos y los contenidos. No caemos nunca en la tentación de hacer lo primero que se nos ocurre. Creemos que nuesra responsabilidad como actores con el público es tremenda. Le concedemos a los espectadores una rapidez de mente, una inteligencia y una capacidad de percepción muy elevadas. Para no aparecer superficiales o tontos en el escenario, nos esforzamos mucho por atrapar los sentidos de las personas y, sobre todo, provocar, ¡ojalá!, la emoción profunda, en los que ven nuestro trabajo. Eso es algo súper difícil de lograr. Creo que solo una vez en la vida lo puedes conseguir. Pero nunca renunciamos a esa búsqueda y a la posibilidad de que se nos considere, a nosotros los actores de teatro, a la altura de un pintor, un poeta o un escritor. Somos trabajadores pero a la vez somos artistas.

Siendo tan exhaustivo como dices, ¿cuánto les toma el emprendimiento de una obra? Dos años mínimo. Hacer el guión nos demora unos siete meses. Pero luego está la pre- producción, los ensayos, el trabajo de preparación del teatro- película, el convertir todo en algo coherente, que los actores estén coordinados al minuto para crearle la ilusión en la gente ¡son muchos días de trabajo! Además, como somos una compañía que viaja mucho por el mundo, a veces tenemos que suspender los ensayos. Como ahora que vamos a Lima, pero una parte de la compañía se queda en Chile.

¿Cuántos son en Teatro Cinema Somos doce. Aunque dentro de poco se van a integrar dos actores más y varios técnicos. Así que a finales del año seremos 18.

Pensé que me dirías un número mucho mayor de personas Es que en la compañía cada uno hace hasta tres o cuatro labores. Y eso también para sobrellevar el peso económico. El técnico de iluminación es también diseñador. Yo soy actor, pero también director, músico, guionista. Todos tenemos más de una función.

Sabes que aquí en Lima dedicarle dos años a una obra de teatro sería muy poco rentable Acá también (risas) Es que somos medio locos. No tenemos una consciencia muy real de lo que es el dinero. Y no será rentable, pero da una enorme satisfacción luego ver el prestigio y el respeto con el que nos miran en Chile o en Francia. En Francia nos ha ido muy bien. De hecho Historia de amor se va de gira a Francia en marzo. Estaremos tres semanas en París. Nos presentaremos en el Theatre du Rond Point, que es el más importante de Francia.

¿Hay un respaldo del público chileno? ¿El chileno tiene una buena relación con el teatro? El chileno es muy respetuoso y amante del teatro. Va mucho al teatro y es muy crítico. Hay una gran historia del teatro acá en Chile, aunque no hay muchos recursos. Como país tercermundista que somos, no se invierte en el desarrollo de la cultura. Pero el público va mucho al teatro. Es un buen público el chileno. el latinoamericano en general. Después de recorrer el mundo he visto que en general en esta parte se conecta muy bien con las emociones. Como yo no he ido nunca a Lima, no sé cuál será la reacción del público pero creo que la recibirán muy bien porque trabajamos con mucho humor también. No es que hagamos gracias, lo que sucede es que la estructura es divertida. La gente se ríe pero con emoción. No buscamos la risa fácil. Pero tendrán que ir a verla para saber si pueden usar todo lo que estoy diciendo en nuestra contra o darme la razón.

EL DATO Gemelos realizará su primera función en Lima este jueves 14 a las 8 pm. de noviembre en el Teatro Municipal. Las entradas están a la venta en Teleticket de Wong y Metro.